30 noviembre, 2005

Gracias, flaco

...Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren...

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Gràcies, flaco, gràcies per tornar i per una nit inoblidable.

29 noviembre, 2005

Working Titles

Lo que sigue es una joya para coleccionistas, un regalo a los millones de seguidores compulsivos de esta weblog (bastante unicelular, ya lo habréis comprobado, uno no debería fiarse nunca de sus socios), a las hordas que la necesitan como un spray matamosquitos en Laponia, a las masas enfervorizadas que buscan consuelo a la dureza del mundo en sus dulces entradas. He aquí un listado de los working titles que se barajaron hasta que venció la opción canguril. He omitido las opciones de Monty (1: Kikiriki) y Cama (-1) para que no fuera demasiado extensa. Disfrutadla. Ah, y los 1500 primeros que voten su favorita entrarán en un concurso para obtener descuentos del 5% en comida para reptiles en el Sorli.

He de amar una piedra
Hay algo que no es como me dicen
Vi la eternidad la otra noche
Millor que no m´ho expliquis
La pedra a la sabata
Digues que m´estimes encara que sigui mentida
El color del gos quan fuig
El traqueteo del expreso Pekín-Moscú
Cuentos contados entre hombres en la intimidad del vagón de fumar
del expreso París-Moscú
Buenas tardes a las cosas de aquí abajo
De qué hablamos cuando hablamos de amor
¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
Perdóname, no te estaba escuchando
La geometría del amor
¿A qué velocidad lees en tus sueños?
2 colchones Ortopédicos con Hergolatex
Nos llamamos y eso
Si me necesitas, llámame
No controles mi forma de pensar
Et diré sempre la veritat
Avui no en tinc ganes
Yo nunca he dicho eso
Donde acaba el infinito
De aquellos barros a estos lodos
Una tarántula en un plato de nata
Un granito de arena en la lucha contra el futuro esponjiforme de nuestro cerebro colectivo
Una modesta aportación a la historia de la nada
Lo que podría grabarse en el disco de HAL 9000 después de que se pierda en el vacío la última estrofa de "Daisy"
Monk sabe, Monk sabe
Una chica digna de ser observada mucho tiempo y de permanecer en la memoria toda una vida.
La lógica imposible de lo real
La lógica te romperá el corazón
El arte no tolera la mentira
¿Cómo no me había dado cuenta hasta ahora de que esto fuera tan bonito?
Incorporar a la vida de un desconocido una experiencia inexistente que tenga una realidad mayor que cualquier cosa vivida
El comunicado del canguro
Vi a la chica 100% perfecta una mañana fresca de abril
Ningún hombre es una isla en sí mismo
Donde viven los monstruos
El 9º pasajero
La batcueva
Una mente infinita en un cuerpo finito
El día que me quieras
Si non e vero, e ben trovato
El espacio interior
Estrella distante
Un iglú de pan
La complejidad de la incertidumbre
El silenci dels arbres
L´eloqüència del franctirador
Instrucciones para desatascar una cebra de un pararrayos
Instrumentos para la detección de actividad neuronal en una nebulosa
Mecanismos de defensa contra las ilusiones protésicas
Es difícil leerse a uno mismo
Voz de cuero frotando contra cuero
Portal de desintegración celular
Lo que uno ha vivido es, en el mejor de los casos, comparable a una bella estatua que hubiera perdido todos sus miembros al ser transportada y ya sólo ofreciera ahora el valioso bloque en el que uno mismo habrá de cincelar la imagen de su propio futuro.
Donde acaba el infinito
Todos los ogros vienen de Ceilán.
Sólo hablaré con locos y con gente sin criterio.
La estructura ósea del pánico.
El perímetro de tu ausencia.

L’Auca de Sant Pau

Heu vist alguna vegada aquells episodis d’ “Urgencias” o d’ “Anatomía de Grey” on jovenets sense barba pugnen per assistir en una operació a cor obert alhora que no saben com comportar-se davant un tall al braç? Ambició sense límits, competència ferotge i aprenentatge sobre la marxa. Avui he descobert que tot això és veritat, que la realitat iguala la ficció catòdica.

