31 diciembre, 2005

Sabía que...

Diez cosas que aprendí tras vivir 31 años y pasar dos días en Amsterdam :


1) Nunca juegues a los dados cuando eres tan tocho como para no reconocer ni siquiera un “tocho”.

2) Las niñas también roncan.

3) Hay quien se imagina una vida de casado feliz con cada camarera holandesa con la que se cruza.

4) Existen pijamas que escapan a los parámetros de la imaginación humana.

5) Los turcos también sonríen y pintan puertas a la hora del desayuno.

6) Cada Avis tiene un puertorriqueño que te avergonzará por haber criticado en sus morros a su cuñado.

7) Cuando leas “Bienvenido a Haarlem” da la vuelta.

8) Hasta la churrera holandesa tiene un inglés mejor que el tuyo. Ella seguro que sabe cómo se dice “cubilete”.

9) Alguien que agradece una visita a la casa de Ana Frank luego puede ser muy feliz haciendo lo propio en el estadio de fútbol del Ajax, pero nadie que sea muy feliz visitando la casa de Ana Frank agradecerá luego una visita al estadio de fútbol del Ajax.

10) Los molinos y los tulipanes son una leyenda urbana holandesa.

24 diciembre, 2005

2006

¿Quién le ha pedido al 2006 ganar en criterio, sentido común, capacidad de discernimiento, formalidad y sensibilidad?

20 diciembre, 2005

Cuatro tonterías al vuelo

1. Un Oscar ya para King Kong, para el primate quiero decir, su ternura de enamorado transmite una sinceridad que ya la desearían el 97% de actores de carne y hueso. Aunque ¿quién no caería rendido a los pies de Naomi Watts por mucha altura, vello y animalidad que reuniera?

2. Topicazo lo sé, pero cada vez me repugna más el mensaje mediático navideño, que básicamente consiste en "quiere a los tuyos un par de semanas al año (siendo la prueba de tu devoción un regalo, por supuesto) y las cincuenta restantes no importará que les des por el saco".

3. Un aforismo de Kafka que me da vueltas en la cabeza desde hace días: "Comprender la fortuna de que el suelo que pisas no puede ser más grande que los dos pies que lo cubren".

4. Fragmento de una contra de La Vanguardia francamente divertida. El entrevistado es el humorista Guy Browning, quien fuera estrella de los "smokers", los reuniones universitarias que vieron nacer a los Monty Python y a Mr. Bean.

Las chicas hacen dieta para estar delgadas. Así atraen a los tipos más ricos
que las invitan a los restaurantes más caros en los que podrán atiborrarse.

- ¿Estar delgada significa ser atractiva?

- Ni siquiera es necesario. El hombre es un ser tan complejo y sofisticado
emocionalmente como un perrito. Atraerlo es muy sencillo: hay que rascarle
la barriga de vez en cuando y asegurarse de que puede mostrar su fuerza
física. Y si no va a buscar el palo que le has tirado, puedes pedirle que
abra la tapa del tarro de mermelada que se resiste.

- ¿Y sólo con eso ya funciona una relación?

- Al principio, él debe sentirse seductor.

- ¿Cómo?

- Usará esa colonia que sería de olor sutil si no se hubiera echado encima
todo el frasco; pronunciará frases largas con palabras tan pretenciosas que
ella no recordará nada de lo que él ha dicho y la acompañará mostrándole que
va tan sobrado de fuerza y genio que necesita muy poco esfuerzo para hacer
cualquier cosa. Si ella le deja que se crea seductor, él pronto intentará
darle un beso.

- ¿Algún consejo para el momento?

- Él debería emplear altas dosis de sutileza y bajas dosis de baba, pero
tras equivocar esas proporciones en el beso, querrá inmediatamente seguir
equivocándolas en la cama.

- ¿Cómo?

- Él creerá que le está demostrando a ella que es muy bueno en la cama,
pero ella tendrá la sensación de estar de aprendiz en una empresa: cuando
empieza a cogerle el tranquillo a una posición, le cambian a otra. En la
siguiente demostración, él ya irá directamente a buscar su posición
favorita.

- ¿?

- La mayoría de los seductores las prefieren a ellas encima...

-... ¿Y ellas?

- Tras varias sesiones con él en la cama, ellas preferirán estar debajo de
las sábanas y tenerle a él tendiendo la colada. Pero si él se empeña en
retrasar la colada y se queda en la cama pidiéndole cosas raras, ella sólo
debe susurrarle: "Más tarde, cariño". Nueve de cada diez veces no habrá un
"más tarde".

- ¿Cómo ser bueno en la cama?

- La regla de oro para que un hombre sea bueno en la cama es no meterse en
la cama. En lugar de eso, hay que pasarse todo el tiempo llevándola a
restaurantes y tiendas caras.

- ¿Y ellas?

- No hay ninguna buena en la cama. Al fin y al cabo, es imposible que una
mujer sea buena en la cama cuando el hombre es un desastre. Es como ser
bueno en el fútbol y que nadie te pase la pelota.

La cabra, la cabra…


Hace un par de semanas volví a intentarlo con la cultura y fui con una amiga a ver La cabra de Richard Albee al Teatro Romea, una obra que, de entrada, parecía un tiro seguro, con su Josep Maria Pou, su Marta Angelat y sus premios Tony para la versión que se estrenó en Broadway… Y, bueno, supongo que no está mal, todo el mundo parecía pasárselo muy bien, pero… algo falla. Quizá falla precisamente eso, el coro de carcajadas del público geriátrico de domingo por la tarde en una obra que, sobre el papel, debería dejarte con la mandíbula desencajada, pero no de risa, sino de pasmo. Lo que no funciona en la versión de Pou – ya que el actor es aquí también director, traductor y productor, y supongo que se nota quién redactó el dossier de prensa- no es el texto, sino el tono, la forma de lanzar las frases de los actores. En inglés se dice que un actor “entrega” (delivers) una frase de una forma especialmente adecuada a su personaje o al momento o a la situación, de forma que provoque un efecto, que diga todo lo que esa frase expresa o precisamente lo contrario. Pues bien, en La cabra del Romea todos los actores, y ahí es donde le echo la culpa a Pou, parecían estar enunciando sus frases de comedia agria como si esperaran risas enlatadas tras cada una de ellas. Y las conseguían, claro. El público geriátrico creía estar contemplando a Tania Doris y al feo de los Calatrava (que en paz descanse) en una especie de vodevil en el que el tema central, qué pintoresco, era la zoofilia. Creían estar disfrutando de nuevo de las escenas matrimoniales de Noche de Fiesta, en las que los jarrones volaban de un lado para otro y todo el mundo era muy exagerado. No es posible apreciar así la supuesta crítica implacable de la sociedad americana despojada de hipocresías que propuso el pobre Albee. Y no es culpa de Albee: es culpa de Pou. Y quizá del público geriátrico. La cabra, por su parte, sale realmente poco, y bastante desmejorada, pero es de lo mejorcito de la función…

19 diciembre, 2005

L'amic que ens queda

Alguna estranya raó em fa impossible abandonar Joey Triviani a la seva sort. Cert que les seves noves peripècies angelines no acaben de fer justícia a tot el que va viure de més jove a Nova York. Però de tant en tant ens deixa alguna perla digna dels temps en que compartia apartament amb el seu amic Chandler Bing.

L'altre dia, sense anar més lluny, explicava per què hi ha ties bones que neguen estar-ho...

Raó 1) Tenen una germana que també està molt bona.
Raó 2) Han anat a una escola exclussivament femenina.
Raó 3) Tenen un passat de noia gorda.
Raó 4) Estan cegues.

Però la prova definitiva per aconseguir que una tia bona sigui conscient de que està bona és que tot els hi surt gratuïtament...

Joey, mentre siguis a prop no t'abandonarem!

Desasosiego matinal

Fragment de conversa escoltada aquest matí, a l'autobús, entre un grupet de quatre o cinc nenes d'uns 12 o 13 anys...

"És gorda, negra y le llega a las rodillas".

Després d'uns minuts de neguit... Tranquilitat, companys, parlaven d'una jaqueta!

13 diciembre, 2005

Kiss Kiss Bang Bang


Demoledoras frases extraídas de "The Philip Marlowe Guide to Life", una antología que reúne algunas de las citas más célebres escupidas por el descreído sabueso creado por Raymond Chandler, las cuales confirman que el género negro es el diccionario de frases recurrentemente imposibles que querríamos haber interiorizado para impresionar a los demás con nuestro ácido bagaje a la hora de licuar el desolador absurdo y la sucia injusticia del mundo.

"Alcohol is like love" he said. "The first kiss is magic, the second is intimate, the third is routine. After that you take the girl´s clothes off".

"My stomach burned from the last drink. I wasn´t hungry. I lit a cigarette. It tasted like a plumber´s handkerchief".

"In one way cops are all the same. They all blame the wrong things. If a guy loses his pay check at a crap table, stop gambling. If he gets drunk, stop liquor. If he kills somebody in a car crash, stop making automobiles, If he gets pinched with a girl in a hotel room stop sexual intercourse. If he falls downstairs stop building houses".

"I like smoothy shiny girls, hardboiled and loaded with sin".

"To say she had a face that would have stopped a clock would have been to insult her. It would have stopped a runaway horse".

"Dead men are heavier than broken hearts".

"They say lust makes a man old, but keeps a woman young. They say a lot of nonsense".

"I would have stayed in the town where I was born and worked in the hardware store and married the boss´s daughter and had five kids and read them the funny paper on Sunday morning and smacked their heads when they got out of line and squabbled with the wife about how much spending money they were to get and what programs they could have on the radio or TV set. I might even have got rich-small-own-rich, an eight room house, two cars in the garage, chicken every Sunday and the Reader´s Digest on the living room table, the wife with a cast-iron permanent and me with a brain like a slack of Portland cement. You take it, friend. I´ll take the big sordid dirty crowded city".

08 diciembre, 2005

Te amaré hasta que te mate

Sabíais que el amor y el odio se tocan, pero buscábais una conformación científica. PI/Q os la procura:

Resulta muy llamativo que los mecanismos fisiológicos que se activan ante reacciones de rabia intensa o las reacciones físicas extremas ante casos de emergencias son idénticas a los mecanismos que se activan ante situaciones de euforia o placer extremo. Si mides los ritmos cardíacos de una persona no sabrás si acaba de cometer un asesinato o si ha tenido un orgasmo. Las condiciones fisiológicas son idénticas.
Si estuviésemos en contacto a través de internet y te pidiese que me dieses únicamente los datos de la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y los niveles hormonales podría adivinar a distancia que estabas a punto de morir pero no sabría si a consecuencia del ataque de un león o de un polvo cósmico.
Esto me recuerda las palabras de Eli Wiesel “lo opuesto del amor no es el odio sino la indiferencia”. Resulta pues increíble comprobar que fisiológicamente el amor y el odio no son opuestos sino muy parecidos. De ahí que cuando estudiamos el comportamiento de los seres humanos encontramos indicios de uno de los hechos más extraños e inusuales en el mundo de los animales no humanos y es que confundimos la sexualidad con la violencia. Este comportamiento no tiene parangón en el mundo de los primates. El amor y el odio no son opuestos fisiológicos desde el punto de vista cerebral. Son estados muy similares.

03 diciembre, 2005

Y en la vega del Genil, yeah

Para que no se diga que sólo aquí los compañeros acuden a conciertos molones y asisten a sesudas charlas con escritores, voy a exponer mis dos últimas experiencias con el mundo de la cultura de ahí fuera, que han sido, por decir algo, bastante iluminadoras. Han sido bastante raras, también, pero es que no siempre puede una acertar en la búsqueda incansable del próximo hype…

Primero la menor: un concierto de una cosa llamada El hijo (piano, batería jazzística y guitarra) en las antiguas cocheras de la Pedrera el pasado jueves. El cantante de la banda, cuya voz recordaba poderosamente a la de José Luis Perales cuando se ponía tierno, anunció la próxima salida al mercado del primer EP del grupo, cuando yo ni siquiera sabía que existiera algo distinto al LP. El término se me hizo familiar poco después, cuando, tras tres canciones propias y dos versiones, se acabó el concierto.

