31 diciembre, 2005

Sabía que...

Diez cosas que aprendí tras vivir 31 años y pasar dos días en Amsterdam :


1) Nunca juegues a los dados cuando eres tan tocho como para no reconocer ni siquiera un “tocho”.

2) Las niñas también roncan.

3) Hay quien se imagina una vida de casado feliz con cada camarera holandesa con la que se cruza.

4) Existen pijamas que escapan a los parámetros de la imaginación humana.

5) Los turcos también sonríen y pintan puertas a la hora del desayuno.

6) Cada Avis tiene un puertorriqueño que te avergonzará por haber criticado en sus morros a su cuñado.

7) Cuando leas “Bienvenido a Haarlem” da la vuelta.

8) Hasta la churrera holandesa tiene un inglés mejor que el tuyo. Ella seguro que sabe cómo se dice “cubilete”.

9) Alguien que agradece una visita a la casa de Ana Frank luego puede ser muy feliz haciendo lo propio en el estadio de fútbol del Ajax, pero nadie que sea muy feliz visitando la casa de Ana Frank agradecerá luego una visita al estadio de fútbol del Ajax.

10) Los molinos y los tulipanes son una leyenda urbana holandesa.

24 diciembre, 2005

2006

¿Quién le ha pedido al 2006 ganar en criterio, sentido común, capacidad de discernimiento, formalidad y sensibilidad?

20 diciembre, 2005

Cuatro tonterías al vuelo

1. Un Oscar ya para King Kong, para el primate quiero decir, su ternura de enamorado transmite una sinceridad que ya la desearían el 97% de actores de carne y hueso. Aunque ¿quién no caería rendido a los pies de Naomi Watts por mucha altura, vello y animalidad que reuniera?

2. Topicazo lo sé, pero cada vez me repugna más el mensaje mediático navideño, que básicamente consiste en "quiere a los tuyos un par de semanas al año (siendo la prueba de tu devoción un regalo, por supuesto) y las cincuenta restantes no importará que les des por el saco".

3. Un aforismo de Kafka que me da vueltas en la cabeza desde hace días: "Comprender la fortuna de que el suelo que pisas no puede ser más grande que los dos pies que lo cubren".

4. Fragmento de una contra de La Vanguardia francamente divertida. El entrevistado es el humorista Guy Browning, quien fuera estrella de los "smokers", los reuniones universitarias que vieron nacer a los Monty Python y a Mr. Bean.

Las chicas hacen dieta para estar delgadas. Así atraen a los tipos más ricos
que las invitan a los restaurantes más caros en los que podrán atiborrarse.

- ¿Estar delgada significa ser atractiva?

- Ni siquiera es necesario. El hombre es un ser tan complejo y sofisticado
emocionalmente como un perrito. Atraerlo es muy sencillo: hay que rascarle
la barriga de vez en cuando y asegurarse de que puede mostrar su fuerza
física. Y si no va a buscar el palo que le has tirado, puedes pedirle que
abra la tapa del tarro de mermelada que se resiste.

- ¿Y sólo con eso ya funciona una relación?

- Al principio, él debe sentirse seductor.

- ¿Cómo?

- Usará esa colonia que sería de olor sutil si no se hubiera echado encima
todo el frasco; pronunciará frases largas con palabras tan pretenciosas que
ella no recordará nada de lo que él ha dicho y la acompañará mostrándole que
va tan sobrado de fuerza y genio que necesita muy poco esfuerzo para hacer
cualquier cosa. Si ella le deja que se crea seductor, él pronto intentará
darle un beso.

- ¿Algún consejo para el momento?

- Él debería emplear altas dosis de sutileza y bajas dosis de baba, pero
tras equivocar esas proporciones en el beso, querrá inmediatamente seguir
equivocándolas en la cama.

- ¿Cómo?

- Él creerá que le está demostrando a ella que es muy bueno en la cama,
pero ella tendrá la sensación de estar de aprendiz en una empresa: cuando
empieza a cogerle el tranquillo a una posición, le cambian a otra. En la
siguiente demostración, él ya irá directamente a buscar su posición
favorita.

- ¿?

- La mayoría de los seductores las prefieren a ellas encima...

-... ¿Y ellas?

- Tras varias sesiones con él en la cama, ellas preferirán estar debajo de
las sábanas y tenerle a él tendiendo la colada. Pero si él se empeña en
retrasar la colada y se queda en la cama pidiéndole cosas raras, ella sólo
debe susurrarle: "Más tarde, cariño". Nueve de cada diez veces no habrá un
"más tarde".

- ¿Cómo ser bueno en la cama?

