17 noviembre, 2005

Un pasaje de la extraordinaria novela "Los inquilinos de Moonbloom", de Edward Lewis Wallant, protagonizada por un melancólico y soñador cobrador de alquileres:

"Había asistido a varias universidades y había encontrado solamente gráficas y créditos. Se había emborrachado con la idea de Dios y encontró solamente la teología. Había ascendido varias veces llevado de las sutiles y poderosas alas de la lujuria, a la espera de la magnificencia, pero sólo alcanzó la descarga. En algunas ocasiones había ampliado la amistad con palpitante esperanza, sólo para hallar que nadie sabía muy bien qué era lo que tenía en mente. Su soledad era ahora fruto de su metabolismo, esa constante respiración de alegría entrante y de tristeza saliente".