Uno de los finalistas de la última edición del tantas veces demencial Turner Prize, Roger Hiorns, inundó un cochambroso piso de una barriada en el sur de Londres con miles de litros de sulfato de cobre. Una vez este cristalizó, todas las superficies adquirieron este aspecto entre lisérgica casa de los Pitufos, estancias del Titanic grabadas por una cámara subacuática con un filtro azul eléctrico, discoteca glaciar de un barrio trendy de Helsinki, prisión futurista, y Pompeya del siglo XXI desenterrada en el XXXI.
Su belleza y plasticidad, y la multiplicidad de espacios que puede evocar, son pruebas de que la instalación "Seizure" es a todas luces una obra de arte.
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