- La regla de oro para que un hombre sea bueno en la cama es no meterse en
la cama. En lugar de eso, hay que pasarse todo el tiempo llevándola a
restaurantes y tiendas caras.

- ¿Y ellas?

- No hay ninguna buena en la cama. Al fin y al cabo, es imposible que una
mujer sea buena en la cama cuando el hombre es un desastre. Es como ser
bueno en el fútbol y que nadie te pase la pelota.

La cabra, la cabra…


Hace un par de semanas volví a intentarlo con la cultura y fui con una amiga a ver La cabra de Richard Albee al Teatro Romea, una obra que, de entrada, parecía un tiro seguro, con su Josep Maria Pou, su Marta Angelat y sus premios Tony para la versión que se estrenó en Broadway… Y, bueno, supongo que no está mal, todo el mundo parecía pasárselo muy bien, pero… algo falla. Quizá falla precisamente eso, el coro de carcajadas del público geriátrico de domingo por la tarde en una obra que, sobre el papel, debería dejarte con la mandíbula desencajada, pero no de risa, sino de pasmo. Lo que no funciona en la versión de Pou – ya que el actor es aquí también director, traductor y productor, y supongo que se nota quién redactó el dossier de prensa- no es el texto, sino el tono, la forma de lanzar las frases de los actores. En inglés se dice que un actor “entrega” (delivers) una frase de una forma especialmente adecuada a su personaje o al momento o a la situación, de forma que provoque un efecto, que diga todo lo que esa frase expresa o precisamente lo contrario. Pues bien, en La cabra del Romea todos los actores, y ahí es donde le echo la culpa a Pou, parecían estar enunciando sus frases de comedia agria como si esperaran risas enlatadas tras cada una de ellas. Y las conseguían, claro. El público geriátrico creía estar contemplando a Tania Doris y al feo de los Calatrava (que en paz descanse) en una especie de vodevil en el que el tema central, qué pintoresco, era la zoofilia. Creían estar disfrutando de nuevo de las escenas matrimoniales de Noche de Fiesta, en las que los jarrones volaban de un lado para otro y todo el mundo era muy exagerado. No es posible apreciar así la supuesta crítica implacable de la sociedad americana despojada de hipocresías que propuso el pobre Albee. Y no es culpa de Albee: es culpa de Pou. Y quizá del público geriátrico. La cabra, por su parte, sale realmente poco, y bastante desmejorada, pero es de lo mejorcito de la función…

19 diciembre, 2005

L'amic que ens queda

Alguna estranya raó em fa impossible abandonar Joey Triviani a la seva sort. Cert que les seves noves peripècies angelines no acaben de fer justícia a tot el que va viure de més jove a Nova York. Però de tant en tant ens deixa alguna perla digna dels temps en que compartia apartament amb el seu amic Chandler Bing.

L'altre dia, sense anar més lluny, explicava per què hi ha ties bones que neguen estar-ho...

Raó 1) Tenen una germana que també està molt bona.
Raó 2) Han anat a una escola exclussivament femenina.
Raó 3) Tenen un passat de noia gorda.
Raó 4) Estan cegues.

Però la prova definitiva per aconseguir que una tia bona sigui conscient de que està bona és que tot els hi surt gratuïtament...

Joey, mentre siguis a prop no t'abandonarem!

Desasosiego matinal

Fragment de conversa escoltada aquest matí, a l'autobús, entre un grupet de quatre o cinc nenes d'uns 12 o 13 anys...

"És gorda, negra y le llega a las rodillas".

Després d'uns minuts de neguit... Tranquilitat, companys, parlaven d'una jaqueta!

13 diciembre, 2005

Kiss Kiss Bang Bang


Demoledoras frases extraídas de "The Philip Marlowe Guide to Life", una antología que reúne algunas de las citas más célebres escupidas por el descreído sabueso creado por Raymond Chandler, las cuales confirman que el género negro es el diccionario de frases recurrentemente imposibles que querríamos haber interiorizado para impresionar a los demás con nuestro ácido bagaje a la hora de licuar el desolador absurdo y la sucia injusticia del mundo.

"Alcohol is like love" he said. "The first kiss is magic, the second is intimate, the third is routine. After that you take the girl´s clothes off".

"My stomach burned from the last drink. I wasn´t hungry. I lit a cigarette. It tasted like a plumber´s handkerchief".

"In one way cops are all the same. They all blame the wrong things. If a guy loses his pay check at a crap table, stop gambling. If he gets drunk, stop liquor. If he kills somebody in a car crash, stop making automobiles, If he gets pinched with a girl in a hotel room stop sexual intercourse. If he falls downstairs stop building houses".

"I like smoothy shiny girls, hardboiled and loaded with sin".

