28 junio, 2005

20 perlas de sabiduría de procedencia diversa

1. Todo es mentira.
2. Nada es gratis.
3. Los ricos sólo respetan la belleza.
4. Puedes pedir un favor, dos no.
5. Los límites del lenguaje son los límites del mundo.
6. A ama a B es, en gran parte, producto de la autoestima de A, multiplicado por la admiración que B siente por A.
7. Nos matamos por contentar a gente que a) sólo piensa en sí misma o b) querría vernos hundidos.
8. Sólo nos importan nuestras opiniones.
9. Se es maduro cuando se aprende a decir que no cuando es que no.
10. El arte no tolera la mentira.
11. El que asegura que va a suicidarse nunca lo hace.
12. El que no se coloca de día, sale de noche.
13. La felicidad completa es batir palmas con una sola mano.
14. Uno nunca sabe quién es.
15. La fidelidad está sobrevalorada y la sinceridad infravalorada.
16. Quien bien te quiere NO te hará llorar.
17. Nuestro pavor a la muerte es la manifestación cósmica de nuestro superego.
18. La verdad sobre las personas apenas tiene nada que ver con lo que dicen sobre sí mismas o con lo que los otros dicen sobre ellas.
19. Cada uno busca su gato, pero el color lo pone el gato.
20. El secreto de la armonía radica en compartir lo que miramos y guardarnos lo que vemos.
.................................... ¿Continuará?

27 junio, 2005

El frotar se va a acabar

Cuando el hermano manco de Scaramouche encontró la lámpara dorada de Aladino empezó a pensar qué tres deseos deseaba con más fuerza y frotó. Pero el genio no salía y, tras varios intentos, el hermano manco de Scaramouche concluyó que la lámpara dorada de Aladino estaba vacía. Guardó sus tres mejores deseos para mejor ocasión y se llevó la lámpara dorada de Aladino a casa. Con una iluminación adecuada, la lámpara dorada de Aladino brillaría en el salón del hogar del hermano manco de Scaramouche. Con o sin genio, la lámpara dorada de Aladino era preciosa.

26 junio, 2005

Celebration

Cine, literatura… Canguros hay más bregados que yo que se pueden ocupar de esos altos asuntos. Así que hablaré de teatro. ¿Original? No mucho, sobre todo teniendo en cuenta donde trabajo ahora, pero deseamos lo que vemos cada día, decía Hannibal Lecter.

Me cuesta elaborar más allá de mola o no mola, pero lo intentaré, sobre todo porque mi opinión (no mola) no es muy popular en según que ambientes. Estoy hablando de Celebració (Festen), la obra que ha iniciado sus pases previos este fin de semana en el Romea, pero que se estrenó la semana pasada en el teatro Atrium de Viladecans, por cuestiones de coproducción que no intento entender. Seguro que esta semana aparecen unas cuantas críticas en la prensa (por cierto, para la sesión del martes 28 puede acreditarse cualquier persona de prensa que llame y explique un poco para qué medio trabaja), pero me atrevo a decir que todas serán como la que apareció en El País la semana pasada: un poco de esto para quedar bien, ahora hablo del Dogma 95 para rellenar espacio, luego dejo entrever que la adaptación no es todo lo satisfactoria que debería ser y remato con una frase ambigua que deje a todo el mundo, si no contento, al menos en la más profunda de las incertidumbres.

La vi al lado de alguien que detesta a Calixto Bieito y todas sus encarnaciones, por lo que puedo haberme visto influenciada, pero ahí va: no me gustó porque no entiendo por qué cierto teatro catalán (sospecho que en Madrid, por ejemplo, les va el rollo más clásico) para ser considerado moderno tiene que incluir obligatoriamente a) una escena escatológica b) uno o varios tipos en calzoncillos c) gente gimiendo y sollozando de forma incoherente aunque no venga a cuento ni encaje en la trama d) frenéticos correteos por los pasillos e) algún elemento grotesco o gore, aunque haya que meterlo con calzador f) varias catarsis extremas, combinadas con momentos de supuesta comicidad.

