"Dios mío!, ¡la vida no deja de sorprendernos con sus rarezas! Yo le era fiel a Sara, lo juro por lo que más quieras. Mas, para serte franco, añadiré que tal vez le fui tan fiel por falta de una ocasión que confirmara o desmintiera lo dicho. Te recomiendo que no creas al que insiste en que jamás comería langosta con salsa tártara si no has averiguado de antemano que nunca nadie se la ha ofrecido". ("El pentateuco de Isaac", de Angel Wagenstein, Libros del Asteroide. Un prodigio, una obra maestra, una gozada, llena de simpáticos apuntes de sabiduría como este).
16 junio, 2008
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