"To say she had a face that would have stopped a clock would have been to insult her. It would have stopped a runaway horse".

"Dead men are heavier than broken hearts".

"They say lust makes a man old, but keeps a woman young. They say a lot of nonsense".

"I would have stayed in the town where I was born and worked in the hardware store and married the boss´s daughter and had five kids and read them the funny paper on Sunday morning and smacked their heads when they got out of line and squabbled with the wife about how much spending money they were to get and what programs they could have on the radio or TV set. I might even have got rich-small-own-rich, an eight room house, two cars in the garage, chicken every Sunday and the Reader´s Digest on the living room table, the wife with a cast-iron permanent and me with a brain like a slack of Portland cement. You take it, friend. I´ll take the big sordid dirty crowded city".

08 diciembre, 2005

Te amaré hasta que te mate

Sabíais que el amor y el odio se tocan, pero buscábais una conformación científica. PI/Q os la procura:

Resulta muy llamativo que los mecanismos fisiológicos que se activan ante reacciones de rabia intensa o las reacciones físicas extremas ante casos de emergencias son idénticas a los mecanismos que se activan ante situaciones de euforia o placer extremo. Si mides los ritmos cardíacos de una persona no sabrás si acaba de cometer un asesinato o si ha tenido un orgasmo. Las condiciones fisiológicas son idénticas.
Si estuviésemos en contacto a través de internet y te pidiese que me dieses únicamente los datos de la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y los niveles hormonales podría adivinar a distancia que estabas a punto de morir pero no sabría si a consecuencia del ataque de un león o de un polvo cósmico.
Esto me recuerda las palabras de Eli Wiesel “lo opuesto del amor no es el odio sino la indiferencia”. Resulta pues increíble comprobar que fisiológicamente el amor y el odio no son opuestos sino muy parecidos. De ahí que cuando estudiamos el comportamiento de los seres humanos encontramos indicios de uno de los hechos más extraños e inusuales en el mundo de los animales no humanos y es que confundimos la sexualidad con la violencia. Este comportamiento no tiene parangón en el mundo de los primates. El amor y el odio no son opuestos fisiológicos desde el punto de vista cerebral. Son estados muy similares.

03 diciembre, 2005

Y en la vega del Genil, yeah

Para que no se diga que sólo aquí los compañeros acuden a conciertos molones y asisten a sesudas charlas con escritores, voy a exponer mis dos últimas experiencias con el mundo de la cultura de ahí fuera, que han sido, por decir algo, bastante iluminadoras. Han sido bastante raras, también, pero es que no siempre puede una acertar en la búsqueda incansable del próximo hype…

Primero la menor: un concierto de una cosa llamada El hijo (piano, batería jazzística y guitarra) en las antiguas cocheras de la Pedrera el pasado jueves. El cantante de la banda, cuya voz recordaba poderosamente a la de José Luis Perales cuando se ponía tierno, anunció la próxima salida al mercado del primer EP del grupo, cuando yo ni siquiera sabía que existiera algo distinto al LP. El término se me hizo familiar poco después, cuando, tras tres canciones propias y dos versiones, se acabó el concierto.

Pero lo mejor tuvo lugar ayer, en Kosmópolis: acudimos a la charla que daba Quim Monzó sobre la geografía literaria del Raval (vale, sí, una tarde aburrida) y, tras acabar, descubrimos que en el mismo escenario estaba a punto de empezar una especie de OT para improvisadores de hip-hop, o de rap, que desconozco la diferencia, llamado Buscando al MC definitivo (pronúnciense las siglas en inglés, por favor), primera eliminatoria. Quisimos quedarnos sólo un rato… pero era demasiado fascinante.

Uh, uh, yeah, yeah, yeah,
Soy de Castefa tío
Soy el puto amo del bar
Cuando vienen los colegas
Nos ponemos a privar
Yeah

Y así un ripio tras otro, porque no se me ocurre otra palabra para describir unos versos sólo a la altura de un poema infumable de Zorrilla que me hicieron memorizar con seis años y que tenía también fragmentos de gran vuelo lírico, tipo

Y en la vega del Genil
Tengo parda fortaleza
Que será reina entre mil
Cuando encierre tu belleza
Y sobre toda la orilla
Extiendo mi señoría
Ni en Córdoba ni en Sevilla
Hay un parque como el mío

Y encima ellos improvisaban y Zorrilla no, lo que no dice mucho de Zorrilla. Los chicos, además, mostraban lo que el presentador no dejaba de llamar actitud, es decir, una gorra de béisbol sobre la cabeza y movimientos espasmódicos en los brazos. Dudo que Zorrilla tuviera nada de eso. Los improvisadores de Kosmópolis se enfrentaban entre ellos en una especie de combates de improvisación que a mí me recordaban, cómo no, a algo. En concreto, y esta es una referencia muy pedante, a los rapsodas latinos y griegos que recitaban las sagas épicas apoyándose en frases formularias que les ayudaban a memorizar. Sólo que aquí en lugar de “Atenea, la de los ojos de lechuza”, decían “De Badalona soy y molo”, pero, por lo demás, clavado.