Pero lo mejor tuvo lugar ayer, en Kosmópolis: acudimos a la charla que daba Quim Monzó sobre la geografía literaria del Raval (vale, sí, una tarde aburrida) y, tras acabar, descubrimos que en el mismo escenario estaba a punto de empezar una especie de OT para improvisadores de hip-hop, o de rap, que desconozco la diferencia, llamado Buscando al MC definitivo (pronúnciense las siglas en inglés, por favor), primera eliminatoria. Quisimos quedarnos sólo un rato… pero era demasiado fascinante.

Uh, uh, yeah, yeah, yeah,
Soy de Castefa tío
Soy el puto amo del bar
Cuando vienen los colegas
Nos ponemos a privar
Yeah

Y así un ripio tras otro, porque no se me ocurre otra palabra para describir unos versos sólo a la altura de un poema infumable de Zorrilla que me hicieron memorizar con seis años y que tenía también fragmentos de gran vuelo lírico, tipo

Y en la vega del Genil
Tengo parda fortaleza
Que será reina entre mil
Cuando encierre tu belleza
Y sobre toda la orilla
Extiendo mi señoría
Ni en Córdoba ni en Sevilla
Hay un parque como el mío

Y encima ellos improvisaban y Zorrilla no, lo que no dice mucho de Zorrilla. Los chicos, además, mostraban lo que el presentador no dejaba de llamar actitud, es decir, una gorra de béisbol sobre la cabeza y movimientos espasmódicos en los brazos. Dudo que Zorrilla tuviera nada de eso. Los improvisadores de Kosmópolis se enfrentaban entre ellos en una especie de combates de improvisación que a mí me recordaban, cómo no, a algo. En concreto, y esta es una referencia muy pedante, a los rapsodas latinos y griegos que recitaban las sagas épicas apoyándose en frases formularias que les ayudaban a memorizar. Sólo que aquí en lugar de “Atenea, la de los ojos de lechuza”, decían “De Badalona soy y molo”, pero, por lo demás, clavado.

Me pareció muy tierno todo el asunto del concurso. Además de muy divertido, claro. Ellos se lo tomaban muy en serio todo el rollo de la actitud y de los yeahs y de las gorras, tan en serio que apetecía decirles uy qué monos y llevarles acto seguido a aprender los rudimentos de la rima asonante. Por cierto, la final de MC (¿qué significará eso?) el domingo a las 21.00 horas. Payo Malo, pura actitud, entre los miembros del jurado. Para rebozarse a gusto en el mar donde menos toca el sol cool. ¡Los calzados con zapatillas Converse abstenerse!

02 diciembre, 2005

La sandía


La dedicatoria más bonita con que me he cruzado nunca pertenece a "Una mujer infortunada" de Richard Brautigan y dice así:

Pine Creek, Montana
13 de julio de 1982
Querida N:
Tras recibir la llamada de tu amigo me quedé, sin duda, profundamente impresionado, quizá más bien la palabra sea anonadado. Estuve sentado junto al teléfono durante unos minutos, mirándolo fijamente, y luego llamé a mi vecina M y le pregunté si le apetecía un poco de sandía. Había comprado la sandía unos días antes para una visita, pero no llegamos a comérnosla, así que ahí estaba yo, un soltero a cargo de una sandía excesiva.
Mi vecina me dijo que sí tomaría un poco de sandía. ¿Por qué no me acercaba en una media hora y cenaba con ella y T, alguien que había ido a visitarla?
Contesté, creo que a causa de la llamada de tu amigo: "Me acercaré ahora mismo". Creo que tal vez quería ver a alguien en ese mismo momento.
"De acuerdo", contestó mi vecina.
"Voy para allá" dije.
Fui a la nevera y cogí la sandía y caminé hasta la casa de mi vecina que está a sólo unos pasos en mi misma calle. Llamé a la puerta mosquitera de su cocina. Tardó como un minuto en responder. Venía de arriba, de su dormitorio.
"Aquí está la sandía", dije, dejándola sobre la encimera.
"Sí" contestó. Era evidente que su voz sonaba ausente, su presencia indecisa.
Había algo de la sandía que quería mostrarle y que requería que tomara un cuchillo y la abriera. No importa demasiado qué es lo que quería mostrarle de la sandía, pero después de hacerlo ella seguía aún indecisa, como si estuviera en algún otro lugar, no allí en su cocina junto a mí.
Quería contarle lo de la llamada que había recibido de tu amigo, pero de pronto su indecisión y su creciente incomodidad me hicieron sentir indeciso e incómodo a mí.
Al fin -supongo que sólo habían pasado un par de minutos- dijo, la vista fija al suelo: "He dejado a T arriba remolodeando en la cama".
T era un hombre.
Al aparecer con la sandía les había interrumpido mientras hacían el amor. Lo primero que se me vino a la cabeza fue: ¿por qué ha contestado al teléfono cuando estaba haciendo el amor y por qué no se ha inventado cualquier excusa para que no me acercara en ese momento? Quiero decir, podría haber dicho cualquier cosa y yo me hubiera presentado más tarde, pero en vez de eso había aceptado mi propuesta de acercarme.
De calquier modo, me disculpé y regresé a casa.
Entonce pensé en lo divertido de la situación y quise llamarte por teléfono y contarte lo que acababa de pasarme, porque tienes el sentido del humor perfecto para captarlo. Es justo el tipo de anécdota que hubieras disfrutado y a la que habrías respondido con tu melodiosa carcajada, diciendo "no puede ser" sin dejar de reírte.
Me quedé allí sentado, mirando fijamente al teléfono y con tantas ganas de llamarte, pero era absolutamente imposible hacerlo porque la llamada que hacía un rato había recibido era para decirme que habías muerto el jueves pasado.
Había ido a casa de mi amiga para hablar sobre ello y resulta que la interrumpí mientras hacía el amor. La sandía no era más que una excusa tonta para poder contarle mi dolor e intentar asumir el hecho de que ya nunca mas podré volver a llamarte y contarte algo como lo que acaba de pasarme y que en general sólo tu sentido del humor podría apreciar.
Con cariño
R.

30 noviembre, 2005

Gracias, flaco

...Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren...

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Gràcies, flaco, gràcies per tornar i per una nit inoblidable.

29 noviembre, 2005

Working Titles

Lo que sigue es una joya para coleccionistas, un regalo a los millones de seguidores compulsivos de esta weblog (bastante unicelular, ya lo habréis comprobado, uno no debería fiarse nunca de sus socios), a las hordas que la necesitan como un spray matamosquitos en Laponia, a las masas enfervorizadas que buscan consuelo a la dureza del mundo en sus dulces entradas. He aquí un listado de los working titles que se barajaron hasta que venció la opción canguril. He omitido las opciones de Monty (1: Kikiriki) y Cama (-1) para que no fuera demasiado extensa. Disfrutadla. Ah, y los 1500 primeros que voten su favorita entrarán en un concurso para obtener descuentos del 5% en comida para reptiles en el Sorli.

He de amar una piedra
Hay algo que no es como me dicen
Vi la eternidad la otra noche
Millor que no m´ho expliquis
La pedra a la sabata
Digues que m´estimes encara que sigui mentida
El color del gos quan fuig
El traqueteo del expreso Pekín-Moscú
Cuentos contados entre hombres en la intimidad del vagón de fumar
del expreso París-Moscú
Buenas tardes a las cosas de aquí abajo
De qué hablamos cuando hablamos de amor
¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
Perdóname, no te estaba escuchando
La geometría del amor
¿A qué velocidad lees en tus sueños?
2 colchones Ortopédicos con Hergolatex
Nos llamamos y eso
Si me necesitas, llámame
No controles mi forma de pensar
Et diré sempre la veritat
Avui no en tinc ganes
Yo nunca he dicho eso
Donde acaba el infinito
De aquellos barros a estos lodos
Una tarántula en un plato de nata
Un granito de arena en la lucha contra el futuro esponjiforme de nuestro cerebro colectivo
Una modesta aportación a la historia de la nada
Lo que podría grabarse en el disco de HAL 9000 después de que se pierda en el vacío la última estrofa de "Daisy"
Monk sabe, Monk sabe
Una chica digna de ser observada mucho tiempo y de permanecer en la memoria toda una vida.
La lógica imposible de lo real
La lógica te romperá el corazón
El arte no tolera la mentira
¿Cómo no me había dado cuenta hasta ahora de que esto fuera tan bonito?
Incorporar a la vida de un desconocido una experiencia inexistente que tenga una realidad mayor que cualquier cosa vivida
El comunicado del canguro
Vi a la chica 100% perfecta una mañana fresca de abril
Ningún hombre es una isla en sí mismo
Donde viven los monstruos
El 9º pasajero
La batcueva
Una mente infinita en un cuerpo finito
El día que me quieras
Si non e vero, e ben trovato
El espacio interior
Estrella distante
Un iglú de pan
La complejidad de la incertidumbre
El silenci dels arbres
L´eloqüència del franctirador
Instrucciones para desatascar una cebra de un pararrayos
Instrumentos para la detección de actividad neuronal en una nebulosa
Mecanismos de defensa contra las ilusiones protésicas
Es difícil leerse a uno mismo
Voz de cuero frotando contra cuero
Portal de desintegración celular
Lo que uno ha vivido es, en el mejor de los casos, comparable a una bella estatua que hubiera perdido todos sus miembros al ser transportada y ya sólo ofreciera ahora el valioso bloque en el que uno mismo habrá de cincelar la imagen de su propio futuro.
Donde acaba el infinito
Todos los ogros vienen de Ceilán.
Sólo hablaré con locos y con gente sin criterio.
La estructura ósea del pánico.
El perímetro de tu ausencia.

L’Auca de Sant Pau

Heu vist alguna vegada aquells episodis d’ “Urgencias” o d’ “Anatomía de Grey” on jovenets sense barba pugnen per assistir en una operació a cor obert alhora que no saben com comportar-se davant un tall al braç? Ambició sense límits, competència ferotge i aprenentatge sobre la marxa. Avui he descobert que tot això és veritat, que la realitat iguala la ficció catòdica.

Ahir em vaig torçar el peu jugant a squaix. Qui diu que l’esport és bo per la salut? Eh? Eh? La qüestió és que aquest matí me n’he anat d’urgències a St. Pau (centre mèdic del que la meva família només pot parlar bé: ma mare i mon germà, sobretot l’Adri, estaran eternament agraïts als professionals d’aquest hospital, i la resta de nosaltres també), amb dos diaris sota el braç, suposant les dues o tres horetes que passarien fins que em miressin el tormell afectat. Marcats els plaços esperats, una noieta de vint-i-pocs anys m’ha fet passar a una sala, m’he assegut en una camilla i m’han fet despullar el peu dret. La noia, visiblement nerviosa (cosa que augmentava el seu atractiu, pa qué mentir), m’ha començat a preguntar per al.lèrgies i historial mèdic per l’estil, sota l’atenta mirada de dos jovenets d’edat similar. M’han bellugat el peu de tres o quatre maneres, i s’han posat a deliberar sobre la gravetat de l’assumpte. De sobte, un d’ells, un que portava una barbeta que no li feia aparentar ni un any més dels que no tenia, ha dit als altres: “¿qué pasa con la flexión dorsal?”. Se l’havien oblidada, i l’altre paio ha fet cara com de dir… “no cal, és igual”. El barbetes no ha fet cas i ha aplicat tots els seus coneixements, probablement apresos la setmana passada a classe de 1er de traumatologia.

Una estona més tard, com un parell d’hores, feta la radiografia que tots érem conscients que em farien (i que m’ha permés anar en cadira de rodes per primer cop a la vida… tota una experiència), he tornat a la saleta. El grup d’estudiants en pràctiques, becaris de la salut, havia augmentat en número… i en pressència femenina (bon nivell, per cert, a les aules de medicina). Ara ja teníem un metge, un resident que se les donava de llest davant el conjunt de criatures que miraven absortes com el doctor m’aplicava una bena compressiva explicant el procediment amb tot luxe de detalls. Ells fins i tot prenien notes mentre miraven el meu pobre peu, nu, incòmode davant tantes mirades estranyes… com si no en tingués prou amb l’equinç. Crec que en aquell quadre només sobrava jo, el pacient, el personatge menys important de l’auca.