No digo que todo coincida en Celebració (Festen), pero sí es que uno solo de esos síntomas hace temer que nos hallemos ante la puesta en escena de un imitador a lo pobre de Bieito, que es algo así como un cocinero que se pone a innovar haciendo algo menos que pan con tomate deconstruido.

Quiero decir que ¿qué tiene cierto ambiente cultual catalán en contra de la progresión dramática convencional? No es que la experimentación sea continua, es que hay una línea supuestamente rompedora que acaba siendo siempre igual. Es como leer un libro de Lucía Etxebarría: al principio todo es transgresión, pero a la tercera novela sobre anoréxicas de torturada vida sexual, ya aburre. Pues eso.

20 junio, 2005

Dos poemas para los que no tengo palabras

"One Art", de Elizabeth Bishop

The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.
---Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.


La vida nos acorta la vista, de Roberto Juarroz

La vida nos acorta la vista
y nos alarga la mirada.
¿Cómo poner otra figura en el paisaje
sin desarticularlo como a una feria invadida por la tristeza,
sin que las nubes o los árboles se despeguen
y salten como muñecos desarmados?
¿Cómo poner una palabra en el paisaje
sin que el silencio se asuste
igual que un animal sorprendido en el bosque
o como una procesión que ha perdido su imagen?
¿Cómo poner una muerte en el paisaje
sin que se vuelva frío
y se sumerja como una flauta
con todos los agujeros tapados?
¿Cómo alargar un sueño
hasta que sea un punto en el paisaje,
una figura, una palabra o la muerte,
sin que el paisaje se desintegre como una burbuja?
Nosotros ya no podemos dejar de estar en el paisaje siguiente,
aunque sea un paisaje en blanco.
Nosotros ya no podemos dejar de estar en la página siguiente,
aunque la hayan arrancado.

17 junio, 2005

Mi abuelo Tono

En los templos japoneses los visitantes rinden tributo a sus difuntos enrollando unos papelitos diminutos con una oración en unas cañas de bambú, cuyas cabecitas contienen una mecha que permite que por las noches se conviertan en antorchas, como si las almas de los homenajeados se encendieran al final del día para leer las palabras bonitas que siguen atándolos a los suyos. Lo que sigue no es una oración, es una brevísima suma de recuerdos, pero el fin es el mismo, mantener la lumbre titilando. Mi abuelo paterno era maño, de un pueblo de mala muerte llamado Moros, en el que tengo una fotografía de muy pequeñito montado sobre un burro flanqueado por botijos. Dos hechos dotan de estatura mítica su figura siempre humilde y reservada: haber formado parte de la denominada "quinta del biberón" que marchó a la guerra civil con 17 años y haber levantado un 600, que estaba en doble fila, con sus propias manos. Para casarse con mi abuela se añadió siete años. Empleado de toda la vida en el Banco Zaragozano, apareció de extra en Atraco a las 3. Podéis verlo cruzar fugazmente las espaldas de José Luis López Vázquez. No sabía pronunciar la "x" (llamaba a mi hermano Ales) y en sus últimos 20 años solo fue al cine dos veces, en ambas ocasiones a ver Godzilla. El día de las malas noticias estaba viendo la serie Felicity (una de mis perdiciones más sonrojantes) y congelé la imagen para atender el teléfono en el momento en que una lágrima surcaba la nacarada piel de Keri Russell. Aquella noche insomne Ales insistió en poner la película A todo gas a las 3 de la madrugada, donde nadie iba en un burro con botijos ni levantaba un 600 con sus propias manos. Nos habíamos quedado solos.

