26 septiembre, 2005

Dos experiencias literarias a compartir. A la primera llegué en las habituales galeradas (por cierto, la última novela de Rushdie es una obra maestra para babear y tener el sombrero perennemente en la mano, no os la perdáis) y, a la otra, viendo la encantadora estupidez de insultante previsibilidad "Y que le gusten los perros". Para que luego algunos me tilden de pretencioso.

“Lo miraba mientras se alejaba hacia el pasado, de pie en la acera, pasando ante sus ojos cada momento y perdiéndose para siempre, sobreviviendo solo en el espacio exterior en forma de rayos de luz en fuga. Eso es lo que era la pérdida, lo que era la muerte: una huida hacia luminosas formas onduladas, hacia la velocidad inefable de los años-luz y los parsecs, las distancias eternamente en retroceso del cosmos. En el borde del universo conocido, una criatura inimaginable miraría un día por su telescopio y vería a Max Ophuls acercándose, con un traje de seda y rosas de cumpleaños, empujado siempre hacia delante por las oleadas de luz”.

Shalimar, el payaso. Salman Rushdie.


“I whispered, 'I am too young,'
And then, 'I am old enough';
Wherefore I threw a penny
To find out if I might love.'
Go and love, go and love, young man,
If the lady be young and fair.'
Ah, penny, brown penny, brown penny,
I am looped in the loops of her hair.
O love is the crooked thing,
There is nobody wise enough
To find out all that is in it,
For he would be thinking of love
Till the stars had run away
And the shadows eaten the moon.
Ah, penny, brown penny, brown penny,
One cannot begin it too soon”.

Brown Penny. William Butler Yeats.

22 septiembre, 2005

Más descubrimientos pueblerinos

En la época en que leía “Historias de Ninguno” (Barco de Vapor, Serie Azul) era tan gilipollas (o tan pequeña) que no me di cuenta de que el ejemplar que me compraron tenía un defecto de fábrica que hacía que, llegado un momento determinado de la historia, el libro recomenzara otra vez desde el principio, y otra vez de nuevo, en bucle.

Pero a mí me parecía bien...

O mostré una temprana comprensión del fenómeno surrealista o los niños son hasta demasiado propensos a aceptar lo raro como parte de la realidad.

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Leo's Kiss

Definiu-me com a patètic, però acabo de ser petonejat per la Leonor Watling i se’m cau la baba. Passa que, quan un, a banda de ser mitòman, és heterosexual convicte i confés, que et petonegi la Leonor Watling no és tonteria. I no sabeu com petoneja, la Watling. I com t’abraça mentre els seus llavis t’acaronen la galta i un soroll, un magnífic soroll de petó sorollós, es converteix en música celestial.

20 septiembre, 2005

Amiga vía satélite


Cuando mi amiga canadiense me contó que sus padres la bautizaron a partir de un satélite que su país lanzó el año de su nacimiento me pareció encantador pero, pensándolo un momento, sólo porque su nombre lo es, ya que por la tundra siberiana correrá algún adulto Sputnik (y por Tulsa un Apollo) al que no le hará mucha gracia la ascendencia del espacio exterior sobre su persona. El pasado 9 de septiembre la compañía Telesat disparó desde Kazajastán –a las 3:53 hora local- el satélite que hace dieciséis de su carrera, ocasión para la que recuperó el nombre, añadiéndole una R al final. La buena noticia es que el slalom interestelar del Anik F1R pretende mejorar el sistema de posicionamiento global para que la flota aeronáutica de Canadá y Estados Unidos se deslice por el espacio aéreo de Canadá y Estados Unidos como un niño vitalista que atraviesa en calcetines de tenis el pasillo recién encerado de casa, misión que casa muy bien con la personalidad de la susodicha, ya que lo que a primera vista aparenta un carácter fuerte y serio como un costosísimo proyecto galáctico para revelarse al poco como otra fórmula de ejercer de benefactora de la humanidad (por lo meos de los que la rodean). La mala noticia es que la estimación de vida del satélite se sitúa en torno a los 15 años.

¿Hablas mi idioma?