28 noviembre, 2005

Sé que soy un pesado, porque voy a sacar de nuevo a un escritor, pero su papel es tangencial. Ocurrió la primera vez que entrevisté a Hanif Kureishi. Fue en su anterior apartamento, situado en una zona humilde del sur de Londres. Olía a nenuco (es padre de gemelos, entonces muy pequeños)y estaba a tocar de unas pistas de tenis. Daba la impresión que si estirabas un brazo por la ventana podías cazar una pelota al vuelo. Él estaba de un mal café espantoso. No hacía tanto que se acababa de separar de forma bastante tempestuosa(por Intimidad lo conoceréis)y con fórceps apenas le extraías un rugido en forma de monosílabo. Mi ídolo, el responsable de esa novela que me cambió la vida, El buda de los suburbios, se me cayó a los pies. Luego me reconcilié con él, pero ese es otro texto. El caso es que reservé para el final un cuestionario con el que esperaba redimir el desastre. Llegué a la pregunta de canción favorita con mucha expectación conociendo que es un eterno roquero y coeditor de la enciclopedia de referencia The Faber Book of Pop. Es por esto que me sorprendió una barbaridad que escogiera Hello Goodbye de Los Beatles. Hasta hoy. Como el consejo de un abuelo que ya por delante te avisa que no entenderás hasta que seas mayor, solo ahora me doy cuenta del alcance de tanta verdad en aquella elección. Bajo la simpleza de esa letra se esconde una de las mayores lecciones de la vida, que con algo de imaginación puede aplicarse a montones de situaciones cotidianas y que, de paso, demuestra que los mensajes más transparentes,inmediatos y libres de pretensiones contienen más sustancia que todos los retruécanos y ejercicios de estilo juntos (va por mí). Adjunto la letra, pero para captarla en toda su potencialidad hay que escucharla, obviamente.


You say yes, I say no
You say stop and I say go, go, go
Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello

I say high, you say low
You say why, and I say I don't know
Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello

Why, why, why, why, why, why
Do you say good bye
Goodbye, bye, bye, bye, bye

Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
hello, hello
I don't know why you say goodbye I say hello
Hello

25 noviembre, 2005

Con Kazuo

Mientras nos colocaban los micros, la directora de la Biblioteca Jaume Fuster le comentó a Kazuo Ishiguro que el auditorio estaba abarrotado. Ocupados sus 240 asientos, habían tenido que abrir la salita anexa para que los rezagados pudieran seguir la entrevista por un circuito cerrado de televisión. Me entró el pánico, quería que se me tragara la tierra, que una amenaza de bomba desalojara la sala, que al pobre escritor le cogiera una indisposición repentina por haber comido ostras en mal estado y tuvieran que llevárselo al clínico en una ambulancia. Mis plegarias no fueron atendidas. Pero fue saltar al ruedo y sentir una repentina calma. Mi timidez congénita se esfumó por el conducto de ventilación de aquel gran espacio que aún olía a estreno reciente. Fue toda una experiencia escuchar cómo Ishiguro escarbaba en su cabeza en busca de las palabras que respondieran a cuestiones del tipo ¿Cómo integrar un mundo exterior donde dominan las leyes de la naturaleza en un proyecto interior sustentado en la fantasía? ¿Cómo confrontar un recuerdo con una experiencia real? Intentadlo, no es sencillo.
Luego nos llevaron a cenar, éramos siete mujeres (para el carro Monty: ninguna de ellas eran de las que te garantizarían una muerte orgiástica a los 80), el escritor y yo. Me pegué a él y como el resto apenas sabía papa de inglés no paramos de charlar. Me habló de su relación con James Ivory, de sus conversaciones telefónicas con Mick Jagger, de su amigo Murakami (de quien por cierto llevaba yo en la mochila su último relato, el encantador The Spaghetti Year, que originariamente no iba destinado para él, pero que se lo di encantado), de Hampstead Heath, de cómo el Viejo Shanghai está reproducido a escala 1:1 en unos estudios de la misma ciudad, y sobre cómo archivamos los recuerdos (momento que aproveché para tomar prestadas una vez más los apuntes sobre neurociencia que me pasa PIQ y con los que yo desvergonzadamente me hago el interesante). Fue una noche feliz en una semana gris. Me voy a comer. Buen fin de semana.

23 noviembre, 2005

¿Cómo te gustaría morir?


Compartíamos habitación en un hotel de El Cairo. Al otro lado de la ventana, tejados sucios, cielos encapotados y llamadas a la oración del al-mu´addin. Mi hermano sólo estaba por jugar a baloncesto a lo pobre, es decir, con papelera y pelotilla de papel. Yo, básicamente por leer (oh, ¡sorpresa!). Ya se sabe, la diferencia de edad. Lo único que nos ponía de acuerdo era ver videoclips de la MTV. En la cansina rueda ciclotímica de la cadena, uno de los más presentes por entonces era el de la canción Yellow, esa preciosidad de Coldplay antes que fuera Coldplay, con un lechoso Chris Martin con pinta de chico de barrio humilde salido de una peli de Ken Loach corriendo por una playa desierta. Alex dice que me descubrió el grupo porque él asistió a un pase más tempranero del vídeo. Aunque discutible, la idea me gusta, mejor me pone melancólico en un momento en que, justo habiendo él rebasado la mayoría de edad, lógicamente ya no me hace el menor caso y, al igual que pensamos que repetir cualquier banalidad con los que ya no están nos llenaría de gozo, yo ahora tengo unas ganas terribles de jugar a basket liliputiense. El caso es que todo producto que es acogido por las masas recibe una respuesta de rechazo de idénticas proporciones por los ansiosos de diferenciación, esos mismos que tampoco van al lavabo ni les pica un jersey de lana gruesa, pero no ha sido mi caso, sigo pensando que con toda su posible simpleza técnica y su estudiado dirigismo sentimental, su música es pura e insoslayable maquinaria emotiva, si te pinchan un dedo sangras ---> si escuchas The Hardest Part o The Scientist tus fibras tiemblan; si comes un pastel de crema te sube el azúcar ---> si escuchas Speed of Sound o Fix You tus pies se mueven como pececillos asustados. No hay vuelta de hoja.
En el concierto (bien a secas) ofrecido por la banda el pasado domingo en el Palau Sant Jordi -que, eso sí, tuvo un excepcional momento cuando Martin, rodeado por seguratas salió corriendo en estampida hasta la segunda gradería, donde se mezcló con el público para cantar el estribillo de In My Place- se me cruzó por la cabeza una idea algo morbosa. Pensé que una de las más excitantes formas de morir podría resultar de subirse a un escenario a escuchar nuestra canción favorita. Sentir la guitarra recorriéndote la espina dorsal, la batería retumbando en los huesos, la entrega extasiante del público, batirse las laringes con el líder. Sería una de los modos más cercanos que se me ocurren de librarse a la muerte tal y como la planteaba J.M. Barrie por boca de Peter Pan en sus ambiguamente célebres palabras "To die will be an awfully big adventure".

18 noviembre, 2005

Sobre la felicidad

En "El viaje a la felicidad" (Destino)Eduard Punset elabora una fórmula de la felicidad que conjuga los factores significativos en la consecución de la felicidad con los factores reductores del bienestar y la carga heredada de la que es preciso desprenderse. La fórmula sería el resultado de dividir los primeros por la suma de los factores reductores y la carga heredada.

La felicidad es una tormenta de genes, cerebro y corazón; y entre los factores significativos que la procuran, el esencial y el que engloba y multiplica a los otros es la emoción. Cualquier proyecto que no nos emocione no tiene impacto en los índices de nuestra felicidad. Junto a ese factor fundamental, están la atención al detalle, la búsqueda (es decir, el espíritu multidisciplinar) y las relaciones interpersonales. Conviene tener presente que la felicidad está más en la expectativa de lograrla que en el logro como tal: “la felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad”, como comprobamos cuando esperamos un nuevo trabajo muy deseado o un encuentro sexual.

En cuanto a los factores reductores que habrá que desmontar, Punset aconseja desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado, filtrar las instrucciones inspiradas en el adoctrinamiento grupal, no interferir con lo que ya funciona y conseguir que el miedo (ya que la felicidad es, básicamente, la ausencia de miedo), en vez de paralizarnos, nos sirva de estímulo.

La carga heredada, de la que habrá que desprenderse, o, al menos, tener en cuenta, consiste en que todos somos mutantes, en el desgaste y el envejecimiento, el ejercicio abyecto del poder político y en el estrés que nos provoca aquello que podemos imaginar.

Dentro de unos años, dice Punset, el sistema educativo enseñará a los niños que el primer paso en la búsqueda del bienestar consiste en aligerar el denominador compuesto por los factores reductores de la felicidad y la carga heredada, así como en conocer el numerador de los factores significativos. Así, los niños dedicarán un año escolar a ponderar el peso de lo que no han desaprendido todavía, la influencia nefasta del adoctrinamiento grupal, su grado de desconfianza en los procesos automatizados y la medida de su miedo emocional; así como a medir su carga mutacional particular, las características del sistema político en que viven y su disponibilidad a imaginar el bienestar futuro y no sólo situaciones de estrés. Luego dedicarán dos años al estudio de las emociones y los restantes factores significativos, es decir, a saber ponerse en el lugar del otro y a entender la importancia de la comunicación y la vida social.

17 noviembre, 2005

Un pasaje de la extraordinaria novela "Los inquilinos de Moonbloom", de Edward Lewis Wallant, protagonizada por un melancólico y soñador cobrador de alquileres:

"Había asistido a varias universidades y había encontrado solamente gráficas y créditos. Se había emborrachado con la idea de Dios y encontró solamente la teología. Había ascendido varias veces llevado de las sutiles y poderosas alas de la lujuria, a la espera de la magnificencia, pero sólo alcanzó la descarga. En algunas ocasiones había ampliado la amistad con palpitante esperanza, sólo para hallar que nadie sabía muy bien qué era lo que tenía en mente. Su soledad era ahora fruto de su metabolismo, esa constante respiración de alegría entrante y de tristeza saliente".

15 noviembre, 2005

Xiulet 1, xiulet 2, xiulet 3

Els vaig gaudir en distàncies curtes per primera vegada fa prop d’any i mig. S’ho va fer venir bé per obviar les hores extres a la tele i hi vam anar junts. Ens va encantar la calidesa, la proximitat, i el vals xiulat. Ella ho intentava, però no li sortia. Érem feliços, suposo.

Poc temps més tard, hi vam repetir. Ja no érem parella, però vam decidir obrir-nos les venes i plorar totes les cançons plegats, el vals xiulat també. Seguia sense saber-ne. Després… la tristesa més absoluta.

Fa dues setmanes vam fer realitat allò de “la vençuda i la tercera”. Els nervis van desaparèixer aviat. Tot just es tractava de seguir fent allò que fèiem des que vaig decidir que ja era capaç de fer-ho. Els sopars, els trinaranjus birrejats, els matins de dissabte… veure’ls de nou no significava més que qualsevol altra activitat compartida. O si. Si significava. Significava recuperar la pau, la normalitat. El vals xiulat ja no ens va fer plorar... i no, encara no ho ha aconseguit.

COMING SOON

12 noviembre, 2005

Para seguir tirando


En el poco tiempo que hace que me obligan a escribir sobre desgracias ajenas (normalmente robos o accidentes de tráfico, a veces hasta te puedes permitir un titular divertido si no hay sangre) me ha dado tiempo de ver, y de reescribir, bastantes cosas, no siempre edificantes. Pero ninguna como la de ayer, como la de anteayer, para ser exactos. Me tocó seguirla muy de cerca, llamar a los hospitales, achuchar al corresponsal para que pasara información, redactar una y otra vez el relato cada vez más triste y más penoso y como más de tragedia griega de lo ocurrido. Y los detalles de lo ocurrido me dejaron muy tocada, tanto que al engancharme -sin poder evitarlo- al telediario de la noche y oír que el último niño, el bebé de mes y medio que habían trasladado a San Juan de Dios, había muerto casi en el mismo momento en que encontraban, entre las ruinas del edificio de Tarragona, el cadáver del ocupante del piso en el que se produjo la explosión (y presunto suicida, según se rumoreaba desde primeras horas de la mañana y luego casi confirmaron los investigadores), no pude evitar acordarme de ese hombre que había visto cómo el techo de su casa se desplomaba sobre su mujer y sus tres hijos y que gritaba, abrazado a los bomberos “Salvad a mis hijos, a uno por lo menos, para seguir tirando”. Y me puse a llorar, claro.

