Tras estudiar los usos científicos, médicos e industriales da los cadáveres en Fiambres -donde demostró que resultaban imprescindibles para la industria cosmética y automovilística- y responder a interrogantes sexuales como por qué el viagra no funciona con mujeres ni con pandas en Bonk, Mary Roach ha dedicado su último libro, Packing for Mars, a estudiar en qué punto se encuentran los preparativos para enviar una nave tripulada al Planeta Rojo. Leyéndolo descubriríamos cosas como:
- Los exámenes de aptitud psicólogica en Japón incluyen una prueba en la que un candidato a astronauta debe ser capaz de completar figuras de origami a gran velocidad en situaciones de alto estrés.
- Hay voluntarios que se pasan tres meses estirados en una cama para simular la progresiva pérdida de peso en el esqueleto que padecerán los miembros de la tripulación,
- Algunos de los mayores desafíos que plantea una misión tan larga y extenuante son de naturaleza humana, demasiado humana: cómo disponer de los desechos humanos (todos llevan pañales), controlar el olor corporal al no poder lavarse con frecuencia y evitar las constantes náuseas que derivan en frecuentes vómitos.
- La Nasa incentiva que la tripulación mantenga relaciones sexuales con frecuencia, animando a que se multipliquen las combinaciones.
- Un viaje a Marte requeriría que la orina de la tripulación pasara por un proceso de desalinización y purificación que la convirtiera en un refresco para las comidas.
- La mayor amenaza que debería afrontar una expedición a Marte es la radiación cósmica, que derivaría en daños cerebrales y leucemia. Aún no se ha hallado un escudo efectivo contra los rayos procedentes de fuera del sistema solar, aunque se sabe que con los excrementos de la tripulación, ricos en hidrocarburos, se podría crear un cinturón alrededor del casco de la nave espacial de enorme efectividad.
- Conclusión: estamos aún muy lejos de pisar Marte. Y no sólo porque el coste estimado de una misión pionera se sitúa en torno a los 500 billones de dólares.
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