16 junio, 2005

Japi berdei tu yu

Apreciadíssim membre del trio canguril:
Quin goig ens fa veure´t tan sa i tan maco, tan musculós i tan pelut, a una edat tan fotuda com són els 32 anys. Encara ens enrecordem de quan anaves tot cofoi a la bossa de la teva mare cridant perquè et deixessin sortir per tal de començar a saltar darrera de les canguritas. Des de la nostra humil plataforma d´expressió sideral/marsupial volem fer saber públicament que, malgrat que triguis 18 mesos de mitjana a tornar els DVD´s; que estiguis tot el sant dia massacrant les nostres orelles amb "naniano, naniano", "buenuuuuu", "i què? i què?", i "estaré bé, estaré bé"; odiïs els plàtans i estiguis penjat de les torrades insípides; llueixis samarretes tipus Los increíbles o Starsky&Hutch, demanis constantment imans per la nevera, i mantinguis una sospitosa fixació freudiana amb l´Epi i el Blas (per cert, quin dels dos era el taronja?)........
T´ESTIMEM TONTORRÓN

Moltes felicitats picarón. Desitjem que estiguis de moda per molts anys.
Signat
Dos cangurs superdurs o la saltarina doble A.

15 junio, 2005

L’essència sempre es manté

“Una noche en el club” (Anagrama), de Christian Gailly, segueix la peripècia d’un antic pianista, experimentat músic de jazz, alcoholic i drogaddicte, ara reconvertit en tècnic de calefaccions. Ha deixat enrera, gràcies a una dona, la seva dona, una vida de passions i borratxeres, de notes arriscades i nits de sexe fàcil, una vida que s’aproximava perillosament a la mort. Ara sobreviu, sense més: està casat i té un fill, una nòmina i tranquilitat vital; però no és feliç. Un dia, l’atzar el porta fins un club de jazz, els peus el deixen assegut davant el piano i coneix una dona, una dona que no és la seva. Tant de temps lluny de la plenitud i, en un moment, torna a tocar-la amb els dits…

Penso, llegint el llibre, en si val la pena lluitar contra el que un sent, contra el que un porta dins. D’alguna manera, com l’ADN, les nostres passions formen part indissoluble de nosaltres mateixos, no ens les podem arrencar. Podem amagar-les, tapar-les, fins i tot podem creure, estar convençuts, que ja no hi són, que les hem fet desaparèixer, que les hem vençut. Però segueixen allà i, més tard o més aviat, tornaran a treure el cap i a punxar-nos el cor. El protagonista del llibre ho viu amb conseqüències tràgiques, però el risc li val la pena. La felicitat de ser fidel a si mateix val per dos.

10 junio, 2005

Visca la V.O.!!!!

No, no vull lloar el cinema en versió original ni criticar el sentit del doblatge de pel.lícules (del qual sóc absolut defensor: qui vulgui que hi vagi, qui no, que es quedi a casa). Fet aquest apunt, "V.O.S. (Versió Original Subtitulada)" és una obreta de teatre sense massa pretensions que es representava, fins diumenge 12 de juny, al Teatre Lliure. I dic obreta pel tamany (no arriba a l’hora i mitja), per l’escenografia i pels actors (només quatre, extraordinaris: Vicenta Ndongo, Andrés Herrera, Elena Fortuny i Paul Berrondo). No és un "obreta" pejoratiu, he gaudit moltíssim de l’obra.

Quatre personatges, dos homes i dues dones, treintanyerus, classe mitjana. L’Ander i la Vicky són parella, el Manu i la Clara són amics, però amb una particularitat: esperen un fill. No estan enamorats, no surten junts, de tant en tant s’enrotllen i, això si, s’estimen molt, però com amics. V.O.S., amb una estructura que utilitza recursos tan cinematogràfics com el flashback (i el flashback dins el flashback), segueix les relacions (sorprenents) entre tots quatre. L’humor abunda, la reflexió (si voleu no massa profunda, tampoc no cal) també.

Em reconec identificadíssim amb molts elements que apareixen a l’obra, que busquen molt conscientment la complicitat de l’espectador, la proximitat al que molts vivim o hem viscut: la feblesa de l’amor ("hauria de passar com amb els iogurts, portar la data de caducitat ben clareta", es diu a l’obra), l’evolució dels rols en les relacions de parella, la confusió que pot provocar el sexe sense amor però amb amistat (poden dos amics enllitar-se sense més compromís? Hi ha qui ho anomena "fase 2"… I encara més: poden arribar a ser pares sense que això es tradueixi en un lligam sentimental?), els perills de la rutina, la por al compromís, la pèrdua de llibertat…

"V.O.S." és un espectacle rodonet. Llàstima que quan m’animo a fer una recomanació… l’obra ja no es representa!