Ahir em vaig torçar el peu jugant a squaix. Qui diu que l’esport és bo per la salut? Eh? Eh? La qüestió és que aquest matí me n’he anat d’urgències a St. Pau (centre mèdic del que la meva família només pot parlar bé: ma mare i mon germà, sobretot l’Adri, estaran eternament agraïts als professionals d’aquest hospital, i la resta de nosaltres també), amb dos diaris sota el braç, suposant les dues o tres horetes que passarien fins que em miressin el tormell afectat. Marcats els plaços esperats, una noieta de vint-i-pocs anys m’ha fet passar a una sala, m’he assegut en una camilla i m’han fet despullar el peu dret. La noia, visiblement nerviosa (cosa que augmentava el seu atractiu, pa qué mentir), m’ha començat a preguntar per al.lèrgies i historial mèdic per l’estil, sota l’atenta mirada de dos jovenets d’edat similar. M’han bellugat el peu de tres o quatre maneres, i s’han posat a deliberar sobre la gravetat de l’assumpte. De sobte, un d’ells, un que portava una barbeta que no li feia aparentar ni un any més dels que no tenia, ha dit als altres: “¿qué pasa con la flexión dorsal?”. Se l’havien oblidada, i l’altre paio ha fet cara com de dir… “no cal, és igual”. El barbetes no ha fet cas i ha aplicat tots els seus coneixements, probablement apresos la setmana passada a classe de 1er de traumatologia.

Una estona més tard, com un parell d’hores, feta la radiografia que tots érem conscients que em farien (i que m’ha permés anar en cadira de rodes per primer cop a la vida… tota una experiència), he tornat a la saleta. El grup d’estudiants en pràctiques, becaris de la salut, havia augmentat en número… i en pressència femenina (bon nivell, per cert, a les aules de medicina). Ara ja teníem un metge, un resident que se les donava de llest davant el conjunt de criatures que miraven absortes com el doctor m’aplicava una bena compressiva explicant el procediment amb tot luxe de detalls. Ells fins i tot prenien notes mentre miraven el meu pobre peu, nu, incòmode davant tantes mirades estranyes… com si no en tingués prou amb l’equinç. Crec que en aquell quadre només sobrava jo, el pacient, el personatge menys important de l’auca.

28 noviembre, 2005

Sé que soy un pesado, porque voy a sacar de nuevo a un escritor, pero su papel es tangencial. Ocurrió la primera vez que entrevisté a Hanif Kureishi. Fue en su anterior apartamento, situado en una zona humilde del sur de Londres. Olía a nenuco (es padre de gemelos, entonces muy pequeños)y estaba a tocar de unas pistas de tenis. Daba la impresión que si estirabas un brazo por la ventana podías cazar una pelota al vuelo. Él estaba de un mal café espantoso. No hacía tanto que se acababa de separar de forma bastante tempestuosa(por Intimidad lo conoceréis)y con fórceps apenas le extraías un rugido en forma de monosílabo. Mi ídolo, el responsable de esa novela que me cambió la vida, El buda de los suburbios, se me cayó a los pies. Luego me reconcilié con él, pero ese es otro texto. El caso es que reservé para el final un cuestionario con el que esperaba redimir el desastre. Llegué a la pregunta de canción favorita con mucha expectación conociendo que es un eterno roquero y coeditor de la enciclopedia de referencia The Faber Book of Pop. Es por esto que me sorprendió una barbaridad que escogiera Hello Goodbye de Los Beatles. Hasta hoy. Como el consejo de un abuelo que ya por delante te avisa que no entenderás hasta que seas mayor, solo ahora me doy cuenta del alcance de tanta verdad en aquella elección. Bajo la simpleza de esa letra se esconde una de las mayores lecciones de la vida, que con algo de imaginación puede aplicarse a montones de situaciones cotidianas y que, de paso, demuestra que los mensajes más transparentes,inmediatos y libres de pretensiones contienen más sustancia que todos los retruécanos y ejercicios de estilo juntos (va por mí). Adjunto la letra, pero para captarla en toda su potencialidad hay que escucharla, obviamente.


