En la época en que leía “Historias de Ninguno” (Barco de Vapor, Serie Azul) era tan gilipollas (o tan pequeña) que no me di cuenta de que el ejemplar que me compraron tenía un defecto de fábrica que hacía que, llegado un momento determinado de la historia, el libro recomenzara otra vez desde el principio, y otra vez de nuevo, en bucle.
Pero a mí me parecía bien...
O mostré una temprana comprensión del fenómeno surrealista o los niños son hasta demasiado propensos a aceptar lo raro como parte de la realidad.
22 septiembre, 2005
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Publicado por Nibu en 19:03
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