13 octubre, 2006

Scoop es lo menos scoop que veréis


Tengo un scoop sobre "Scoop". Años lleva trabajando Woody Allen con una sola neurona, pero su último film, un suma y sigue estancándote de "La maldición del escorpión de jade" y "Misterioso asesinato en Manhattan", un reciclaje ligero y perezoso de su vena más frívola facturado además en piloto automático, es la constatación de que igual que un ciudadano normal puede vivir con un solo pulmón, a un genio le basta media neurona para (re)crear. Del film solo se salva el personaje ocurrente y metepatas que interpreta el propio cineasta, mil veces visto, oído y reído pero solo porque lo amamos como al tío que ameniza las fiestas con las mismas batallitas familiares entrañables, como al padrino de un chisposo discurso circular y retroalimentado que nunca falla. Quitemos a Splendini de la película y nos queda un cráter decepcionante (aunque no tanto después de tantos títulos anémicos en los últimos años) y doloroso (el amor, de nuevo). Lo de Allen es un talento desperdiciado con saña como si Ronaldinho se dedicara exclusivamente a tirar córners y Nina Simone solo hubiera cogido un micro en un karaoke. Otro réquiem por el hombre que un día nos hizo preguntarnos si un recuerdo era algo que tenemos o que hemos perdido y que nos descubrió a alguien que tenía las manos tan pequeñas como la lluvia.