You say yes, I say no
You say stop and I say go, go, go
Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello

I say high, you say low
You say why, and I say I don't know
Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello

Why, why, why, why, why, why
Do you say good bye
Goodbye, bye, bye, bye, bye

Oh, no
You say goodbye and I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
Hello, hello
I don't know why you say goodbye
I say hello
hello, hello
I don't know why you say goodbye I say hello
Hello

25 noviembre, 2005

Con Kazuo

Mientras nos colocaban los micros, la directora de la Biblioteca Jaume Fuster le comentó a Kazuo Ishiguro que el auditorio estaba abarrotado. Ocupados sus 240 asientos, habían tenido que abrir la salita anexa para que los rezagados pudieran seguir la entrevista por un circuito cerrado de televisión. Me entró el pánico, quería que se me tragara la tierra, que una amenaza de bomba desalojara la sala, que al pobre escritor le cogiera una indisposición repentina por haber comido ostras en mal estado y tuvieran que llevárselo al clínico en una ambulancia. Mis plegarias no fueron atendidas. Pero fue saltar al ruedo y sentir una repentina calma. Mi timidez congénita se esfumó por el conducto de ventilación de aquel gran espacio que aún olía a estreno reciente. Fue toda una experiencia escuchar cómo Ishiguro escarbaba en su cabeza en busca de las palabras que respondieran a cuestiones del tipo ¿Cómo integrar un mundo exterior donde dominan las leyes de la naturaleza en un proyecto interior sustentado en la fantasía? ¿Cómo confrontar un recuerdo con una experiencia real? Intentadlo, no es sencillo.
Luego nos llevaron a cenar, éramos siete mujeres (para el carro Monty: ninguna de ellas eran de las que te garantizarían una muerte orgiástica a los 80), el escritor y yo. Me pegué a él y como el resto apenas sabía papa de inglés no paramos de charlar. Me habló de su relación con James Ivory, de sus conversaciones telefónicas con Mick Jagger, de su amigo Murakami (de quien por cierto llevaba yo en la mochila su último relato, el encantador The Spaghetti Year, que originariamente no iba destinado para él, pero que se lo di encantado), de Hampstead Heath, de cómo el Viejo Shanghai está reproducido a escala 1:1 en unos estudios de la misma ciudad, y sobre cómo archivamos los recuerdos (momento que aproveché para tomar prestadas una vez más los apuntes sobre neurociencia que me pasa PIQ y con los que yo desvergonzadamente me hago el interesante). Fue una noche feliz en una semana gris. Me voy a comer. Buen fin de semana.

23 noviembre, 2005

¿Cómo te gustaría morir?


Compartíamos habitación en un hotel de El Cairo. Al otro lado de la ventana, tejados sucios, cielos encapotados y llamadas a la oración del al-mu´addin. Mi hermano sólo estaba por jugar a baloncesto a lo pobre, es decir, con papelera y pelotilla de papel. Yo, básicamente por leer (oh, ¡sorpresa!). Ya se sabe, la diferencia de edad. Lo único que nos ponía de acuerdo era ver videoclips de la MTV. En la cansina rueda ciclotímica de la cadena, uno de los más presentes por entonces era el de la canción Yellow, esa preciosidad de Coldplay antes que fuera Coldplay, con un lechoso Chris Martin con pinta de chico de barrio humilde salido de una peli de Ken Loach corriendo por una playa desierta. Alex dice que me descubrió el grupo porque él asistió a un pase más tempranero del vídeo. Aunque discutible, la idea me gusta, mejor me pone melancólico en un momento en que, justo habiendo él rebasado la mayoría de edad, lógicamente ya no me hace el menor caso y, al igual que pensamos que repetir cualquier banalidad con los que ya no están nos llenaría de gozo, yo ahora tengo unas ganas terribles de jugar a basket liliputiense. El caso es que todo producto que es acogido por las masas recibe una respuesta de rechazo de idénticas proporciones por los ansiosos de diferenciación, esos mismos que tampoco van al lavabo ni les pica un jersey de lana gruesa, pero no ha sido mi caso, sigo pensando que con toda su posible simpleza técnica y su estudiado dirigismo sentimental, su música es pura e insoslayable maquinaria emotiva, si te pinchan un dedo sangras ---> si escuchas The Hardest Part o The Scientist tus fibras tiemblan; si comes un pastel de crema te sube el azúcar ---> si escuchas Speed of Sound o Fix You tus pies se mueven como pececillos asustados. No hay vuelta de hoja.
En el concierto (bien a secas) ofrecido por la banda el pasado domingo en el Palau Sant Jordi -que, eso sí, tuvo un excepcional momento cuando Martin, rodeado por seguratas salió corriendo en estampida hasta la segunda gradería, donde se mezcló con el público para cantar el estribillo de In My Place- se me cruzó por la cabeza una idea algo morbosa. Pensé que una de las más excitantes formas de morir podría resultar de subirse a un escenario a escuchar nuestra canción favorita. Sentir la guitarra recorriéndote la espina dorsal, la batería retumbando en los huesos, la entrega extasiante del público, batirse las laringes con el líder. Sería una de los modos más cercanos que se me ocurren de librarse a la muerte tal y como la planteaba J.M. Barrie por boca de Peter Pan en sus ambiguamente célebres palabras "To die will be an awfully big adventure".