11 noviembre, 2005

Réquiem por Woody



A) Terriblemente dolorosa decepción con Match Point. Impropio del talento de Woody Allen que baraje sin ningún pudor los más manidos tópicos sobre la infidelidad, la amante bombón que deviene una desquiciada, el arribismo… en una historia lineal, roma, reiterativa, sin ningún asomo de diálogo carnoso ni sarcasmo tan suyos, salida de un guión que, como la mayoría de los firmados en los últimos seis o siete años, están hechos con descuido, ligereza, en cinco minutos, propio de un genio que lo ha conseguido todo y ahora se limita a pasar el rato volviendo de forma rutinaria y negligente sobre sus obsesiones. El tema de la conciencia y su tanteo soterrado de la figura dostoievskiana de Raskolnikov ya lo había tratado con maestría en una de sus últimas obras maestras, Delitos y faltas, frente a la cual su último film es un proyecto de fin de curso de un plagiador abandonado por la inspiración. Pocas filmografías tan condicionadas por la situación sentimental como la suya. La presencia triste, reflexiva y grave de Mia Farrow extrajo lo mejor, creativamente hablando de él, tanto en el plano cómico como dramático (en aquellos gozosos tiempos en que armonizaba a la perfección el sentido lúdico y trágico de la vida) brindándole una edad de oro en la que acumuló título brillante tras título brillante Hannah y sus hermanas …(“manos tan pequeñas como la lluvia”) sería el ejemplo tragicómico perfecto, Otra mujer “¿un recuerdo es algo que tenemos o es algo que hemos perdido?”) lo trágico sublime y Broadway Danny Rose lo cómico insuperable). Con anterioridad, la excentricidad dicharachera de Diane Keaton apayasó su creatividad, limitándola a un sano desparrame, mientras que ahora, la juventud de Soon Yi la ha frivolizado. Celebrity, Desmontando a Harry y a ratos Melinda y Melinda me parece lo único a la altura de cuanto ha filmado en su tercera etapa. De veras que he ido saliendo hecho polvo de las salas en que han proyectado sus últimas películas, a las que en cada ocasión acudía como un enamorado que asiste a una eterna primera cita para comprobar que sus atenciones no son correspondidas.



B) Lo único salvable de Match Point, por vulgar que suene ya decirlo, es la presencia radiante de una Scarlett Johansson que de tan guapa e incitante hace daño, lástima que su personaje acabe derivando en la típica histérica desatendida. El caso es que en un momento comenta que es perfectamente consciente de su condición sexy, la cual la condena a que los hombres tengan un interés instantáneo en ella. Su hermana, por el contrario, atesora una belleza clásica. Pensándolo un momento, ni uno ni otro modelo constituyen la esencia de la seducción. Las curvas explosivas, labios carnosos, voz de cazalla y mirada de gato de Johansson la convierten en un automático objeto de deseo, despierta los instintos del bajo vientre con puntualidad británica. En cuanto a su (ausente) hermana, Balzac (sí, sí, dejadme que me ponga pedante) dijo que “la belleza es una promesa de felicidad”. Contemplar alguien o algo bonito nos estimula porque sus formas proporcionadas desprenden una sensación placentera que nos imbuye de la ilusión prospectiva de que en su compañía tocaríamos el cielo. Pero claro, ese subidón instantáneo habrá de batirse con el factor tiempo.
Entre estos dos patrones, unidos por provocar una atracción inmediata, creo que lo verdaderamente erótico es la persona comúnmente bautizada como “interesante”, poseedora de un no sé qué de difícil definición, ambiguo y (aquí reside la clave), involuntario, no forzado, espontáneo. Gente que va calando como una buena canción que es inapreciable en una primera escucha. Gente que se queda contigo cuando no está, es decir, que paradójicamente tiene una fuerte presencia en estado ausente, al modo de una experiencia que gana peso al convertirse en recuerdo. El consuelo de esta teoría es que integra potencialmente a todos los feos o normaluchos, que somos legión.

09 noviembre, 2005

Pecios

A) Mi tia a un paleta que hacía chapuzas en su segunda residencia: “No subim mol amanut”.

Mi tía a la madre de una niña que luce un turbante y que acaba de abrirle la puerta de su casa, donde se celebra una merienda de cumpleaños a la que ha llevado a mi prima Laura: “Qué chasco. No sabía que la fiesta era de disfraces”.

Mi tía a una amiga tras ver a una mujer de aspecto sospechoso entrar en el restaurante en el que están comiendo: “Vigila el bolso”. Respuesta de la amiga: “Es mi hermana”.

B) La prueba irrefutable de que alguin te ama es que te escriba lo siguiente:

"Try to roll with the punches. Keep your chin up. Don´t take any wooden nickels. Vote Democrat in every election. Ride your bike in the park. Dream about my perfect, golden body. Take your vitamins. Drink eight glasses of water a day. Watch a lot of movies. Don´t work too hard at your job. Take a trip to Paris with me. Brush your teeth after every meal. Don´t cross the street on a red light. Defend the little guy. Stick up for yourself. Remember how beautiful you are. Remember how much I love you. Drink one Scotch on the rocks every day. Breathe deeply. Keep your eyes open. Stay away from fatty foods. Sleep the sleep of the just. Remember how much I love you" (The Brooklyn Follies, Paul Auster).

C) Un dato: ¿Sabéis que está demostrado científicamente que una persona tiene un nivel anímico medio, por lo que si alguien es quejica y negativo y le toca la loteria, pasados, dicen, un par de años, se le habrá agotado la euforia y volverá a ser la persona amargada de siempre, mientras que alguien vitalista, con sentido del humor y positivo ante una desgracia pasará un tiempo lógico de duelo pero en breve recuperará su comportamiento tipo y volverá a ser la alegría de la huerta? Me ha parecido un dato curiosísimo frente a aquellos que se pasan la vida creyendo que si les cambiara la suerte serían personas muy diferentes.

Set de 7

Confesso que mai no m'he trobat John Berger (i que si m'he creuat algun cop amb ell pel carrer Pelai tampoc no l'he reconegut). I també reconec que, en les distàncies curtes, l'Amidala... bé, la Marty (por Martin, el abuelo al que nunca conocí) de "Beautiful Girls", és molt més impactant que qualsevol escriptor, per més talent que acumuli dins el seu cervell.

Però entenc les sensacions de plenitud i satisfacció que dóna trobar-se amb segons quines brillants personalitats del món on es desenvolupa la vida laboral de plumilles com nosaltres. Així que aquí va la meva llista (ampliable) d'entrevistats (in person) favorits:

1) Ernest Borgnine: el dolent de "De aquí a la eternidad" o "Los Vikingos" no és, només, un dels paios més macos amb qui he tingut l'oportunitat de xerrar de cinema... També és història viva del Hollywood més clàssic.
2) Woody Allen: pel que tothom m'havia comentat no anava amb massa esperança d'entrevista brillant (i no ho va ser), però compartir uns minuts amb el Woody és un dels cims de la professió. A la nostra segona trobada ja no hi havia nervis.
3) Leonor Watling: què haig de dir que no hagi dit ja... La vaig conèixer quan no era chica Almodóvar, ni cantava (gran concert, el darrer de Marlango al Palau de la Música), ni havia fet més tele que "Querido maestro". Em va conquerir amb la frase "me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir". Ens hem vist sovint i fins i tot vam quedar una vegada per fer una birra. Enveja? Jo la tindria...

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4) Chiquito de la Calzada: un geni, un monstre, el més gran talent còmic d'aquest estat (digues-li estat digues-li Espanya). Poques vegades he rigut tant en tant poc temps...
5) Jean Reno: un tipus normal i corrent, gens crescudet per la fama. Capaç de lloar a Natalie Portman o a Robert de Niro amb la mateixa facilitat que rajaba del Tom Cruise... Un plaer (o dos, que hi vaig repetir).
6) Nick Hornby: no va ser una entrevista, vam veure plegats (gràcies al meu company de blog i amic de Kirikis) un partit de Champions del Barça i vam discutir sobre el (nefast) rendiment d'Overmars. Gran escriptor, dubtós coneixedor del futbol...
7) Epi: estava a punt de retirar-se, jo encara estudiava a l'Autònoma. I allà, al vell Palau Blaugrana, vam anar a fer un treball de facultat. Va ser encantador i ens va encantar compartir amb ell (i els seus companys d'equip aleshores) una estoneta. Un ídol a tocar...

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02 noviembre, 2005

La Nuit


A una de las expresiones que siempre se ha contado entre mis favoritas, “De noche todos los gatos son pardos” le han encontrado una variante que todavía me gusta más: “Quien no se coloca de día, sale de noche”. Como cada año bisiesto que se me pasa la hora de volver a casa luciendo zapatos de cristal me deja perplejo el nivel de fantasmeo, de tontería, de juego de las apariencias, de proyección de una lastimosa imagen pluscuamperfecta de uno mismo que encuentro por ahí mientras mi estómago digiere la cena. ¡¡¡Qué baile de máscaras supone desfilar por bares y discos en el tránsito del viernes al sábado!!! Los mismos actores colocados bajo los rayos del sol y desposeídos de cualquier sustancia estimulante con toda probabilidad mostrarían un grado de incompatibilidad e incluso de náusea que los haría repelerse mutuamente como polos magnéticos opuestos. La combinación de oscuridad y música en cualquier local debe generar una atmósfera irreal, que conduce a una suspensión de la ley de la gravedad en el campo del juicio humano.

29 octubre, 2005

Lo peor de un sábado por la noche no es que te toque trabajar...

... lo peor es que también te toque trabajar el domingo por la mañana :-(

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(Y a mi lado ni siquiera se sienta Gael García Bernal)

28 octubre, 2005

Mi reino por un Miqui

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Pocas experiencias teatrales más alucinantes que el montaje de Juli Cèsar que Àlex Rigola llevó a cabo hace unos años en el Romea de Gràcia. Qudé atónito, boquiabierto, anonadado con su empleo de unos mínimos recursos escénicos, sus juegos de luces y sombras, su apuesta por apuntalar los climax con música rock, todos ellos elementos con un punto marciano pero que se integraban a la perfección con en el texto de Shakespeare, es más, lo propulsaban hacia una nueva lectura que es donde radica precisamente la riqueza de sus obras, en esa maleabilidad extemporánea de infinitas posibilidades creativas. De aquí el horror de contemplar la chapuza insultante y la payasada sin sentido a la que ha reducido Ricard 3r. Por principio estoy a favor de la deconstrucción de los clásicos, de faltar al respeto con criterio, de provocar con ideas, de descolocar con argumentos, pero supongo que hay límites que no deben traspasarse y que los marcan el buen gusto y la inteligibilidad. ¿Por qué convertir uno de los dramas más sanguinarios y tremebundos del bardo en un desfile de gañotas y gruñidos? “Estracanada” de vergüenza ajena, el principal problema de la obra quizás nazca de alterar el único fundamento intocable, el género (¿por qué convertir en una farsa de risa gruesa un drama lleno de reflexiones mordaces?). A medida que avanza la obra el verso shakesperaino se va apagando, se volatiliza en beneficio de vocifereos, guitarreos, pelucas, culos al aire y rayas de coca. De forma que cuando el monstruoso monarca a sangre y fuego acaba gimiendo su “My kingdom for a horse” uno piensa que habría dado su propio reino por un asiento con pasillo para estar hace rato en la calle.

