22 febrero, 2009

Instrucciones para subir en el autobús de las 8.30

1.- Dúchate antes de salir de casa. Estás a punto de levantar el brazo a pocos milímetros de las narices de personas que no conoces de nada, así que comprueba que tienes desodorante en casa.

2.- Saluda al conductor. No cuesta nada y a ellos les hace felices, lo que hará que recuerden parar en tu parada aunque en el vehículo no quepa ni una aguja.

3.- Lleva el billete en la mano. Evita los atascos frente a la máquina canceladora e innecesarios momentos de pánico.

4.- Dirígete hacia el fondo del autobús. Siempre hacia el fondo. Más hacia el fondo. El pasillo no es el fondo. Si te quedas ahí en medio formarás un tapón y te odiaré.

5.- Ocupa el mínimo espacio posible. Lo que significa que si llevas un carrito con un niño pequeño espera a que sean las 10 para coger el autobús o arriésgate a recibir una buena cantidad de miradas soñolientamente hostiles.

6.- Rehúye los asientos vacíos. Son un espejismo. En cuanto te sientes tendrás que levantarte para cedérselo a a) una ancianita b) una madre lactante c) una embarazada d) un chico con muletas. Tan cierto como las estaciones.

7.- Limítate a las distracciones silenciosas. Escuchar música está bien, siempre que sea a través de auriculares. Un libro es la mejor opción, siempre que no sea tamaño mesita de té y pueda sobrevivir con dignidad al escrutinio al que lo someterá el tipo que tienes a tu derecha.

8.- Cuando llegue el momento de bajar, dirígete con suficiente antelación a la salida. Señaliza tu intención de bajar cual hidroavión y pregunta al viajero que tienes delante si tiene intención de facilitarte la salida (a veces esa intención es más que dudosa).

9.- Si te levantas para bajar, baja. Si de repente te das cuenta de que aquella no era tu parada, no te quedes quieto como una roca en medio de un río de gente. Pégate a la pared, baja con los demás o cuélgate del techo. Lo que quieras, pero aparta del medio.

Próximo capítulo: Viajar en metro, esa aventura. Cuando los guiris no se dan cuenta de que el pip pip pip significa que las puertas están a punto de cerrar y de que su calmosa salida al exterior va a hacerte llegar tarde al trabajo.

13 febrero, 2009

Coses que fer a Londres quan perds un avió (i abans)


1) Gaudir d' "Oliver", extraordinària adaptació del musical de Lionel Bart sobre la novela de Dickens amb en Rowan Atkinson fent de Fagin. Quin muntatge, quin inici (una cinquantena de nanos en una coreografia perfecta), quins actors, quins decorats, quin gust!

2) Veure un partit de futbol (i si és del Barça, millor que millor) en un pub. Tot i que no et deixin fumar... Per cert, què macos el cambrer amb pinta de Danny Boyle desmillorat i el client marsellés amb afició a la xocolata del riure.

3) Anar consolidant la idea que Spitafields mola més, mooolt més, que Camden.

4) Flipar amb els esquirols dels parcs, i encara més amb els dels patis de les cases. I amb els gats parxejats també.

5) Descobrir l'habilitat de les angleses per pintar-se els ulls dominant els moviments sobtats del metro.

6) Adonar-te que a Stoke Newington hi ha la taxa de natalitat més elevada d'Europa. Proveu de comptar la quantitat de cotxets de nadó que us creuareu en una estoneta...

7) No refiar-se de l'etiqueta d'Expres del Stamsted Expres. Probablement perdreu l'avió i els encantadors treballadors d'Easy Jet es rentaran les mans, què macos, ells...


Després de perdre l'avió i emprenyar-se com una mona, res millor que marxar a sopar a un restaurant car(íssim). Això si, ens conviden (em sembla que sense voler) a un plat de sashimi gens barat.

(Clonc)

- Atención al cliente de MoviStar, ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, llamaba porque quiero dejar de recibir sms de publicidad.
- Bueno, llamando aquí sólo podrá dejar de recibir los de MoviStar, no los de otras compañías…
- Sólo recibo de MoviStar.
- ¿Está segura?
- Sí, muy segura.
- A ver, dígame su número de teléfono y DNI.
- El teléfono es el XXXXXXXX. Pero la línea está a nombre de mi madre, así que mi DNI no creo que te sirva.
- De acuerdo, señora Clavería…
- Esa es mi madre.
- ¿Cuál es su nombre?
- Ana. Pero, por favor, no me llames doña Ana.
- De acuerdo, doñ… señorita Ana. Le voy a explicar. Existen tres vías para solicitar dejar de recibir publicidad por sms: una es enviando una carta, otra por teléfono y otra por Internet. ¿De cuál quiere que le hable?
- Explícame teléfono e Internet.
- Si lo hace por teléfono tiene que llamar al 4407 e introducir los 17 números de su tarjeta sim y…
- Sólo me pide los cinco últimos.
- ¿Me deja explicárselo hasta el final? Pone todos los números de la tarjeta sim. Si su tarjeta sim tiene sólo 13 números tiene que añadir delante 893407.
- Pero sólo me pide los cinco últimos números.
- Eso es que lo ha hecho mal.
- No, es lo que dice el contestador. Sólo los cinco últimos. Pero cuando los pongo me dice “operación errónea”.
- Puede que hayan cambiado el sistema. Vuelva a intentarlo en unos minutos, quizá la línea tenga algún tipo de sobrecarga.
- A todo esto, lo que no entiendo es que yo ya hice toda esa operación hace unos meses y he seguido recibiendo sms publicitarios.
- Eso es que lo hizo mal. Si lo hubiera hecho bien habría dejado de recibirlos.
- Pues me pasé un buen rato contestando a preguntas-trampa sobre si quería o no quería seguir recibiendo publicidad de MoviStar.
- Le repito: ¿seguro que la publicidad que recibe es de Telefónica?
- Sí. Muy seguro.
- Pues entonces es que no realizó bien el proceso.
- Genial. Pues volveré a hacerlo otra vez desde el principio.
- Señorita Ana, permítame informarle que durante este mes y sólo por 1,10 más podrá disfrutar del doble de velocidad de ADSL.
- (Clonc)