19 mayo, 2006

- Perro viejo no aprende trucos nuevos.

- Porque el perro viejo ya es especialista en ser perro y no juega como un
cachorro. Madurar es elegir. El cerebro se adapta así a tus nuevas
necesidades: ya sabe lo que tú necesitas para prosperar en un entorno y te
lo sirve. Hemos demostrado, por ejemplo, que el cerebro de los taxistas de
Londres, tras diez años de oficio, tiene más desarrollada el área neuronal
donde concebimos los mapas.

- Los periodistas serán siempre inmaduros.

- Bueno, piense que no especializarse también es un buen modo de mantenerse
joven.

- ¿Cómo ha descubierto todo eso?

- Estudiando trastornos neurológicos. En cierto modo, todos nosotros somos
ciegos.

- ¿No podemos ver?

- En realidad, vemos a través del cerebro, no de los ojos. Sólo podemos ver
las imágenes que nos sirve el cerebro, que procesa la información de los
ojos para crear modelos aproximativos de la realidad: imágenes mentales. Así
que no vemos la realidad, sino el modelo que de ella crea nuestro cerebro.

- Vemos lo que creemos ver.

- Y por eso cambia continuamente nuestra percepción de lo real. Pero con
los años nuestro cerebro se hace más rígido: solidifica perspectivas y va
limitando su creatividad. A cambio de perder creatividad, te permite
sentirte más seguro. Te vuelves conservador. De joven, es más fácil cambiar
de opinión.

- O llevarla hasta un extremo radical.

- El joven experimenta con bandazos. El humano más adaptado y maduro no
cree con rigidez en nada. Mantiene la mente abierta y flexible y eso le
permite la adaptación continua. Es el científico capaz de negar hoy lo que
dijo ayer porque cede su propia seguridad y ego por la verdad, por el puro
dato. Así puede explicar la realidad y, si es muy sincero consigo mismo,
incluso anticiparse.

(...)

- Debe mandar en cada momento el que tiene más información valiosa para
responder al reto del entorno. Así lo hace el cerebro, que cambia de
neuronas jefe a cada instante. Cuanto más rápido compartes tu nueva
información, más rápido recibes otra.

- Valiosa lección.

- Cuando descubres algo, tu primer impulso es guardártelo para que nadie te
copie. Ese impulso paraliza tu creatividad. En cambio, si lo compartes en
seguida, rápidamente concibes una nueva idea. El científico más generoso
siempre tiene nuevas ideas.

Henry Markram neurocientífico (Extracto de La Contra. 19-05-06)