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Por fortuna, las cosas mejoraron (aunque lo tenían fácil) gracias a un músico que tiene aspecto de Falstaff y cuyas letras hablan de lo mismo que el autor de Hamlet sólo que con algo más de inmediatez y algo menos de pretensiones formales. El concierto de Miqui Puig en La Paloma fue una gozada. En homenaje al salvador de la jornada he aquí una de sus letras que más me apasionan, la de Revival:

“Tu casa sigue estando en el mismo sitio. ¿Por queé no cambiaste tu número? Vives tan cerca de todo lo mío. De mi trabajo. De casa de Pepo y de los Viejos Clubs. Donde a veces pongo esos discos. Donde suena Northern Soul. Todo es revival. Todo va y viene, la vida, la muerte. Hasta el amor. ¿Reconocerías tú mi voz? Como seguro lo haría yo. Llevé un ramo de rosas rojas al hospital. Ana y Luis tuvieron otro chaval. Preguntaron por mi vida. Preguntaron por ti. Dicen que te han visto en el centro tan normal. Abrígate que viene el invierno si sales a comprar. Piensa que todo va y viene, todo es revival. Hasta el rock & roll dicen que volverá. La maxifalda y el disco. ¿Reconocerías tú mi voz? Como seguro lo haría yo…”.

25 octubre, 2005

A falta de Natalie, bueno es Berger

A mí sólo me ocurren acontecimientos tan fascinantes como los del Monty en mi imaginación. Prueba de ello es que mi encuentro más memorable lo tuve siendo un retaco con los payasos de la tele en el hall de un hotel y salí corriendo de vergüenza en cuanto mi madre me animó a pedirles un autógrafo. Ah, y también recuerdo que en el restaurante La Oca junto a Francesc Macià coincidí con Sara Montiel para regocijo de mi abuela. Esta falta de suerte, por llamarlo de algún modo, se compensa con la posibilidad de entrevistar (y, de tanto en tanto, copear) con grandísimos escritores que no son tan guapos como el bombón de anís Portman, pero que ocasionalmente endulzan la carencia con ideas estimulantes. O sea que mi vida es menos excitante (en todos los sentidos, tendríais que comer una vez a la semana en el Kikiriki con el mentado) pero rinde momentos de inspirada conversación. Todo esto viene al hilo de La vida secreta de las palabras (apunte: lo que el hijo adoptivo del Tormo sintió al contemplar con sus propios ojos a la Princesa Amidala lo hubiese experimentado yo de cruzarme con Sarah Polley, así que todos aquellos que acudísteis a un preestreno donde ésta se personó sin avisarme arderéis por toda la eternidad en el infierno) dedicada al escritor John Berger, de quien guardo un extraordinario recuerdo por ser el entrevistado posiblemente más afectuoso e inteligente con que me he topado. Emotivo retratista de las formas de vida rurales amenazadas de extinción (Puerca tierra, Una vez en Europa) y revelador teórico del arte y de la fotografía (Modos de ver y Te mando este rojo cadmio, salid en estampida a comprarlos), el título de la última película de Coixet le va al pelo pues, antes que nada, es un autor con una sensibilísima mirada de rayos X, capaz de sacar a la superfície, a través de las palabras, los secretos de cuanto oculta el mundo que damos por descontado. En su último libro, Aquí nos vemos (del que prefiero su nombre original, Here is where we meet, de preciosa pronunciación en voz alta), tiene un capítulo antológico en el que da la voz a los muertos para que hablen de cómo recuerdan el sabor de sus frutas preferidas, así como la siguiente escena que me parece el colmo de la sensualidad intelectualizada:
“Cuando nos despertamos, ella y yo estábamos abrazados, nuestros brazos y piernas enlazados. No nos sorprendió, pues los dos éramos conscientes de algo más asombroso: durante la noche los dos habíamos llevado a dormir al sexo del otro. Ni satisfaciéndolo ni negándolo, sino siguiendo un deseo diferente al que ni siquiera hoy es fácil darle nombre. Ninguna descripción clínica se adecua. Quizá era algo que sólo podía darse en la primavera londinense de 1943. Encontramos en los brazos del otro una forma de partir juntos, un medio de transportarnos a otro lado. Nos colocamos, nos acoplamos como si nuestros cuerpos compusieran un trineo o un monopatín. Sólo que entonces no existían los monopatines. El destino no era importante. Todas las salidas eran hacia una zona erógena. Lo que importaba era la distancia que dejábamos atrás. Y nos dimos distancia el uno al otro con cada lametazo. Donde nuestras pieles se tocaban había la promesa de un horizonte”.
A los que hayan tenido la paciencia de llegar hasta aquí les comentaré que campechano Berger me anotó la dirección de su granja bretona por si algún dia quería ir a visitarle, y también les dejaré estos comentarios suyos sobre los que reflexionar:
“Los medios de comunicación eliminan el pasado y el futuro no inmediato. En consecuencia, un presente en el que el pasado y el futuro a largo plazo no convergen no puede dar como resultado más que olvido”.
“No nos acercamos a ver las cosas de cerca. La información, con su prisa incesante, es ciega. Quítasela y la belleza sale a la superfície”.
“Estamos sumidos en una cultura de imágenes, en su mayoría relacionadas con las figuras de gastar y consumir. Pero las personas, cuando están solas y hablan de sí mismas, todavía se sirven de palabras”.
“La esperanza es una llama que te permite ver en la oscuridad”.

24 octubre, 2005

Estat de xoc

Divendres vaig sopar a dues taules, cinc escassos metres, de la Natalie Portman. Qualsevol cosa que digui està de més.

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PD: Ah, si, també hi era el Gael García Bernal. I feien manetes. I fumaven. I eren tan senzills i tan campetxanos (com la família reial). I... La Natalie Portman!!!! Allà, al costat, a tocar...

18 octubre, 2005

Al habla el Doctor Amor


Carta abierta a la inocente (y accidental) prospectora en los misterios del corazón humano:
Con todos los respetos, creo que no has entendido nada de la avalancha rosa que te ha avergonzado en el metro. Las novelas románticas son el género literario realista por antonomasia. Hemos de partir del hecho de que el amor es una involuntaria tormenta cerebral a través de la cual liberamos cantidades ingentes de dopamina y norepinefrina. Veamos: si los neurólogos abrieran nuestro coco durante el enamoramiento contemplarían el arrobador espectáculo de un córtex prefontal (región de la conciencia y el juicio moral) total y absolutamente inhibido, mientras que el área tegmental ventral (procesadora inconsciente de información sexual) y el núcleo caudado (integradora inconsciente de recuerdos y gustos) lo hallarían hirviendo de hiperactividad. En otras palabras, una combinación de flujos opuestos que revelan el carácter inconsciente del proceso, convirtiéndolo en una adicción más abierta a las oscilaciones entre euforia y ansiedad, al eterno toma y daca entre motivación y recompensa. Siendo pues la parte más irracional del ser humano, la más sensible a conductas ridículas, paranoides e indescifrables, la manifestación más palmaria de nuestras contradicciones y animalidad, de la ingobernabilidad de nuestras emociones, concluiremos que todo cuanto se comente o realice en una novela rosa, es sumamente plausible, casi podríamos aventurar que potencialmente dotado de un 99% de base ejecutiva. Sin ir más lejos, en nuestros archivos tenemos efectivamente casos de licantropía generados por una falta de correspondencia amorosa y, en el espectro opuesto, diagnósticos de amaxofobia generados por querer con locura. Si aún no la he convencido, pruebe a reflexionar sobre lo que dijo Melanceo “el Dorio” en el siglo XII A.C. justo antes de ingerir, impelido por un corazón asaeteado, una mezcla fatal de arvejas, yuca y pescado: “Si el sentido común se tomara, aunque sólo fuera por un instante, la molestia de analizar los motivos que me han conducido hasta aquí, me daría de hostias”.

15 octubre, 2005

Stop! Novela de amor

(Título gentilmente cedido por Fernando Fernán-Gómez)

La vida nos lleva a sitios extraños. Últimamente la vida me ha llevado a leer hasta cinco novelas románticas (dos de ellas romántico-paranormales, dos romántico-históricas y un thriller romántico) de portada sonrojante e interior aún más sonrojante en el plazo de un mes y medio, lo que debería convertirme en objeto de toneladas de compasión. Por si acaso no se vuelve a repetir la experiencia (por favor, que no se repita), y con espíritu constructivo, paso a enumerar Lo Que Todo Forzado Lector de Novelas Románticas Debería Saber Antes de Empezar a Leer:

- No esperes que los personajes se comporten de acuerdo a su supuesto carácter, porque su personalidad variará en función de lo que le interese al autor (autora en la mayoría de los casos) que ocurra en cada escena. Porque (atención a esta hipótesis, es de las que te hacen ganar una nota de “bien visto” en cualquier trabajo universitario) los cambios de punto de vista sólo sirven en este caso para trampear al lector, para que crea que todo lo que el personaje no hace cuando el punto de vista que se muestra es el suyo es plausible cuando el otro personaje lo relata. Ejemplo: Él piensa que jamás le podrá decir que la ama porque bla bla bla. Acto seguido, cuando es ella la que relata los acontecimientos, él se lanza a declarar su amor y a soltar toda una serie de cosas que el lector (aunque está por ver el porcentaje de hombres que se lanza al género) sabe que no encajan con el carácter del personaje en cuestión, pero que le convienen mucho a la historia. Es decir, que sin esas actuaciones “fuera de carácter” la historia sería imposible. Lo cual implica, en fin, un falso análisis psicológico, porque los personajes no actúan de acuerdo con ellos mismos casi nunca.

- No esperes que por ser el autor una autora y el lector una lectora vayan a sobrar alguno de los tópicos más rancios sobre hombres y mujeres. Ni que él vaya a ser alguna vez algo menos que espectacularmente atractivo o ella vaya a estar por debajo de Gisele Bündchen, eso tampoco.

- No esperes que las escenas de sexo sean sexys. Espera más bien que sean bastante embarazosas, cuando no divertidas (sin querer), o directamente cursis, o increíbles… además de excesivamente dialogadas, ¿no?.

- Si la novela es además medio histórica, no esperes que nada de lo que se explica vaya a estar mínimamente documentado. Espera mejor que sitúen una novela en Andorra y crean que aquello es el colmo del exotismo. Anoto además la sospechosa tendencia de las escritoras americanas a situar sus novelas en Escocia o Irlanda. Los británicos, en cambio, no les ponen nada, parece ser.

- No esperes que sitúen su historia en la actualidad, a menos que les de por introducir dragones, magos u hombres lobo en la trama. Los miriñaques sí que triunfan, igual que las calesas (la de cosas que pasan en las calesas), las mansiones señoriales y los peinados con mucho volumen.

- Y, finalmente, no esperes que nadie sea capaz de idear una trama que genere el suspense amoroso necesario para la supervivencia del género sin caer en ridículo. Es más fácil toparse con una causa tipo “mi familia está maldita” o “es que somos de especies distintas” (van dos novelas con esa excusa) que con “es que no sé si te quiero”.

Y, recuerda, si estás decidido a lanzarte pese a todo, no olvides forrar convenientemente las tapas de tu edición de bolsillo, más que nada para evitar problemillas en el metro.

13 octubre, 2005

Lloremos con Houellebecq


Después de la entrevista más marciana de mi vida con Michel Houellebecq -de la que el paralelismo más inmediato que encuentro es una visita a un psiquiátrico para "hablar" con un paciente en pijama sentado en una silla de ruedas, que sostiene un cigarrillo en la comisura de los labios del que le va cayendo la ceniza al regazo, y que tras larguísimos silencios responde con monosílabos o palabras vagas e ininteligibles mientras va acariciando a su perro- he aquí tres extractos de su última novela, La posibilidad de una isla, mezcla de ciencia ficción y tristísima historia de amor, provocadora y salvaje, pero también cargada de reflexiones filosóficas y sociológicas interesantísimas. Me he centrado en su visión fatalista del amor.

