10 octubre, 2007

"El 8º enanito". Capítulo 22

Mira arriba y abajo, a derecha e izquierda, pero no hay rastro del Cíclope. Clava la vista en las paredes para detectar alguna entrada secreta. Ninguna. Es como si al monstruo se lo hubiera tragado la chistera de un mago o como si se hubiese interpuesto en la trayectoria de unos rayos desintegradores. O quizás él se encuentre dentro de una pesadilla que acaba de cambiar de rumbo. Lo único evidente es que si no come algo de inmediato va a caer desfallecido.
Las dos hileras de puntos luminosos que franquean el pasillo parpadean a su alrededor, mas hay algo extraño en lo que no había reparado hasta ahora. A escasos metros de donde se encuentra, una franja de las mismas parece haberse apagado. Al acercarse comprueba que es así. Pero tiene una explicación: en el espacio de suelo que delimitan las bombillas sin vida encuentra un tablón de mandos que ha debido de emeger a la superficie. Números y signos electrónicos se distribuyen sin sentido aparente sobre una pantalla táctil. ¿Y ahora qué? (Continuará...)