Conocer a gente es como aprender idiomas. Hay que entran bien desde el principio, fluyen con la naturalidad del que siempre ha estado ahí y se instalan con todos sus trastos, ni siquiera es necesario practicarlos a menudo; otros sólo aparentan facilidad para, al cabo de unas cuantas lecciones, revelarse un trabalenguas que estorba y en el que jamás seremos capaces de pronunciar correctamente palabras como “calefacción” o “aliño”, en el que incluso un simple “gracias”o un “qué vamos a hacerle” surgen con la distorsión heladora de un traductor digital; los hay que de buenas a primeras sacan los colmillos y ni tú te ves lanzando un “acogedor” pensándolo realmente o un “delicioso” sintiéndolo donde toca ni, por supuesto, la parte opuesta te revelará lo que más cuenta, esas ironías que excitan su mundo, los dobles sentidos que mandan a su sonrisa a trepar feliz por las paredes. Quizás el caso más triste de todo este asunto es la frecuencia con que una rabiosa potencialidad de compatibilidad lingüística se desinfla por culpa de esas traicioneras minas que son los términos ambiguos, llámeseles “correspondencia”, “límites”, “malentendido”. Son lapsus naturales, propios de las lenguas extranjeras, uno cree estar respaldado fonéticamente por lo que le suena a “prudencia”y resulta que semánticamente ha soltado “disparate”. Tener don de gentes es un arte, pero los políglotas son seres sufrientes por naturaleza.

19 septiembre, 2005

Las ovejitas y el bola

Entre discutir amb companys sobre els mèrits de Manuel Gutiérrez Aragón per rebre el Premi Nacional de Cinematografia (algú que ha rodat “Visionarios”… mereix cap altra cosa que no sigui una patada al cul?) i continuar coincidint en que la peli del Winterbottom és la millor de les que s’han vist a la Secció Oficial fins ara, l’acreditat vacacionero al Festival (el menda lerenda, vaja) aprofita per gaudir coses tan cinematogràfiques com un partit de futbol (malgrat que el resultat no sigui el desitjat, snif) a un bar de Lo Viejo, o per (algú ho dubtava?) anar a totes les festes, saraus i pesebrones possibles.

No parlaré de que els periodistes de Madrid comen aparte (tot i que m’encanta compartir moments amb les Chusas), ni de borratxos ilustres, que les festetes nocturnes donen per molt i un acaba sent testimoni de petons entre actors argentins fills de la núvia i periodistes de diaris catalans del dia (del dia d’avui, of course). Tot i que no cal fer hores extra per presenciar el momentasso del festival: Carmen Sevilla entrevistant al pobre Juan José Ballesta per “Cine de barrio”. Primera pregunta: “¿qué me cuentas?” Resposta de l’atribulat ex bola: “¿Qué te cuento de qué?”

Les noves recomanacions cinematogràfiques: “7 vírgenes” i “El infierno”, que, a més de ser bona, té a l’Emmanuelle Béart de protagonista. I és aquí, a Donosti. I jo estic sueltu... Aquesta nit promet...

PD: Què se li pregunta a una actriu que ha fet una autèntica basurilla de pel.lícula?
PD2: Missatge a Arsène Lupin. El Viscosillo és davant meu en aquests mateixos moments... De moment la nostra virginitat segueix intacta. Seguirem informant.

17 septiembre, 2005

From Donosti with Love

Dissabte 17 de setembre. Tercer dia de festival donostiarra. Resum fins ara: dues pelis brillants a la secció oficial (Winterbottom i Bielinsky… què ens juguem a que no guanyen res?), una presa de pèl del major timador de la història del cine (i li fan una retrospectiva i tot!!!), uns bailoteos, unes fotos amb el Cuba Gooding Jr fent honor al seu nom (anava com una autèntica cuba, el paio), l’eterna incertesa de no saber si agafar o no una rebequeta (farà calor? farà rasca? plourà?), uns petons amb la Maria Valverde (uf!), unes extraordinàries tartaletes d’hongos (de bolets, vaja), unes espectaculars torrades de foie amb salsa de raïm, un marron en forma d’entrevista amb el Kim Ki-duk (més uffs!), i la millor ciutat que existeix per passar una setmana (o 10 dies).

I una frase per la posteritat: "Liar es convencer con fines deshonestos".