"Durante la primera parte de tu vida, no te das cuenta de tu felicidad hasta que la has perdido. Luego llega una edad, una segunda edad, en que sabes, en cuanto empiezas a vivir algo feliz, que acabarás perdiéndolo. Cuando conocía a Belle, comprendí que acababa de entrar en esa segunda edad. Tambieén comprendí que no había llegado todavía a la tercera, la de la auténtica vejez, cuando el hecho de prever la pérdida de la felicidad impide incluso llegar a sentirla.
Para hablar de Belle diré tan sólo, sin exageración ni metáfora, que me devolvió la vida. Con ella viví momentos de intensa felicidad. Puede que fuera la primera vez que tenía ocasión de pronunciar esa frase tan sencilla. Viví momentos de intensa felicidad. Dentro de ella, o un poco al lado; cuando estaba dentro de ella, o un poco antes, o un poco después. El tiempo, en aquella fase, seguía estando presente; había largos ratos en los que ya nada se movía, y luego volvía a caer en un "y luego". Más tarde, unas semanas después de conocernos, esos momentos felices se fusionaron, se reunieron; y mi vida entera en su presencia, bajo su mirada, se convirtió en felicidad".

"Cuando desaparece la sexualidad, lo que aparece es el cuerpo del otro, con su presencia vagamente hostil; los ruidos, los movimientos, los olores; y la presencia misma de ese cuerpo que ya no podemos tocar, ni santificar mediante el contacto, se convierte poco a poco en algo incómodo; desgraciadamente nada de esto es nuevo. La desaparición de la ternura sigue siempre de cerca a la del erotismo. No hay relación depurada, unión superior de las almas ni nada por el estilo que se le parezca, ni que pueda recordarla de forma alusiva. Cuando el amor físico desaparece, todo desaparece; una irritación taciturna, sin profundidad, viene a llenar la sucesión de los días. Y yo me hacía bien pocas ilusiones sobre el amor físico. Juventud, belleza, fuerza: los criterios del amor físico son exactamente los mismo que los del nazismo".

"La única manera de sobrevivir cuando estás realmente enamorado es disimularlo ante la mujer a la que amas, fingir en cualquier circunstancia un ligero desapego. ¡Qué tristeza en esta simple constatación! ¡Qué acusación contra el hombre!... Sin embargo, nunca se me había ocurrido poner en duda esa ley, ni pensar en sustraerme a ella; el amor te vuelve débil, y el más débil de los dos acaba oprimido, torturado y finalmente muerto a manos del otro, que por su parte oprime, tortura y mata sin intentar hacer daño, sin sentir placer alguno por ello, con una total indiferencia; eso es lo que los hombres, por regla general, llaman amor".

11 octubre, 2005

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Els tres millors discs que m'he comprat darrerament
(de fet, són els únics tres discs que m'he comprat darrerament).

- "Catching Tales", de Jamie Cullum (aquest paio és la bomba).
- "Alivio de luto", de Joaquín Sabina (el mestre, el més gran).
- "Automatic Imperfection", de Marlango (Leo, je t'aime).

10 octubre, 2005

Declaraciones del siempre lúcido Javier Marías, inoculado con algo tan infrecuente como es la necesidad de ir a contracorriente del generalizado aborregamiento mental:

"Se considera que amar es algo muy bueno en sí mismo. Hay la idea casi
universalmente aceptada de que amar es lo mejor que le puede pasar a nadie.
Esto es muy relativo. Amar no es ningún mérito. No es en sí mismo ni bueno
ni malo, puede ser estupendo y puede ser un horror. Otra cosa para mí muy
negativa y casi universalmente aceptada es que el sufrimiento en sí misno
tiene mérito. La palabra mérito no es la adecuada. El sufrimiento puede ser
digno de compasión, pero mérito en sí mismo no tiene."

"De joven, a veces, uno hace grandes tragedias de lo que le sucede, cuando
lo que le sucede no tiene gran importancia visto desde un punto de vista de
mayor experiencia. Cuando mayor se es, más se aprecia la gravedad de las
cosas que son verdaderamente graves. Se tiene más sensación de cierta falta
de remedio posible, de falta de tiempo para enmendarlas, mientras que en la
juventud siempre se piensa que puede haber un tiempo mejor, que puede haber
un país mejor."

"Ahora tengo la sensación de que no solamente no se avergüenza nadie de ser
ignorante, sino que incluso se enorgullece de serlo –hablo siempre en
términos muy amplios y muy generales y desde mi punto de vista, claro. Y
están tan satisfechos. Esa cosa muy española de: "Pues sí, no sé eso, ¿y
que?", "y además no sé escribir, ¿y qué?, "Y además no sé leer, ¿qué pasa?"

"Las personas muertas que yo realmente echo de menos –para decirlo
simplemente, "mis muertos" entre comillas- los tengo en la cabeza
permanentemente. No pasa día en que no me acuerde en algún momento, por
algún pequeño motivo y con toda naturalidad, de ellos. El hecho de que no
los vea, en algunos casos, desde hace ya mucho años, no significa que no
estén presentes en mi vida. Estuvieron presentes en mi vida con intensidad
durante suficiente tiempo como para que siga siendo así."

05 octubre, 2005

Sacher Torte y los extraterrestres


Me autoinvito a cenar a casa de Sacher Torte, a quien por extraños conductos me une Jorge Bucay y el estribillo de una canción de Placebo. Lo primero que hace es poner un vino tinto en el congelador. Más tarde, concentrará unos treinta gramos de café molido en un cinco centrilitos de agua como resultado de retirar la cafetera del fuego con considerable antelación. Lo que se dice un café cargadito. Por cuestiones masoquistas que prefiero no detenerme a sopesar, me resulta encantador que a mi sugerencia de salir de parranda me suelte un “ni de coña” y que a la declaración de intenciones de marcharme, emitida no por deseo sino por cortesía, enseguida obtenga la entusiasta respuesta, “y tanto que te largas”. Luego intuiré que un detalle microscópico que le he traído del quinto pino acumula sedimentos en un cajón en vez de enroscarse en su muñeca. Sacher Torte tiene algo de caja fuerte, de jeroglífico azteca, y un pelín de animalillo deslumbrado por los focos de un coche (mas no de los que acabarán chafados sino de los que te sacarán de la carretera). Pero la caída de ojos, los principios y las madalenas integrales lo compensan todo. Tras sopesar, de forma desenfadada, divergentes criterios de excelencia musical y calidad literaria, y antes de volver a casa con un saco de interrogantes que no hace sino estimular el eterno debate sobre los límites de la comunicación humana, me enseñó una fotografia de infancia, la clásica de pandilla veraniega de impúberes sonrientes con el pelo rebosante de cloro y relucientes dientes de leche. En ella se esconde el origen de su creencia en los extraterrestres. Un punto luminoso en el margen superior derecho, producto de una simple sobreexposición, le hizo imaginar que era una especie de ovni al que sólo las sales de plata podían revelar. Bendita inocencia, aunque también me pregunto si no fue víctima inconsciente de una abducción y por ello ahora resulta tan rematadamente desconcertante.

03 octubre, 2005

Es que no puedo...

50 ofensas al buen gusto necesitadas de erradicación de cara a salvar a la humanidad de la autodestrucción.

1) Los tangas.

2) Las camisetas sin mangas.

3) Las camisetas ceñidas.

4) Las camisetas promocionales.

5) El maquillaje en las chicas.

6) Los cafés en vaso.

7) Las bambas con rejilla.

8) Los chándals fuera del tartán

9) Las permanentes.

10) La ingestión de cualquier alimento en cines, teatros…

11) Hablar en los ídems.

12) El empleo de vocablos comodín atrofiacerebros tipo “rollo”, “guay”, “marrón”…

13) Las frases “ya te lo dije” y “es que yo soy así”.

14) Las pegatinas en los coches.

15) Hablar por móvil en público.

16) El pollo.

17) Los merenderos de carretera.

18) Los libros de Lucía Etxebarría.

19) Lucía Etxebarría.

20) Los transistores en la playa.

21) Las axilas sin depilar.

22) La laca.

23) Los coches discoteca.

24) Los palillos de dientes.

25) Los pueblos cotillas.

26) Las paellas Paellador.

27) Las porcelanas Lladró.

28) Las uñas pintadas.

29) Las películas subtituladas.

30) Los poemas traducidos.

31) Las bodas.

32) Los bautizos.

33) Las comuniones.

34) El café descafeinado.

35) Los refrescos light.

36) La sacarina.

37) Los productos dietéticos en general.

38) Mascar chicle en estéreo.

39) El victimismo y la visión trágica de la vida en hijos de papá.

40) Las fiestas de disfraces.

41) Los payasos del circo.

42) Los mimos.

43) La frase “No leo porque no tengo tiempo”.

44) Los gurús de la autoayuda.

45) La grasa.

46) Las acelgas.

47) Las despedidas de soltero.

48) Los parques temáticos.

49) Los álbumes de fotos ajenos.

50) Las bolas de nieve de recuerdo.

(Continuará)

26 septiembre, 2005

Dos experiencias literarias a compartir. A la primera llegué en las habituales galeradas (por cierto, la última novela de Rushdie es una obra maestra para babear y tener el sombrero perennemente en la mano, no os la perdáis) y, a la otra, viendo la encantadora estupidez de insultante previsibilidad "Y que le gusten los perros". Para que luego algunos me tilden de pretencioso.

“Lo miraba mientras se alejaba hacia el pasado, de pie en la acera, pasando ante sus ojos cada momento y perdiéndose para siempre, sobreviviendo solo en el espacio exterior en forma de rayos de luz en fuga. Eso es lo que era la pérdida, lo que era la muerte: una huida hacia luminosas formas onduladas, hacia la velocidad inefable de los años-luz y los parsecs, las distancias eternamente en retroceso del cosmos. En el borde del universo conocido, una criatura inimaginable miraría un día por su telescopio y vería a Max Ophuls acercándose, con un traje de seda y rosas de cumpleaños, empujado siempre hacia delante por las oleadas de luz”.

Shalimar, el payaso. Salman Rushdie.


“I whispered, 'I am too young,'
And then, 'I am old enough';
Wherefore I threw a penny
To find out if I might love.'
Go and love, go and love, young man,
If the lady be young and fair.'
Ah, penny, brown penny, brown penny,
I am looped in the loops of her hair.
O love is the crooked thing,
There is nobody wise enough
To find out all that is in it,
For he would be thinking of love
Till the stars had run away
And the shadows eaten the moon.
Ah, penny, brown penny, brown penny,
One cannot begin it too soon”.

Brown Penny. William Butler Yeats.

22 septiembre, 2005

Más descubrimientos pueblerinos

En la época en que leía “Historias de Ninguno” (Barco de Vapor, Serie Azul) era tan gilipollas (o tan pequeña) que no me di cuenta de que el ejemplar que me compraron tenía un defecto de fábrica que hacía que, llegado un momento determinado de la historia, el libro recomenzara otra vez desde el principio, y otra vez de nuevo, en bucle.

Pero a mí me parecía bien...

O mostré una temprana comprensión del fenómeno surrealista o los niños son hasta demasiado propensos a aceptar lo raro como parte de la realidad.

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Leo's Kiss

Definiu-me com a patètic, però acabo de ser petonejat per la Leonor Watling i se’m cau la baba. Passa que, quan un, a banda de ser mitòman, és heterosexual convicte i confés, que et petonegi la Leonor Watling no és tonteria. I no sabeu com petoneja, la Watling. I com t’abraça mentre els seus llavis t’acaronen la galta i un soroll, un magnífic soroll de petó sorollós, es converteix en música celestial.

20 septiembre, 2005

Amiga vía satélite


Cuando mi amiga canadiense me contó que sus padres la bautizaron a partir de un satélite que su país lanzó el año de su nacimiento me pareció encantador pero, pensándolo un momento, sólo porque su nombre lo es, ya que por la tundra siberiana correrá algún adulto Sputnik (y por Tulsa un Apollo) al que no le hará mucha gracia la ascendencia del espacio exterior sobre su persona. El pasado 9 de septiembre la compañía Telesat disparó desde Kazajastán –a las 3:53 hora local- el satélite que hace dieciséis de su carrera, ocasión para la que recuperó el nombre, añadiéndole una R al final. La buena noticia es que el slalom interestelar del Anik F1R pretende mejorar el sistema de posicionamiento global para que la flota aeronáutica de Canadá y Estados Unidos se deslice por el espacio aéreo de Canadá y Estados Unidos como un niño vitalista que atraviesa en calcetines de tenis el pasillo recién encerado de casa, misión que casa muy bien con la personalidad de la susodicha, ya que lo que a primera vista aparenta un carácter fuerte y serio como un costosísimo proyecto galáctico para revelarse al poco como otra fórmula de ejercer de benefactora de la humanidad (por lo meos de los que la rodean). La mala noticia es que la estimación de vida del satélite se sitúa en torno a los 15 años.

