06 junio, 2006

Para todo aquel que tema que mi interés por la neurociencia haya matado al Cyrano que hay dentro de mí, un poema que lo mantiene latiendo.


"Mi recuerdo eran imágenes,

en el instante, de ti:

esa expresión y un matiz

de los ojos, algo suave



en la inflexión de tu voz,

y tus bostezos furtivos

de lebrel que ha maldormido

la noche en mi habitación.



Volver, pasados los años,

hacia la felicidad

-para verse y recordar

que yo también he cambiado".

(JAIME GIL DE BIEDMA, Moralidades)