18 noviembre, 2005

Sobre la felicidad

En "El viaje a la felicidad" (Destino)Eduard Punset elabora una fórmula de la felicidad que conjuga los factores significativos en la consecución de la felicidad con los factores reductores del bienestar y la carga heredada de la que es preciso desprenderse. La fórmula sería el resultado de dividir los primeros por la suma de los factores reductores y la carga heredada.

La felicidad es una tormenta de genes, cerebro y corazón; y entre los factores significativos que la procuran, el esencial y el que engloba y multiplica a los otros es la emoción. Cualquier proyecto que no nos emocione no tiene impacto en los índices de nuestra felicidad. Junto a ese factor fundamental, están la atención al detalle, la búsqueda (es decir, el espíritu multidisciplinar) y las relaciones interpersonales. Conviene tener presente que la felicidad está más en la expectativa de lograrla que en el logro como tal: “la felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad”, como comprobamos cuando esperamos un nuevo trabajo muy deseado o un encuentro sexual.

En cuanto a los factores reductores que habrá que desmontar, Punset aconseja desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado, filtrar las instrucciones inspiradas en el adoctrinamiento grupal, no interferir con lo que ya funciona y conseguir que el miedo (ya que la felicidad es, básicamente, la ausencia de miedo), en vez de paralizarnos, nos sirva de estímulo.

La carga heredada, de la que habrá que desprenderse, o, al menos, tener en cuenta, consiste en que todos somos mutantes, en el desgaste y el envejecimiento, el ejercicio abyecto del poder político y en el estrés que nos provoca aquello que podemos imaginar.

Dentro de unos años, dice Punset, el sistema educativo enseñará a los niños que el primer paso en la búsqueda del bienestar consiste en aligerar el denominador compuesto por los factores reductores de la felicidad y la carga heredada, así como en conocer el numerador de los factores significativos. Así, los niños dedicarán un año escolar a ponderar el peso de lo que no han desaprendido todavía, la influencia nefasta del adoctrinamiento grupal, su grado de desconfianza en los procesos automatizados y la medida de su miedo emocional; así como a medir su carga mutacional particular, las características del sistema político en que viven y su disponibilidad a imaginar el bienestar futuro y no sólo situaciones de estrés. Luego dedicarán dos años al estudio de las emociones y los restantes factores significativos, es decir, a saber ponerse en el lugar del otro y a entender la importancia de la comunicación y la vida social.

17 noviembre, 2005

Un pasaje de la extraordinaria novela "Los inquilinos de Moonbloom", de Edward Lewis Wallant, protagonizada por un melancólico y soñador cobrador de alquileres:

"Había asistido a varias universidades y había encontrado solamente gráficas y créditos. Se había emborrachado con la idea de Dios y encontró solamente la teología. Había ascendido varias veces llevado de las sutiles y poderosas alas de la lujuria, a la espera de la magnificencia, pero sólo alcanzó la descarga. En algunas ocasiones había ampliado la amistad con palpitante esperanza, sólo para hallar que nadie sabía muy bien qué era lo que tenía en mente. Su soledad era ahora fruto de su metabolismo, esa constante respiración de alegría entrante y de tristeza saliente".