¿Hablas mi idioma?


Conocer a gente es como aprender idiomas. Hay que entran bien desde el principio, fluyen con la naturalidad del que siempre ha estado ahí y se instalan con todos sus trastos, ni siquiera es necesario practicarlos a menudo; otros sólo aparentan facilidad para, al cabo de unas cuantas lecciones, revelarse un trabalenguas que estorba y en el que jamás seremos capaces de pronunciar correctamente palabras como “calefacción” o “aliño”, en el que incluso un simple “gracias”o un “qué vamos a hacerle” surgen con la distorsión heladora de un traductor digital; los hay que de buenas a primeras sacan los colmillos y ni tú te ves lanzando un “acogedor” pensándolo realmente o un “delicioso” sintiéndolo donde toca ni, por supuesto, la parte opuesta te revelará lo que más cuenta, esas ironías que excitan su mundo, los dobles sentidos que mandan a su sonrisa a trepar feliz por las paredes. Quizás el caso más triste de todo este asunto es la frecuencia con que una rabiosa potencialidad de compatibilidad lingüística se desinfla por culpa de esas traicioneras minas que son los términos ambiguos, llámeseles “correspondencia”, “límites”, “malentendido”. Son lapsus naturales, propios de las lenguas extranjeras, uno cree estar respaldado fonéticamente por lo que le suena a “prudencia”y resulta que semánticamente ha soltado “disparate”. Tener don de gentes es un arte, pero los políglotas son seres sufrientes por naturaleza.

19 septiembre, 2005

Las ovejitas y el bola

Entre discutir amb companys sobre els mèrits de Manuel Gutiérrez Aragón per rebre el Premi Nacional de Cinematografia (algú que ha rodat “Visionarios”… mereix cap altra cosa que no sigui una patada al cul?) i continuar coincidint en que la peli del Winterbottom és la millor de les que s’han vist a la Secció Oficial fins ara, l’acreditat vacacionero al Festival (el menda lerenda, vaja) aprofita per gaudir coses tan cinematogràfiques com un partit de futbol (malgrat que el resultat no sigui el desitjat, snif) a un bar de Lo Viejo, o per (algú ho dubtava?) anar a totes les festes, saraus i pesebrones possibles.

No parlaré de que els periodistes de Madrid comen aparte (tot i que m’encanta compartir moments amb les Chusas), ni de borratxos ilustres, que les festetes nocturnes donen per molt i un acaba sent testimoni de petons entre actors argentins fills de la núvia i periodistes de diaris catalans del dia (del dia d’avui, of course). Tot i que no cal fer hores extra per presenciar el momentasso del festival: Carmen Sevilla entrevistant al pobre Juan José Ballesta per “Cine de barrio”. Primera pregunta: “¿qué me cuentas?” Resposta de l’atribulat ex bola: “¿Qué te cuento de qué?”

Les noves recomanacions cinematogràfiques: “7 vírgenes” i “El infierno”, que, a més de ser bona, té a l’Emmanuelle Béart de protagonista. I és aquí, a Donosti. I jo estic sueltu... Aquesta nit promet...

PD: Què se li pregunta a una actriu que ha fet una autèntica basurilla de pel.lícula?
PD2: Missatge a Arsène Lupin. El Viscosillo és davant meu en aquests mateixos moments... De moment la nostra virginitat segueix intacta. Seguirem informant.

17 septiembre, 2005

From Donosti with Love

Dissabte 17 de setembre. Tercer dia de festival donostiarra. Resum fins ara: dues pelis brillants a la secció oficial (Winterbottom i Bielinsky… què ens juguem a que no guanyen res?), una presa de pèl del major timador de la història del cine (i li fan una retrospectiva i tot!!!), uns bailoteos, unes fotos amb el Cuba Gooding Jr fent honor al seu nom (anava com una autèntica cuba, el paio), l’eterna incertesa de no saber si agafar o no una rebequeta (farà calor? farà rasca? plourà?), uns petons amb la Maria Valverde (uf!), unes extraordinàries tartaletes d’hongos (de bolets, vaja), unes espectaculars torrades de foie amb salsa de raïm, un marron en forma d’entrevista amb el Kim Ki-duk (més uffs!), i la millor ciutat que existeix per passar una setmana (o 10 dies).

I una frase per la posteritat: "Liar es convencer con fines deshonestos".

09 septiembre, 2005

Ingenuidad

Ahora que por fin descubrimos que la idea de Estados Unidos como superpotencia era un bluff maquinado por la Disney Corporation, al necesitar que le enviemos bocadillos de chorizo y mantas zamaronas, parece un inmejorable momento para confesaros que el mundo ha vivido equivocado en muchos otros aspectos.

1) La pasta de dientes sólo refresca el aliento.
2) En Japón no hablan inglés.
3) El tanga no es sexy (siento insistir).
4) Cuando te preguntan “¿qué tal?” no están interesados en tu salud, es que no saben qué decirte.
5) Lo que llamamos amor no es más que segregación de dopamina y norepinefrina
6) Danielle Steel no existe, es un corazón gigante y multiarterial, creado artificialmente y capaz de transmitir inflamados sentimentos telepáticos a un negro malpagado de Delacorte Press.
7) Visitar la India no supone una pregrinación espiritual, igual que acudir hoy a Nueva Orleans no es pisar el paraíso del jazz.
8) La auténtica belleza no es interior, ¿acaso no visteis la foto de Jennifer Connelly?
9) Todos los ogros vienen de Ceilán.
10 ) Las modelos de perfumes son frankensteins de perfecciones cosidas por ordenador.
11) Quitan y ponen presidentes, maquinan guerras, ordenan asesinatos, dirigen la economía global, elaboran constituciones, nos lavan el cerebro, tiene los medios de comunicación comprados... ¿El argumento de un inédito de Philip K. Dick? No, los entresijos del auténtico Club Bilderberg, la maquiavélica organización que encamina a la humanidad hacia una pesadilla que ni la imaginación mancomunada de Orwell ni Huxley podría haber divisado.
12) La Gioconda que exhibe el Louvre es una copia.
13) La fecha de caducidad de los yogures es una falacia.
14) A La Giralda se sube por unas inestables escaleras en las que han encontrado la muerte varios turistas (Digital Fortress, de Dan Brown).
15) El epitafio de Groucho Marx no es “perdonen que no me levante”.
16) Ni tus padres ni tus hermanos/as pueden ser tus mejores amigos/as.
(Continuará)

05 septiembre, 2005

Socorro, un pueblo

Aquí voy a ponerme a varios en contra (hola, Monty), pero ¿qué le pasa a la gente con los pueblos? Como casi cualquiera, pasé todos los veranos de mi canguril infancia en medio de un villorrio tan maravilloso o tan infecto como tantos otros, pero abandoné el hábito a los 9 años y supongo que ahí me salté alguna fase fundamental de la experiencia, porque ahora no puedo soportarlos… y me encantaban, o me encantaba mi pueblo. El pueblo del que hablo ahora es otro, pero a todo el mundo le parece aún más maravilloso que el anterior, hasta el punto de que he llegado a considerarme la única anti-fan (acérrima) del municipio en cuestión de todo el territorio nacional. Y el sentimiento es tan visceral y tan poco comprensible para el resto de la raza humana que juro que cada vez que voy (o cada vez que vuelvo, como esta vez) intento descubrir los motivos ocultos, aunque creo que se me siguen escapando…

¿Lo odio porque…

- me aburro tanto, pero tanto tanto, que me da por mirar todos los álbumes escolares que mi madre tiene allí almacenados y acabo elaborando teorías psicológicas sobre por qué mi hermana dibujaba machaconamente piedras en su etapa preescolar? (pero eso en realidad me divierte: hasta me imagino una conversación profesora-alumna tipo “A ver, ¿qué es esto de aquí?” “Una piedra” “¿Y esto que tiene ramas y hojas?” “Una piedra” “¿Y esta señora con el pelo así es tu mamá?” “No… es una piedra”).
- porque aborrezco que me saquen parecidos por la calle, sobre la marcha? ¿Sobre todo porque casi todo el mundo concluye que no me parezco a nadie de mi familia y que, por lo tanto, bien podría ser hija del vecino?
- porque he aburrido las conversaciones tipo “¿sabes la mujer del aquel de Serraduy que vivía encima de casa Melsa? Sí, hombre, aquel que tenía un hijo en Barcelona con una novia que era de Torrobato… Pues su padre, que es contrafamilia nuestra por parte del abuelo, murió el mes pasado”? (y sí, parece que existe el concepto “contrafamilia”, al menos en mi casa).
- porque no entiendo que haga falta hora y media para recorrer 100 metros de la calle principal sólo porque haya que ir saludando hasta a las farolas? (y exhibiendo, de paso, como si fuera ganado, a la hija de visita al grito pantojil de ¡dientes, dientes, que eso les jode! – frase muy por encima de “¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?”).
- porque hay una cantidad indecente de moscas?
- porque hace tanto calor como aquí, pero ya han cerrado la piscina?
- porque la panadera le explica con detalle a tu madre con quién y cuanto rato estuvo hablando anoche su hija en el bar, y en qué esquina concretamente?
- porque los veraneantes profesan una adoración sin límites al terruño y los que viven allí todo el año se mueren por largarse a una ciudad a estudiar?

… no sé, puede que sea algo de eso. O que tengo asfalto en las venas. O que necesito un plan de choque tipo “Doctor en Alaska”, para recuperar las esencias y demás. O que no le pillo yo el encanto al olor a estiércol. Mucho mejor el de cloaca, dónde va a parar…

02 septiembre, 2005

Jennifer


En el folklore del terror nipón resulta troncal la figura del espíritu inquieto que se mezcla entre los vivos con su corporeidad intacta buscando reparar una injusticia del pasado, encontrar un punto de fuga a una maldición ligada a un mal comportamiento en vida. Un clásico muy recomendable para los interesados en historias de fantasmas es Cuentos de lluvia y de luna de Akira Ueda (Trotta). Inspirándose pues en la tradición, la literatura de terror de Koji Suzuki le ha añadido una aportación personal que es todo un hallazgo por su naturaleza irónica: convertir el agua, simbolo de pureza y transparencia, en vehículo conductor de los pecados del pasado y de la oscuridad presente con que los agentes del miedo sobrenatural desestabilizan la cotidianiedad del sujeto de clase media. Como si de un insuperable trauma de infancia involucrando un intento de ahogo en una piscina escolar se tratara, tanto por los relatos que conforman Dark Water como en la trilogía vírica bautizada en torno a figuras esféricas (The Ring, Spiral y Loop) fluye la amenaza del H20, visiblemente en el primer caso (barcos a la deriva, islas fantasmales…) más metafóricamente en el segundo (sobre todo a través de la omnipresencia del pozo, clásico depósito del mal en la narrativa fantástica japonesa). El, a mi entender, discreto remake norteamericano de Dark Water, básicamente por su tibia capacidad de inquietar, aunque mi familiarizacion primero con el relato y luego con el original de Nakata puede haber jugado en su contra, sólo resulta estimulante por un acierto de casting con el que Walter Selles consigue trasplantar ese juego irónico de Suzuki entre nubilidad y tinieblas al rostro de ángel desamparado de la protagonista. La inconmensurable belleza de Jennifer Connelly –de esas que llegan a doler- resulta, desde mi discutible punto de vista, el único y exclusivo espersor del miedo. La dulzura innata y el arrobamiento luminoso que emana de su perfección estética son los mejores aliados del terror. Sin sus rasgos de ensueño la película sería otro melodrama familiar. Lo que certifica de nuevo que no hay experiencia más escalofriante que ver a la muerte cortejar a un ideal de hermosura, el paseo de la araña peluda sobre el sabroso pastel de nata.

