24 enero, 2007




Apenas acaba de empezar el año, pero su mejor película ya se ha estrenado.

"Little did he know that this simple seemingly innocuous act would result in his imminent death".

23 enero, 2007

Coraje


Una de las preguntas clave de la existencia y que paradójicamente menos nos planteamos es si tenemos coraje. Puesto que el témino está demasiado contaminado por la belicosidad, en el sentido de que parece que solo halla respuesta si nos encontramos en un campo de batalla en el que debemos tomar una decisión drástica, acometer un gesto heroico, sumarnos a la lucha, el dilema se diluye en nuestro profiláctico entorno hecho de edredones, microondas y zapatillas de felpa. Pero es que ni siquiera el fragor del combate parece un buen marco para calibrar la cuestión. Veamos: la célebre inscripción en la lápida de Borges que reza "And ne forhtedon na" ("Y que no temieran") junto con siete guerreros que han arrojado sus escudos y con la espada rota se dirigen a pelear contra invasores vikingos de Essex resulta sobrecogedora, ¿pero el auténtico acto de valentía no habría consistido en salir corriendo de ahí para salvar la vida?
El rostro del coraje en ese espacio en el que está ausente la muerte inmediata, despejado de amenazas físicas tremebundas que es la cotidianiedad bien podría ser actuar de acuerdo a nuestra conciencia, no sepultar nuestros deseos bajo el rodillo de la comodidad y la inercia, no traicionar lo que queremos sustituyéndolo por lo que nos conviene. En definitiva, actuar para ser.

12 enero, 2007


Tres diálogos gloriosos entre Vivian/Bacall y Bogart/Marlowe en "El sueño eterno" de Howard Hawks.



Philip Marlowe: How'd you happen to pick out this place?
Vivian: Maybe I wanted to hold your hand.
Philip Marlowe: Oh, that can be arranged.


Vivian: So you do get up, I was beginning to think you worked in bed like Marcel Proust.
Marlowe: Who's he?
Vivian: You wouldn't know him, a French writer.
Marlowe: Come into my boudoir.


Vivian: You've forgotten one thing - me.
Philip Marlowe: What's wrong with you?
Vivian: Nothing you can't fix.
[last lines]

10 enero, 2007

Dame placer que quiero vivir


Hanif Kureishi comentó en su última visita a Barcelona que la idea del guión de su penúltima colaboración con el director Roger Michell, "The Mother", le había brotado tras quedar profundamente impactado por un comentario que le había hecho un día su madre, una viuda de edad avanzada, mientras comían: "No sabes lo triste que es pensar que nunca nadie más te va a acariciar, que nadie va a volver a recorrer tu cuerpo". De esta confesión tan desoladora surgió la historia, solo a contranatura desde la estrechez de miras social, de una mujer mayor que se enamoraba de un hombre joven con el que acababa teniendo relaciones sexuales, provocando el repudio de su círculo íntimo. La perennidad del deseo reaparece en su último trabajo para el cine, "Venus", si bien aquí es un anciano el que se resiste a desterrarlo de su vida, aunque, en sentido estricto, su anhelo no es tanto seguir disfrutando de contacto físico, sino deleitarse, desde un punto de vista más platónico y estético, con la belleza, luminosidad y vida contenidas en un cuerpo sensual y tierno, representado en este caso por la sobrina de su mejor amigo. Mientras que en "Elegía" de Philip Roth la incaducidad de la pulsión sexual resulta estragante, es vista como una fuente de insatisfacción, cercana a una condena, con punzante acritud, para el personaje que encarna Peter O´Toole, un seductor y un romántico, supone un regalo que da motivos para seguir ilusionándose cuando ya se divisa la cinta blanca de la existencia. Llamadme sentimental, pero de entre los espléndidos diálogos y las escenas cargadas de emotividad me quedo con dos apuntes. En un momento dado el protagonista confiesa que procurar placer a los demás (se entiende que en un sentido amplio de la palabra y no exclusivamente carnal) ha sido la razón de ser de su vida
-¿puede haber mejor manera de plantearse el papel de uno en este mundo?-, pero, avanzada la acción, tiene un momento de desánimo en el que comenta que, pese a que ya se le acerca la muerte, sigue sin entenderse un ápice, a lo que su amigo le contesta sabiamente "Toda tu gente te ha querido. Eso es lo único que importa" -¿puede haber una forma de consuelo más completa para el que duda del sentido de su trayecto vital?-.
Verbigracia: si te preguntas si serás amado cuando faltes basta pensar cuánto te has dedicado a procurar placer, termómetro del cariño que habrás cosechado.

05 enero, 2007

Crónica negra


Desde que el redactor de sucesos de la agencia decidió, hace un par de meses, cogerse medio año de excedencia para recorrer mundo, mi vida gira en torno a alijos de cocaína, desalojos ‘okupas’, reuniones de los mandos policiales, manifestaciones antiterroristas, atracos a viviendas y asesinatos de empresarios. Eso de levantarse por la mañana y no saber muy bien si hoy tocará acudir al tanatorio de Collserola o al de Les Corts (es un decir) podría parecer desagradable de entrada, pero ahora que ya empiezo a ver por donde van los tiros (je) me doy cuenta de que me encanta no saber qué va a ocurrir ese día, qué desalojo nos tienen preparado los Mossos o qué ‘okupación’ los ‘okupas’, qué magnífica y ordenada exposición de objetos incautados nos mostrará la Policía o qué nueva historia rocambolesca explicará la Guardia Civil sobre el último detenido por tratar de pasar cocaína en el aeropuerto. No hay convocatorias, apenas hay previsiones y nadie, por muy buenas fuentes que tenga, puede adelantarse a lo que va a ocurrir a continuación. Porque el ser humano es lo que tiene, que delinque a todas horas y de forma imprevisible. Conozco a periodistas que viven en una permanente guardia que no conoce de vacaciones ni de fines de semana y que establecen curiosas relaciones (esto es Sodoma y Gomorra) con los miembros de los diversos cuerpos de seguridad del Estado, que cuentan entre sus compañeros de copas a ‘okupas’ de todo pelaje, a abogados que defienden a albanokosovares y a abogados que defienden a yernos de los Tous. No creo que se pueda vivir mucho tiempo así, porque es para volverse loco. Pero un rato mola. Claro que cuando lo digo la gente me mira como si llevara las manos manchadas de sangre. Hasta yo me las miro a veces por si acaso.