09 junio, 2005

Melrose Sants

Lo que más me gustaba de la ultrapija Melrose Place no eran sus barbies oxigenadas sino la capacidad de sus protagonistas para "madrugar". Antes de entrar a "trabajar" a las 8, se habían ventilado un desayuno de órgado, cubierto unos cuantos largos de piscina, realizado un par de trascendentales llamadas telefónicas y echado mutuamente a los leones cinco o seis veces. Para alguien que siempre se ha levantado maldiciendo a los cielos y con el tiempo justo para llegar al próximo destino todo lo razonablemente tarde posible, la envidia despertada por esa frescura y vitalidad alboreal era inconmensurable. El otro día, yendo al trabajo a pie, confundido entre el bullicio del barrio de Sants a las 7:45 de la mañana, a varias galaxias kilométricas (pero sobre todo atmosféricas) de Beverly Hills, sentí que me cundía la mañana un poco más que de costumbre y me acordé de la serie. No me remojé en una piscina en perfecto estado cristalino gracias a un mexicano sin papeles, ni disfruté de un zumo de naranja recién exprimido mientras sopesaba la conveniencia de un nuevo lifting, pero me llamó la atención una pintada en la verja de un asador que decía "Los animales no son vuestros", me asustó la de "Paga perra" sobre una puerta verde y me quedé horrorizado con el tosco dibujo de una salchicha con patas que, al grito de "Soy Frankfurtman", decoraba el lateral de un puesto callejero de churros. Aunque me quedo con la clásica anciana que empezó a cruzar la acera cuando el semáforo comenzó a parpadear y luego levantó el bastón de forma amenazadora, como si fuera una batuta que dirigiera la orquesta de cláxones que la rodeaba. Sin duda no hace falta vivir en Melrose Place para aprovechar las primeras horas del día.

07 junio, 2005

Coses que em fan gràcia

Les parides del Xavi. Són regeneradores. Una dosi de Xavi, d’altra banda suficient per acabar amb la paciència d’un sant baró, és necessària a la vida. Al món calen més Xavis…

Tots i cadascun dels gags d’"Aterriza como puedas". ¡¡¡Escogí un mal día para dejar de esnifar pegamento!!!

Recordar el "moment Puma" del passat Festival de San Sebastian, el pitjor del sis. I repassar cada nit de l’edició de fa tres anys: la festa mexicana, el paio disfressat de ballarina a la cua del taxi a les 7 del matí, l’entrevista amb el Brendan Gleeson, l'assatjament sexual d'una noia actriu cap a un noi periodista, les festes Patatín, l'enganxada racial d'un fotògraf pallús, el Jairo...

Els meus ninos d’Epi i Blas (com és possible que tanta gent de la meva generació encara els confongui? L'Epi es el taronja, el que es banyava amb el patito, i el Blas és el caraplátano), col.locadets a l’estanteria del menjador de casa.

La cara que posa la L. quan li explico les meves aventurilles. "Una altra vegada? Què farem amb tu, Montoyita!"

Quan Gene Wilder i Marty Feldman es troben a l’estació ("doctor Frankenstein? No, es Fronkonstin. Usted debe de ser Igor…") a la sensacional "El jovencito Frankenstein".

Veure l’A. ballant country amb botes i barret de vaquero.

Les collejas de l’Amparo Baró i el masclisme sense vergonya d’el Frutero a "7 vidas".

Aquest xiste del Forges: el tinc penjat al suro de la feina i cada cop que giro el cap a l’esquerra no ho puc evitar, em descollono…


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Colapso

No voy a quejarme, pero debería. Sobre todo por esa especie de tendencia natural a la acumulación de circunstancias estresantes en las que se convierte la vida de los seres humanos a medida que se hacen adultos (todavía tengo tendencia a decir “hacerse mayor”, igual que cuando hablo con mis amigas del colegio sigo diciendo “cuando éramos pequeñas”, que es una expresión que me encanta).

