Visita relámpago a Dublín para visitar a sus afueras un castillo del siglo XII, el más longevo todavía habitado de la historia de Irlanda y uno de los escenarios de la película Braveheart. El motivo es la publicación de unos cuentos fantásticos del difunto Lord Dunsany, quien además de crear centauros y dioses se dedicó al ajedrez y a la caza. Una vida dura. La magia la puso no obstante su nieta política, Lady Dunsany, una arquitecta brasileña (¿sabíais que existen brasileñas que miden metro y medio y tienen cara de castor?), que ejerce de albacea y guía turística por las tropecientas gélidas (no me quité el anorak en toda la visita) estancias del castillo. Los curiosos pueden leer la crónica mañana sábado en las páginas de cultura de "La Vanguardia". (No cuento que Milady me insinuó que la CIA, "los americanos son el diablo, les odio", la intentó captar y poner en peligro su vida).
Aquí me limitaré a comentar que:
1. conocí a un encantador taxista, que más bien parecía un concienzudo historiador al repasarme con detalle los últimos seis siglos del devenir de su país, y que me prometió que me conseguiría entradas para ver un partido del Manchester United cuando quisiera.
2. que en un pub ancestral llamado Gogarty´s (¡id!) degusté un excelente "irish stew" acompañado de una generosa Guiness y de los cantos gaélicos de unos músicos, los cuales salieron con dos comentarios tan jocosos como estos: "I dedicate this to my ex wife and to my future ex wife" /"We will now take a 5 minutes break for 10 minutes and come back in 15 minutes".
3. que estos comentarios tan jocosos sólo pudieron ser superados por la proverbial agudeza del lugareño Oscar Wilde. Paseando por los Merrion Gardens, que el escritor veía de niño desde la misma ventana de su habitación, me topé, frente a la escultura que lo inmortaliza, con una columna de citas suyas, entre las que me quedo con esta: "Beauty has as many meanings as man has moods"".
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