Este fin de semana he visto 9 songs, de Michael Winterbottom, y he leído 31 canciones, de Nick Hornby (qué british todo, ahora que lo pienso). Este último es un tipo que ya dejó entrever en Alta Fidelidad una curiosa tendencia a elaborar listas (la lista de novias que dejó, la lista de canciones preferidas en un día de lluvia, y así hasta el infinito) que ahora es ya casi marca de la casa. El caso es que el hombre tiene gracia y sabe escribir (si algún día quisiera escribir, me gustaría hacerlo como Hornby, porque es capaz de exponer sus vísceras y mostrar lo más miserable del género humano y hacer que hasta eso te parezca simpático), así que no molesta, todo lo contrario, aprendes cosas sobre él, sobre la importancia de la música en la vida de las personas mínimamente sensibles, y todos tan contentos. A pesar de que, de las 31 canciones, una servidora sólo conociera una (I’m like a Bird, de Nelly Furtado, lo cual supongo no dice mucho de mi cultura musical, sobre todo teniendo en cuenta que en la lista aparece gente como Bruce Springsteen y Rod Stewart) o, de esta no estoy tan segura, dos (la de Puff The Magic Dragon: Puff era un drac màgic que vivia dins del bosc?), el libro, contra todo pronóstico, me ha parecido bien. Como todos los de Hornby, me han hecho reír y sentirme parte de la raza humana. No está mal para una simple lista de canciones.
En cambio, 9 songs… De entrada me pasaba un poco lo mismo, a algunos grupos sólo los conocía de oídas (Franz Ferdinand, The Super Furry Animals) a otros ni eso (para qué mencionarlos, si tampoco se me van a quedar en la memoria) y, de entre todas las songs, sólo una me volvía completamente loca ya antes de ver la peli: When You Where The Last High, de The Dandy Warhols (que además suena en el menú del DVD, chico listo). Pero ni con ésas: la peli me ha aburrido soberanamente. Puedo entender, no sé, la necesidad de que exista una peli así por un montón de motivos digamos ético-históricos, pero ¿por qué hacerla tan anodina? Posible respuesta: porque la vida real es así. ¿Es así? Pues no quiero perder 60 minutos de absurdo real por 60 minutos de fingido absurdo. Y a efectos de excitar al personal, estoy convencida de que las pelis porno son más efectivas y van más al tema. ¿Y por qué me ha caído tan mal esta pareja, por qué los presenta como lo contrario a lo que cualquiera querría tener como compañía un viernes por la noche? En fin. Que me hace pensar en lo distintas que pueden ser las listas, hechas por uno o por otro. No discuto la calidad de la lista de canciones (y de polvos) que ha filmado Winterbottom (no sabría con qué criterio), pero sí su forma de hacérnosla tragar (sin comentarios sobre los posibles dobles sentidos, cada uno que piense lo que quiera). Con un poco de azúcar, esa pídora que os dan etc. Y si no sabes hacerlo, pues, simplemente… No lo hagas. Déjale las listas a Hornby, el chico sabe. Y, al fin y al cabo, todo queda en casa, ¿no?
15 mayo, 2005
De la necesidad de hacer listas
Publicado por Nibu en 10:56
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