08 abril, 2010

Personajes Pesados / personajes Pluma

En la conferencia que Richard Price ofreció en BCN hace unas semanas habló de dos leyes que rigen la escritura de guiones para las series de televisión: 1. Ten un personaje principal fuerte, carismático, que se eche a las espaldas el peso dramático y que provoque su asociación inmediata con el producto. 2. Pon a un secundario que encandile al público por ser algo especial, diferente, pero dosíficalo de tal manera que la gente siempre se quede con ganas de más. Este juego de contrapesos me recuerda a la idea contenida en la ilustración de Quint Buchholz donde una balanza mostraba el mágico equilibrio entre varios libros (Personaje Pesado) y uno solo (Personaje Pluma).


"The Wire", proseguía Price, no tuvo lo primero (McNulty nunca fue Tony Soprano o Don Draper) y eso le restó audiencia a la HBO, pero acertó de pleno en lo segundo (Omar, encarnado por un actor sin ninguna experiencia previa y que empuñó el arma al revés el primer día de rodaje, sorprendió a los propios creadores con la fuerza expansiva de su interpretación).
Recordé esto ayer viendo el soberbio (don´t worry no spoilers coming) 6x11 de Lost, que me confirmó que Desmond es ese secundario a cuentagotas que propulsa una serie hacia el techo de sus posibilidades. Sin embargo, creo que los responsables de Lost (serie que rompió el principio nº 1 pues ni Jack ni Locke llegaron a representar su metonimia) se tomaron la 2ª ley tan a la tremenda que lo han reservado con el mismo celo que las cofradías a las vírgenes que sólo pasean en las procesiones de Semana Santa. (Lo mismo ocurrió, por cierto, con el inmenso Mr. Eko).
En conclusión, posiblemente las dos mejores series en sus respectivos géneros (aventuras/realismo social) se saltaron la Biblia en lo que a personajes se refiere. En cualquier caso, los dos momentos claustrofóbicos que sufre Desmond en el citado capítulo (bajo el agua y durante el escáner) es puro oro catódico. ¡¡¡Yes Brother (pronúnciese Brada)!!!