Me pareció muy tierno todo el asunto del concurso. Además de muy divertido, claro. Ellos se lo tomaban muy en serio todo el rollo de la actitud y de los yeahs y de las gorras, tan en serio que apetecía decirles uy qué monos y llevarles acto seguido a aprender los rudimentos de la rima asonante. Por cierto, la final de MC (¿qué significará eso?) el domingo a las 21.00 horas. Payo Malo, pura actitud, entre los miembros del jurado. Para rebozarse a gusto en el mar donde menos toca el sol cool. ¡Los calzados con zapatillas Converse abstenerse!

02 diciembre, 2005

La sandía


La dedicatoria más bonita con que me he cruzado nunca pertenece a "Una mujer infortunada" de Richard Brautigan y dice así:

Pine Creek, Montana
13 de julio de 1982
Querida N:
Tras recibir la llamada de tu amigo me quedé, sin duda, profundamente impresionado, quizá más bien la palabra sea anonadado. Estuve sentado junto al teléfono durante unos minutos, mirándolo fijamente, y luego llamé a mi vecina M y le pregunté si le apetecía un poco de sandía. Había comprado la sandía unos días antes para una visita, pero no llegamos a comérnosla, así que ahí estaba yo, un soltero a cargo de una sandía excesiva.
Mi vecina me dijo que sí tomaría un poco de sandía. ¿Por qué no me acercaba en una media hora y cenaba con ella y T, alguien que había ido a visitarla?
Contesté, creo que a causa de la llamada de tu amigo: "Me acercaré ahora mismo". Creo que tal vez quería ver a alguien en ese mismo momento.
"De acuerdo", contestó mi vecina.
"Voy para allá" dije.
Fui a la nevera y cogí la sandía y caminé hasta la casa de mi vecina que está a sólo unos pasos en mi misma calle. Llamé a la puerta mosquitera de su cocina. Tardó como un minuto en responder. Venía de arriba, de su dormitorio.
"Aquí está la sandía", dije, dejándola sobre la encimera.
"Sí" contestó. Era evidente que su voz sonaba ausente, su presencia indecisa.
Había algo de la sandía que quería mostrarle y que requería que tomara un cuchillo y la abriera. No importa demasiado qué es lo que quería mostrarle de la sandía, pero después de hacerlo ella seguía aún indecisa, como si estuviera en algún otro lugar, no allí en su cocina junto a mí.
Quería contarle lo de la llamada que había recibido de tu amigo, pero de pronto su indecisión y su creciente incomodidad me hicieron sentir indeciso e incómodo a mí.
Al fin -supongo que sólo habían pasado un par de minutos- dijo, la vista fija al suelo: "He dejado a T arriba remolodeando en la cama".
T era un hombre.
Al aparecer con la sandía les había interrumpido mientras hacían el amor. Lo primero que se me vino a la cabeza fue: ¿por qué ha contestado al teléfono cuando estaba haciendo el amor y por qué no se ha inventado cualquier excusa para que no me acercara en ese momento? Quiero decir, podría haber dicho cualquier cosa y yo me hubiera presentado más tarde, pero en vez de eso había aceptado mi propuesta de acercarme.
De calquier modo, me disculpé y regresé a casa.
Entonce pensé en lo divertido de la situación y quise llamarte por teléfono y contarte lo que acababa de pasarme, porque tienes el sentido del humor perfecto para captarlo. Es justo el tipo de anécdota que hubieras disfrutado y a la que habrías respondido con tu melodiosa carcajada, diciendo "no puede ser" sin dejar de reírte.
Me quedé allí sentado, mirando fijamente al teléfono y con tantas ganas de llamarte, pero era absolutamente imposible hacerlo porque la llamada que hacía un rato había recibido era para decirme que habías muerto el jueves pasado.
Había ido a casa de mi amiga para hablar sobre ello y resulta que la interrumpí mientras hacía el amor. La sandía no era más que una excusa tonta para poder contarle mi dolor e intentar asumir el hecho de que ya nunca mas podré volver a llamarte y contarte algo como lo que acaba de pasarme y que en general sólo tu sentido del humor podría apreciar.
Con cariño
R.