15 noviembre, 2005

Xiulet 1, xiulet 2, xiulet 3

Els vaig gaudir en distàncies curtes per primera vegada fa prop d’any i mig. S’ho va fer venir bé per obviar les hores extres a la tele i hi vam anar junts. Ens va encantar la calidesa, la proximitat, i el vals xiulat. Ella ho intentava, però no li sortia. Érem feliços, suposo.

Poc temps més tard, hi vam repetir. Ja no érem parella, però vam decidir obrir-nos les venes i plorar totes les cançons plegats, el vals xiulat també. Seguia sense saber-ne. Després… la tristesa més absoluta.

Fa dues setmanes vam fer realitat allò de “la vençuda i la tercera”. Els nervis van desaparèixer aviat. Tot just es tractava de seguir fent allò que fèiem des que vaig decidir que ja era capaç de fer-ho. Els sopars, els trinaranjus birrejats, els matins de dissabte… veure’ls de nou no significava més que qualsevol altra activitat compartida. O si. Si significava. Significava recuperar la pau, la normalitat. El vals xiulat ja no ens va fer plorar... i no, encara no ho ha aconseguit.

COMING SOON

12 noviembre, 2005

Para seguir tirando


En el poco tiempo que hace que me obligan a escribir sobre desgracias ajenas (normalmente robos o accidentes de tráfico, a veces hasta te puedes permitir un titular divertido si no hay sangre) me ha dado tiempo de ver, y de reescribir, bastantes cosas, no siempre edificantes. Pero ninguna como la de ayer, como la de anteayer, para ser exactos. Me tocó seguirla muy de cerca, llamar a los hospitales, achuchar al corresponsal para que pasara información, redactar una y otra vez el relato cada vez más triste y más penoso y como más de tragedia griega de lo ocurrido. Y los detalles de lo ocurrido me dejaron muy tocada, tanto que al engancharme -sin poder evitarlo- al telediario de la noche y oír que el último niño, el bebé de mes y medio que habían trasladado a San Juan de Dios, había muerto casi en el mismo momento en que encontraban, entre las ruinas del edificio de Tarragona, el cadáver del ocupante del piso en el que se produjo la explosión (y presunto suicida, según se rumoreaba desde primeras horas de la mañana y luego casi confirmaron los investigadores), no pude evitar acordarme de ese hombre que había visto cómo el techo de su casa se desplomaba sobre su mujer y sus tres hijos y que gritaba, abrazado a los bomberos “Salvad a mis hijos, a uno por lo menos, para seguir tirando”. Y me puse a llorar, claro.

11 noviembre, 2005

Réquiem por Woody



A) Terriblemente dolorosa decepción con Match Point. Impropio del talento de Woody Allen que baraje sin ningún pudor los más manidos tópicos sobre la infidelidad, la amante bombón que deviene una desquiciada, el arribismo… en una historia lineal, roma, reiterativa, sin ningún asomo de diálogo carnoso ni sarcasmo tan suyos, salida de un guión que, como la mayoría de los firmados en los últimos seis o siete años, están hechos con descuido, ligereza, en cinco minutos, propio de un genio que lo ha conseguido todo y ahora se limita a pasar el rato volviendo de forma rutinaria y negligente sobre sus obsesiones. El tema de la conciencia y su tanteo soterrado de la figura dostoievskiana de Raskolnikov ya lo había tratado con maestría en una de sus últimas obras maestras, Delitos y faltas, frente a la cual su último film es un proyecto de fin de curso de un plagiador abandonado por la inspiración. Pocas filmografías tan condicionadas por la situación sentimental como la suya. La presencia triste, reflexiva y grave de Mia Farrow extrajo lo mejor, creativamente hablando de él, tanto en el plano cómico como dramático (en aquellos gozosos tiempos en que armonizaba a la perfección el sentido lúdico y trágico de la vida) brindándole una edad de oro en la que acumuló título brillante tras título brillante Hannah y sus hermanas …(“manos tan pequeñas como la lluvia”) sería el ejemplo tragicómico perfecto, Otra mujer “¿un recuerdo es algo que tenemos o es algo que hemos perdido?”) lo trágico sublime y Broadway Danny Rose lo cómico insuperable). Con anterioridad, la excentricidad dicharachera de Diane Keaton apayasó su creatividad, limitándola a un sano desparrame, mientras que ahora, la juventud de Soon Yi la ha frivolizado. Celebrity, Desmontando a Harry y a ratos Melinda y Melinda me parece lo único a la altura de cuanto ha filmado en su tercera etapa. De veras que he ido saliendo hecho polvo de las salas en que han proyectado sus últimas películas, a las que en cada ocasión acudía como un enamorado que asiste a una eterna primera cita para comprobar que sus atenciones no son correspondidas.