01 septiembre, 2005

Bus Station

És allà cada matí, assegut aparentant esperar l’autobús. Però no, no n’agafa cap. Espera, només espera. Tindrà uns 75 anys, cabell repentinat cap enrera, amarat de colònia, ulleres enormes de montura metàl.lica (i de mida incorrecte: no li arriben al final de l’orella) i bigotet d’aquells bigotets que es duien a la postguerra. Vesteix americana blau fort i camisa de ratlles, sempre la mateixa, corbata fosca i pantalons no gaire més clars. Sabates velles i una d’aquelles carteres que volen semblar d’executiu però es queden a mig camí. Tot plegat, ferum de ranci. No sé qui és però sempre hi és. Tots els matins d’estiu des de fa dos o tres anys.

De vegades penso que és un fantasma, que només existeix en la meva imaginació.

30 agosto, 2005

Cinco frases, un verano

1. Me quedaría a vivir en tu boca.
2. Esto es un vayabús.
3. El aire corta la tensión.
4. El viento corta la leña.
5. Sempre estornudo de dos en dos.

29 agosto, 2005

The Doors


Poema citado por Jacinto Antón ayer en su excepcional retrato del conde Almásy para el EPS.

"Pronto aprenderemos que algunas cosas están escondidas para nosotros / o al menos agonizantemente pospuestas / que algunas puertas nunca parecen abrirse / que otras nunca parecen cerrarse / y que todas las puertas están /de alguna manera prohibidas".

"La puerta de Siwa" de Tom Lamont.

24 agosto, 2005

Lo bello y lo triste de viajar


1) Me gusta viajar por curiosidades como descubrir que el murciélago puede ser considerado un animal que trae buena suerte, que es posible contemplar sincrónicamente siete lunas desde el pabellón de reposo de un palacete chino -donde la entrada a cada uno de los aposentos se realiza por escalones ya que: a) ahuyentan a los malos espíritus b) evitan que los pudientes corran y pierdan así la compostura c) facilitan el arqueo de los invitados al franquear el umbral, contribuyendo así a mostrar el pertinente gesto de respeto a los anfitriones-, o que existe una contaminación lumínica que provoca mareos y vómitos a resultas de a) el reflejo de la luz en los cristales de los rascacielos b) la sobreexposición a los neones. Pero me gusta más viajar porque cada vez creo más firmemente que cuanto más viajas más consciente eres de tu ignorancia y, en teoría, ello refuerza tu humildad.

2) A todo esto, la vuelta de los viajes me pone algo tristón, uno conoce otros mundos que engrandecen el corazón a costa de empequeñecer tu rutina. Este es el precio, vislumbrar una imagen preciosa que va desintegrándose desde el mismo momento en que posas tus ojos en ella. Te queda una huella pero pierdes el molde. Quizás esta extraordinaria reflexión de Soren Kierkegaard explique el porqué del spleen postdesplazamientosocéanicos:
"La repetición y el recuerdo son el mismo movimiento, pero en sentidos opuestos; ya que aquello que se recuerda se repite retrocediendo, mientras que la repetición propiamente dicha se recuerda avanzando. Por eso la repetición, si es que ésta es posible, hace feliz al hombre, mientras que el recuerdo le hace desgraciado".

22 agosto, 2005

Calendario Geek

El enlace que hace juego con mi pijama de I'm a Nerd es un wiki con datos tan interesantes como la fecha del auténtico Día de la Marmota, el cumpleaños del fundador de Apple, el (xxxx) día en el que se formuló el número pi o el minuto exacto en el que Doc Brown descubrió el Condensador de Fluzo (¡sabía que existía!).

18 agosto, 2005

Happiness

Dues frases sobre la felicitat:

"La felicitat compensa amb alçada el que li manca en longitud" (Robert Frost).

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"La felicidad femenina se basa en la infelicidad masculina" (el Frutero).

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Chinito yo, ¿chinito tú?


Sólo un consejo repelente recién aterrizado de China y con el jet lag ejerciendo de perro lazarillo: robadle a vuestros padres, sacadle los ahorros de toda una vida a los abuelos, esquilmad a los turistas que nos asaltan estos días, hipotecad la casa y el perro, atracad un banco, vended vuestros cuerpos al mejor postor, traficad con caviar iraní, estafad con negocios irrastreables vía internet, falsificad tarjetas de crédito, estaros de comer un año entero... hacéroslo como queráis pero intentad visitar Hong Kong. Ciudad alucinante, dividida, por gentilteza de un ferry vetusto y renqueante, en una isla en la que te encuentras con un pequeño Manhattan recorrido por añejos tranvías lentos como unas palabras dulces que nunca te van a decir y flanqueado por calles empinadas donde te venden aletas de tiburón o remedios medicinales que tan pronto curan un catarro como potencian el vigor sexual, y en una península (Kowloon) donde de día el incienso invade los templos y de noche el neón te asalta la retina, donde de noche y de día todo el mundo se empecina en venderte un Rolex falso como una moneda cuadrada y dos personas podéis comer por cuatro euros en el andrajoso comedor de un mercadillo en el que la mitad de los platos te revuelven el estómago apenas mirarlos. Si algún día desaparezco, dudo que nadie me busque, pero HK sería un buen lugar donde comenzar a hacerlo.

16 agosto, 2005

Preguntas de verano

¿Por qué todos, pero todos todos, los presentadores suplentes de RAC 1 son bastante mejores que los presentadores titulares? (sin que ni unos ni otros alcancen los mínimos establecidos por la OMS, claro)

¿Por qué los guiris siempre siempre siempre escogen el lado equivocado a la hora de atravesar las máquinas canceladoras del metro? ¿Y por qué fingen sordera ante las famosas "señales acústicas" y no espabilan para salir de los vagones a tiempo? ¿Y hasta cuándo tendremos que escuchar lo de los tramos en obras de la Línea 1 y 5? (sollozo)

¿Cómo es posible que existan tantas formas distintas de decir "cerrado por vacaciones del 1 al 31 de agosto"? Subpregunta: ¿Y por qué tantos dudan en añadir lo de "ambos inclusive", como si no supieran muy bien lo que significan esas palabras?

¿Por qué todo el mundo habla de Sin City?

¿Cuándo volverá Lozzy de su viaje al lejano Oriente y permitirá que Monty y yo nos dediquemos, como solíamos, a vegetar?

11 agosto, 2005

Hey, Charlie

No está a la altura de Matilda y su humor negro para niños, pero Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl, es, junto a su segunda parte, Charlie y el gran ascensor de cristal, uno de esos libros infantiles que recomendaría leer a cualquier adulto. De hecho, es uno de esos libros (Momo sería otro, sin duda) que me da pena que un niño no haya leído. Y que todavía me da más pena de que un adulto no conozca ni por referencias, sobre todo porque para un adulto… ¡me temo que ya es tarde! Puede que llegues a ser buena persona igual si no has leído a Roald Dahl, pero no sé… Yo tengo mis dudas.

(A veces venía alguien a la FNAC y sacaba la clásica lista de libros recomendados. Arrugaba la nariz al llegar a Charlie y la fábrica de chocolate y preguntaba ¿está bien este? Yo se lo buscaba desesperadamente, se lo ponía en las manos y les empujaba hacia la caja en plan ¿bromea? ¡Es lo mejor que se ha escrito! Ande, tire para la caja y yo fingiré que no he oído que decía no conocer Charlie y la fábrica de chocolate…).

Charlie es un niño pobre. Pobrísimo. Su padre trabaja enroscando tapones de pasta dentífrica a sus respectivos tubos en una fábrica, lo que significa que toda la familia vive de pan con margarina (lo de la margarina debía de parecerle a Dahl lo último, en Matilda ya hacía que la pobre señorita Honey se alimentara exclusivamente de margarina) y de sopa de repollo (que sigo sin saber lo que es, pero que me ha quedado de aquella época la sensación de que debía de ser de lo más cutre, algo así como lo opuesto a la cerveza de jengibre de los libros de Los Cinco).

Lo de toda la familia significa Charlie, su padre y su madre y cuatro abuelos que Dahl asegura que sobrepasan los 90 años, lo cual es matemáticamente imposible a menos que supongamos que los padres de Charlie tengan de 60 a 70 años y por lo tanto (Charlie tiene unos 10 años) el suyo sea un caso digno de figurar en los anales junto al de la mujer rumana de 67 años que tuvo gemelos el año pasado.

El caso es que (para resumir), Charlie tiene un golpe de suerte de lo más necesario para la supervivencia de la familia y gana una visita guiada por la mayor fábrica de chocolate del mundo, la fábrica del señor Wonka, además de dulces y chocolate para el resto de su vida (perfectos para completar la dieta del repollo, aunque el resultado no sea muy equilibrado, proteínicamente hablando). Otros cuatro niños, a cual más repulsivo y malcriado, ganan el mismo premio, y entran en la fábrica junto a Charlie.

Y ese es, fundamentalmente, el argumento de Charlie y la fábrica de chocolate, un título que diríamos que se ajusta bastante a lo que sería el desarrollo de la historia. Hasta aquí, nada nuevo, nada especial, un montón de tópicos sobre niños caprichosos y niños buenos y pobres, muy dickensianos y tal. Lo que pasa es que Roald Dahl es un tipo un tanto siniestro al que le gusta poner toques de humor absurdo en sus libros infantiles, y eso es lo que los hace tan disfrutables:


-¡Allí los tenéis!-gritó el señor Wonka-. ¡Caramelos cuadrados que se vuelven en redondo!
- No veo cómo pueden volverse en redondo si son cuadrados-comentó Mike Tevé.
- Son cuadrados-dijo Veruca Salt-. Son completamente cuadrados.
- Claro que son cuadrados-intervino el señor Wonka-. Yo nunca he dicho que no lo fueran.
-¡Dijo que se volvían en redondo!-le reprochó Veruca.
- Yo nunca dije eso. Dije que eran unos caramelos cuadrados que se volvían en redondo.
- ¡Pero no se vuelven en redondo!-exclamó Veruca Salt-. ¡Siguen siendo cuadrados!
- Se vuelven en redondo- insistió el señor Wonka.
-¡Claro que no se vuelven en redondo!- gritó Veruca Salt.
- Veruca, cariño-dijo la señora Salt-, no le hagas caso al señor Wonka. Te está mintiendo.
- Mi querida merluza-cortó el señor Wonka-, vaya a que le frían la cabeza.
- ¡Cómo se atreve a hablarme así!- gritó la señora Salt.
- ¡Oh, cállese! – pidió el señor Wonka-. ¡Y ahora, mirad esto!- sacó una llave de su bolsillo, abrió la puerta, la empujó… y de pronto… al ruido de la puerta que se abría, todas las filas y filas de pequeños caramelos cuadrados se volvieron rápidamente en redondo para ver quién entraba. Las diminutas caritas se volvieron realmente hacia la puerta miraron al señor Wonka.
- ¡Ahí lo tenéis!- gritó éste triunfalmente-. ¡Se han vuelto en redondo! ¡No hay discusión alguna! ¡Es un caramelo cuadrado que se vuelve en redondo!


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Es más: diría que el profesor Dumbledore (que a veces parece que chochea, pero no) de la saga Harry Potter es un poco señor Wonka. Me apuesto lo que queráis (que es una expresión muy de libro infantil traducido) a que J.K. Rowling tiene las Obras Completas de Dahl en su biblioteca.

Las dos únicas vitaminas que no contiene son la vitamina S, porque le pone a uno enfermo, y la vitamina H, porque hace que le crezcan a uno cuernos en la cabeza como a un toro. Pero sí tiene una dosis muy pequeña de la vitamina más rara y más mágica de todas: la vitamina Wonka.
-¿Y esa qué le hará?- preguntó con mucho interés el señor Tevé.
-Hará que le crezcan los dedos de los pies hasta que sean tan largos como los de las manos…
-¡Oh, no!-gritó la señora Tevé.
- No sea tonta- dijo el señor Wonka.-. Es algo muy útil. Podrá tocar el piano con los pies.

Así que aunque no entiendo por qué Tim Burton ha sentido la necesidad de pintarle a Johnny Depp los labios de color magenta, espero que haya resistido la tentación de incluir las canciones de los Oompa-Loompas y que la peli que sobre Charlie y la fábrica de chocolate se estrena esta semana no me haga decir aquello de “uf, era mejor el libro”.