09 septiembre, 2005

Ingenuidad

Ahora que por fin descubrimos que la idea de Estados Unidos como superpotencia era un bluff maquinado por la Disney Corporation, al necesitar que le enviemos bocadillos de chorizo y mantas zamaronas, parece un inmejorable momento para confesaros que el mundo ha vivido equivocado en muchos otros aspectos.

1) La pasta de dientes sólo refresca el aliento.
2) En Japón no hablan inglés.
3) El tanga no es sexy (siento insistir).
4) Cuando te preguntan “¿qué tal?” no están interesados en tu salud, es que no saben qué decirte.
5) Lo que llamamos amor no es más que segregación de dopamina y norepinefrina
6) Danielle Steel no existe, es un corazón gigante y multiarterial, creado artificialmente y capaz de transmitir inflamados sentimentos telepáticos a un negro malpagado de Delacorte Press.
7) Visitar la India no supone una pregrinación espiritual, igual que acudir hoy a Nueva Orleans no es pisar el paraíso del jazz.
8) La auténtica belleza no es interior, ¿acaso no visteis la foto de Jennifer Connelly?
9) Todos los ogros vienen de Ceilán.
10 ) Las modelos de perfumes son frankensteins de perfecciones cosidas por ordenador.
11) Quitan y ponen presidentes, maquinan guerras, ordenan asesinatos, dirigen la economía global, elaboran constituciones, nos lavan el cerebro, tiene los medios de comunicación comprados... ¿El argumento de un inédito de Philip K. Dick? No, los entresijos del auténtico Club Bilderberg, la maquiavélica organización que encamina a la humanidad hacia una pesadilla que ni la imaginación mancomunada de Orwell ni Huxley podría haber divisado.
12) La Gioconda que exhibe el Louvre es una copia.
13) La fecha de caducidad de los yogures es una falacia.
14) A La Giralda se sube por unas inestables escaleras en las que han encontrado la muerte varios turistas (Digital Fortress, de Dan Brown).
15) El epitafio de Groucho Marx no es “perdonen que no me levante”.
16) Ni tus padres ni tus hermanos/as pueden ser tus mejores amigos/as.
(Continuará)

05 septiembre, 2005

Socorro, un pueblo

Aquí voy a ponerme a varios en contra (hola, Monty), pero ¿qué le pasa a la gente con los pueblos? Como casi cualquiera, pasé todos los veranos de mi canguril infancia en medio de un villorrio tan maravilloso o tan infecto como tantos otros, pero abandoné el hábito a los 9 años y supongo que ahí me salté alguna fase fundamental de la experiencia, porque ahora no puedo soportarlos… y me encantaban, o me encantaba mi pueblo. El pueblo del que hablo ahora es otro, pero a todo el mundo le parece aún más maravilloso que el anterior, hasta el punto de que he llegado a considerarme la única anti-fan (acérrima) del municipio en cuestión de todo el territorio nacional. Y el sentimiento es tan visceral y tan poco comprensible para el resto de la raza humana que juro que cada vez que voy (o cada vez que vuelvo, como esta vez) intento descubrir los motivos ocultos, aunque creo que se me siguen escapando…

¿Lo odio porque…

- me aburro tanto, pero tanto tanto, que me da por mirar todos los álbumes escolares que mi madre tiene allí almacenados y acabo elaborando teorías psicológicas sobre por qué mi hermana dibujaba machaconamente piedras en su etapa preescolar? (pero eso en realidad me divierte: hasta me imagino una conversación profesora-alumna tipo “A ver, ¿qué es esto de aquí?” “Una piedra” “¿Y esto que tiene ramas y hojas?” “Una piedra” “¿Y esta señora con el pelo así es tu mamá?” “No… es una piedra”).
- porque aborrezco que me saquen parecidos por la calle, sobre la marcha? ¿Sobre todo porque casi todo el mundo concluye que no me parezco a nadie de mi familia y que, por lo tanto, bien podría ser hija del vecino?
- porque he aburrido las conversaciones tipo “¿sabes la mujer del aquel de Serraduy que vivía encima de casa Melsa? Sí, hombre, aquel que tenía un hijo en Barcelona con una novia que era de Torrobato… Pues su padre, que es contrafamilia nuestra por parte del abuelo, murió el mes pasado”? (y sí, parece que existe el concepto “contrafamilia”, al menos en mi casa).
- porque no entiendo que haga falta hora y media para recorrer 100 metros de la calle principal sólo porque haya que ir saludando hasta a las farolas? (y exhibiendo, de paso, como si fuera ganado, a la hija de visita al grito pantojil de ¡dientes, dientes, que eso les jode! – frase muy por encima de “¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?”).
- porque hay una cantidad indecente de moscas?
- porque hace tanto calor como aquí, pero ya han cerrado la piscina?
- porque la panadera le explica con detalle a tu madre con quién y cuanto rato estuvo hablando anoche su hija en el bar, y en qué esquina concretamente?
- porque los veraneantes profesan una adoración sin límites al terruño y los que viven allí todo el año se mueren por largarse a una ciudad a estudiar?