Podría pensarse (y esta es una reflexión muy pueril, me consta, pero es que una es un poco “pequeña” todavía, o eso me gusta creer) que a medida que una se hace adulta y se libra de los estudios y empieza a tener trabajillos y a vivir por su cuenta y a hacer más o menos lo que le viene en gana, todo resulta más sencillo. Cuando seas padre comerás huevos, decía mi madre antes de prohibirme casi cualquier cosa prohibible. Y esta sabia reflexión del refranero popular (que mi profesora de lengua de COU criticaba, ante nuestro estupor, por ser un “simplificador del pensamiento que impide que la gente se esfuerce en formular sus pensamientos de forma original”) significa que cuando eres mayor (jeje, qué infantil otra vez) tú decides concretamente lo que quieres comer, ya sean huevos o cualquier otra cosa. Bueno, más o menos.

Pero resulta que “un gran don conlleva una gran responsabilidad” (una cita de “Spider-man”, uau, qué nivelazo), así que por cada huevo que decides comer, como si dijéramos, resulta que te toca alimentar a catorce gallinas. Y basta de alegorías agropecuarias. ¡Y todo para decir que esta semana está siendo horrible!

03 junio, 2005

La hora azul

"Cuando alguien se ofende y responde mecánicamente de forma airada a una opinión o iniciativa tuya que se sale de lo convencional y establecido es seguramente porque percibe la amenaza de plantearse a fondo tus palabras y poder concluir que encierran una verdad que haga aflorar un aspecto de su naturaleza ruin y miserable, que su esfuerzo le cuesta mantener enterrada en el pozo negro de la conciencia. Las negativas más furibundas suelen ser producto de arañar aquello de lo que más abjuramos de nuestro carácter: cobardía, envidia, pereza...Un mecanismo de defensa que narcotiza y mantiene a la humanidad aborregada ". Compartíamos una Heineken mientras lanzó este comentario en una terraza con vistas al Tibidabo. En el cielo el día iba perdiendo a los puntos con la noche. "Los fotógrafos llaman a este momento crepuscular "la hora azul" me aseguró, al tiempo que encendía un cigarillo mentolado Dunhill. Qué bonito, pensé, y me acordé que Neruda pintó del mismo color a los astros que tilitaban a lo lejos. ¿Dónde podíamos ir que mejorara lo presente? Sólo cabía desplazarse hasta el centro del minutero que marcara esa hora azul o al mirador de ese astro en el que no habría nadie que enterrara lo peor de sí con un comentario rabioso. Así que nos quedamos a apurar la cerveza.

01 junio, 2005

Contra la fantasía de convertir una melena en recipiente seminal

Me seducen hasta el tuétano las mujeres que se cortan el pelo à la garçon por dos motivos principales: 1) por contravenir ese estereotipo ramplón que asocia la feminidad con una melena al viento, una lastrosa y pacata fijación surgida de una babosa mente machista, falta de toda imaginación y alimentada por los más perezosos y oxidados instintos hereditarios, primahermana de los pechos globo y los labios acolchados, y 2) porque creo que es un cuasi infalible rasero de la belleza, la paradójica prueba del algodón que, en su supuesto acercamiento a la masculinidad, separa el grano auténticamente femenino de la paja sucédanea. No hay rostro que sometido a la poda capilar pueda disimular sus imperfecciones, el trampantojo cae y asoma la descorazonadora verdad. Si antes arrojaba luz, ahora más, si no es que nunca lo hizo, aunque pretendiera hacérnoslo creer. Creo que era en Desig de Josep Maria Benet i Jornet donde un personaje de perfil sexual fetichista se deshacía fantasendo con la idea de correrse en una buena melena. No le veo la gracia. En cambio, la visión de unos mechones siendo alegremente cercenados por unas afiladas tijeras y posándose plácidamente como copos de nieve sobre el suelo, enmarcando y realzando un bonito rostro antes prisionero en una selva de enredos y piojos, me provoca un estremecimiento de pies a cabeza. Todo ha empezado porque he vuelto a mirar esta foto de Jean Seberg y, como cada vez que lo hago, me he enamorado de ella.
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