B) Lo único salvable de Match Point, por vulgar que suene ya decirlo, es la presencia radiante de una Scarlett Johansson que de tan guapa e incitante hace daño, lástima que su personaje acabe derivando en la típica histérica desatendida. El caso es que en un momento comenta que es perfectamente consciente de su condición sexy, la cual la condena a que los hombres tengan un interés instantáneo en ella. Su hermana, por el contrario, atesora una belleza clásica. Pensándolo un momento, ni uno ni otro modelo constituyen la esencia de la seducción. Las curvas explosivas, labios carnosos, voz de cazalla y mirada de gato de Johansson la convierten en un automático objeto de deseo, despierta los instintos del bajo vientre con puntualidad británica. En cuanto a su (ausente) hermana, Balzac (sí, sí, dejadme que me ponga pedante) dijo que “la belleza es una promesa de felicidad”. Contemplar alguien o algo bonito nos estimula porque sus formas proporcionadas desprenden una sensación placentera que nos imbuye de la ilusión prospectiva de que en su compañía tocaríamos el cielo. Pero claro, ese subidón instantáneo habrá de batirse con el factor tiempo.
Entre estos dos patrones, unidos por provocar una atracción inmediata, creo que lo verdaderamente erótico es la persona comúnmente bautizada como “interesante”, poseedora de un no sé qué de difícil definición, ambiguo y (aquí reside la clave), involuntario, no forzado, espontáneo. Gente que va calando como una buena canción que es inapreciable en una primera escucha. Gente que se queda contigo cuando no está, es decir, que paradójicamente tiene una fuerte presencia en estado ausente, al modo de una experiencia que gana peso al convertirse en recuerdo. El consuelo de esta teoría es que integra potencialmente a todos los feos o normaluchos, que somos legión.

09 noviembre, 2005

Pecios

A) Mi tia a un paleta que hacía chapuzas en su segunda residencia: “No subim mol amanut”.

Mi tía a la madre de una niña que luce un turbante y que acaba de abrirle la puerta de su casa, donde se celebra una merienda de cumpleaños a la que ha llevado a mi prima Laura: “Qué chasco. No sabía que la fiesta era de disfraces”.

Mi tía a una amiga tras ver a una mujer de aspecto sospechoso entrar en el restaurante en el que están comiendo: “Vigila el bolso”. Respuesta de la amiga: “Es mi hermana”.

B) La prueba irrefutable de que alguin te ama es que te escriba lo siguiente:

"Try to roll with the punches. Keep your chin up. Don´t take any wooden nickels. Vote Democrat in every election. Ride your bike in the park. Dream about my perfect, golden body. Take your vitamins. Drink eight glasses of water a day. Watch a lot of movies. Don´t work too hard at your job. Take a trip to Paris with me. Brush your teeth after every meal. Don´t cross the street on a red light. Defend the little guy. Stick up for yourself. Remember how beautiful you are. Remember how much I love you. Drink one Scotch on the rocks every day. Breathe deeply. Keep your eyes open. Stay away from fatty foods. Sleep the sleep of the just. Remember how much I love you" (The Brooklyn Follies, Paul Auster).

