13 enero, 2010

Diario de Ny / SP. Cap 2.

Sólo me levanto antes de las 7 de la mañana para coger un avión transoceánico o al día siguiente de cogerlo por el trastorno horario. Hoy no ha sido una excepción. Una hora corriendo por el Riverside Park, bordeando el río, saltando por encima de bloques de hielo, sudando bajo el gorro y los guantes. El típico escenario donde veía hacer footing en las películas sin que nunca fuera capaz de encontrarlo. Ahora lo tengo a 50 metros del hotel. Tenía una deuda pendiente con la Colección Frick, cada vez que he visitado la ciudad he pretendido ver la pinacoteca que este potentado poseía en su su suntuoso domicilio particular, el cual ocupa toda una manzana, y que rivaliza en belleza con los Vermeer, Grecos, Hemlings y Bouchers que acoge. Una opulencia de gusto exquisito, su patio cubierto con estatuas, plantas y fuente central es para alcanzar el Nirvana. La media de edad de los visitantes era de unos 87 años, de los con chófer en la puerta y una corte de hijos a punto de destriparse unos a otros por la herencia.

Primera entrevista del tour con la Pulitzer Jhumpa Lahiri en su casa de Brooklyn. Reservada al principio, rasgos de princesa hindú, dos niños pequeños correteando por el piso con la nanny sacando la lengua tras ellos, café y galletas. La vida cierra círculos constantemente: en 2007 entrevisté a Gary Shteyngart en la Universidad de Columbia, justo antes de dar una clase de escritura creativa que confesó que servía para poco, pues que él recordara Lahiri era el único verdadero talento de ese tipo de talleres en salir en los últimos diez años o más.
Lo mejor del día para el final. No sé por dónde empezar a contar lo maravillosa que es "The Fantastic Mr. Fox", aunque de Roald Dahl no quede prácticamente nada. Wes Anderson es fiel a su universo y a su estética incluso en una película de animación. El padre incorregible, el hijo "nerd" que no encaja, la manera de presentar las escenas como capítulos de cuentos, las inesperadas confesiones sentimentales, esa habitación infantil candorosa, el deporte como marca del carácter, los arranques de humor absurdo, esa diversión y esa ternura confabulando en todo momento. Mr Fox lleva la americana de pana que vemos lucir a Anderson en tantas fotos, metáfora de cómo se ha llevado el personaje a su terreno y ha engrandecido el original de Dahl. Una reverencia.
Hay un "Luxury Channel" entre la masiva oferta televisiva. En él son frecuentes los anuncios para donar dinero para causas benéficas. Cómprate el abrigo de visón y los diamantes que te acabamos de presentar, luego de unos dólares para investigar el cáncer y, con la conciencia limpia, te sentará el doble de bien. Bastante absurdo.