… no sé, puede que sea algo de eso. O que tengo asfalto en las venas. O que necesito un plan de choque tipo “Doctor en Alaska”, para recuperar las esencias y demás. O que no le pillo yo el encanto al olor a estiércol. Mucho mejor el de cloaca, dónde va a parar…

02 septiembre, 2005

Jennifer


En el folklore del terror nipón resulta troncal la figura del espíritu inquieto que se mezcla entre los vivos con su corporeidad intacta buscando reparar una injusticia del pasado, encontrar un punto de fuga a una maldición ligada a un mal comportamiento en vida. Un clásico muy recomendable para los interesados en historias de fantasmas es Cuentos de lluvia y de luna de Akira Ueda (Trotta). Inspirándose pues en la tradición, la literatura de terror de Koji Suzuki le ha añadido una aportación personal que es todo un hallazgo por su naturaleza irónica: convertir el agua, simbolo de pureza y transparencia, en vehículo conductor de los pecados del pasado y de la oscuridad presente con que los agentes del miedo sobrenatural desestabilizan la cotidianiedad del sujeto de clase media. Como si de un insuperable trauma de infancia involucrando un intento de ahogo en una piscina escolar se tratara, tanto por los relatos que conforman Dark Water como en la trilogía vírica bautizada en torno a figuras esféricas (The Ring, Spiral y Loop) fluye la amenaza del H20, visiblemente en el primer caso (barcos a la deriva, islas fantasmales…) más metafóricamente en el segundo (sobre todo a través de la omnipresencia del pozo, clásico depósito del mal en la narrativa fantástica japonesa). El, a mi entender, discreto remake norteamericano de Dark Water, básicamente por su tibia capacidad de inquietar, aunque mi familiarizacion primero con el relato y luego con el original de Nakata puede haber jugado en su contra, sólo resulta estimulante por un acierto de casting con el que Walter Selles consigue trasplantar ese juego irónico de Suzuki entre nubilidad y tinieblas al rostro de ángel desamparado de la protagonista. La inconmensurable belleza de Jennifer Connelly –de esas que llegan a doler- resulta, desde mi discutible punto de vista, el único y exclusivo espersor del miedo. La dulzura innata y el arrobamiento luminoso que emana de su perfección estética son los mejores aliados del terror. Sin sus rasgos de ensueño la película sería otro melodrama familiar. Lo que certifica de nuevo que no hay experiencia más escalofriante que ver a la muerte cortejar a un ideal de hermosura, el paseo de la araña peluda sobre el sabroso pastel de nata.

01 septiembre, 2005

Bus Station

És allà cada matí, assegut aparentant esperar l’autobús. Però no, no n’agafa cap. Espera, només espera. Tindrà uns 75 anys, cabell repentinat cap enrera, amarat de colònia, ulleres enormes de montura metàl.lica (i de mida incorrecte: no li arriben al final de l’orella) i bigotet d’aquells bigotets que es duien a la postguerra. Vesteix americana blau fort i camisa de ratlles, sempre la mateixa, corbata fosca i pantalons no gaire més clars. Sabates velles i una d’aquelles carteres que volen semblar d’executiu però es queden a mig camí. Tot plegat, ferum de ranci. No sé qui és però sempre hi és. Tots els matins d’estiu des de fa dos o tres anys.

De vegades penso que és un fantasma, que només existeix en la meva imaginació.