C) Un dato: ¿Sabéis que está demostrado científicamente que una persona tiene un nivel anímico medio, por lo que si alguien es quejica y negativo y le toca la loteria, pasados, dicen, un par de años, se le habrá agotado la euforia y volverá a ser la persona amargada de siempre, mientras que alguien vitalista, con sentido del humor y positivo ante una desgracia pasará un tiempo lógico de duelo pero en breve recuperará su comportamiento tipo y volverá a ser la alegría de la huerta? Me ha parecido un dato curiosísimo frente a aquellos que se pasan la vida creyendo que si les cambiara la suerte serían personas muy diferentes.

Set de 7

Confesso que mai no m'he trobat John Berger (i que si m'he creuat algun cop amb ell pel carrer Pelai tampoc no l'he reconegut). I també reconec que, en les distàncies curtes, l'Amidala... bé, la Marty (por Martin, el abuelo al que nunca conocí) de "Beautiful Girls", és molt més impactant que qualsevol escriptor, per més talent que acumuli dins el seu cervell.

Però entenc les sensacions de plenitud i satisfacció que dóna trobar-se amb segons quines brillants personalitats del món on es desenvolupa la vida laboral de plumilles com nosaltres. Així que aquí va la meva llista (ampliable) d'entrevistats (in person) favorits:

1) Ernest Borgnine: el dolent de "De aquí a la eternidad" o "Los Vikingos" no és, només, un dels paios més macos amb qui he tingut l'oportunitat de xerrar de cinema... També és història viva del Hollywood més clàssic.
2) Woody Allen: pel que tothom m'havia comentat no anava amb massa esperança d'entrevista brillant (i no ho va ser), però compartir uns minuts amb el Woody és un dels cims de la professió. A la nostra segona trobada ja no hi havia nervis.
3) Leonor Watling: què haig de dir que no hagi dit ja... La vaig conèixer quan no era chica Almodóvar, ni cantava (gran concert, el darrer de Marlango al Palau de la Música), ni havia fet més tele que "Querido maestro". Em va conquerir amb la frase "me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir". Ens hem vist sovint i fins i tot vam quedar una vegada per fer una birra. Enveja? Jo la tindria...

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4) Chiquito de la Calzada: un geni, un monstre, el més gran talent còmic d'aquest estat (digues-li estat digues-li Espanya). Poques vegades he rigut tant en tant poc temps...
5) Jean Reno: un tipus normal i corrent, gens crescudet per la fama. Capaç de lloar a Natalie Portman o a Robert de Niro amb la mateixa facilitat que rajaba del Tom Cruise... Un plaer (o dos, que hi vaig repetir).
6) Nick Hornby: no va ser una entrevista, vam veure plegats (gràcies al meu company de blog i amic de Kirikis) un partit de Champions del Barça i vam discutir sobre el (nefast) rendiment d'Overmars. Gran escriptor, dubtós coneixedor del futbol...
7) Epi: estava a punt de retirar-se, jo encara estudiava a l'Autònoma. I allà, al vell Palau Blaugrana, vam anar a fer un treball de facultat. Va ser encantador i ens va encantar compartir amb ell (i els seus companys d'equip aleshores) una estoneta. Un ídol a tocar...

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02 noviembre, 2005

La Nuit


A una de las expresiones que siempre se ha contado entre mis favoritas, “De noche todos los gatos son pardos” le han encontrado una variante que todavía me gusta más: “Quien no se coloca de día, sale de noche”. Como cada año bisiesto que se me pasa la hora de volver a casa luciendo zapatos de cristal me deja perplejo el nivel de fantasmeo, de tontería, de juego de las apariencias, de proyección de una lastimosa imagen pluscuamperfecta de uno mismo que encuentro por ahí mientras mi estómago digiere la cena. ¡¡¡Qué baile de máscaras supone desfilar por bares y discos en el tránsito del viernes al sábado!!! Los mismos actores colocados bajo los rayos del sol y desposeídos de cualquier sustancia estimulante con toda probabilidad mostrarían un grado de incompatibilidad e incluso de náusea que los haría repelerse mutuamente como polos magnéticos opuestos. La combinación de oscuridad y música en cualquier local debe generar una atmósfera irreal, que conduce a una suspensión de la ley de la gravedad en el campo del juicio humano.